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  • Por Ignacio Mayorga Alzate

Lido Pimienta se corona con el prestigioso Polaris Music Prize


La Gran Sacerdotisa o Papisa es el segundo arcano del Tarot, una carta rica en significaciones que trata de situaciones que sólo pueden resolverse a través de la intuición. Sus cualidades son la inspiración, la sabiduría, la discreción y la memoria. El arcano revela lo oculto y es fuente de esperanza, energía creativa, y talento para los artistas. La carta representa a Isis como deidad de la noche. Aparece sentada, teniendo en la mano un libro entreabierto y, a la izquierda, dos llaves: una de oro (sol, verbo, razón) y otra de plata (luna, imaginación). Quizás por todas sus connotaciones místicas fue que la barranquillera Lido Pimienta decidió bautizar su segundo álbum de estudio con el aval protector de este arcano. La Papessa, estrenado en 2016, es una placa discográfica cargada de misterio, de ancestrales cantos y presencias, de una poderosa reivindicación de la mujer como eje central de la vida, como centro generatriz de todo lo sagrado, como fuerza vital inconmensurable. Anoche la colombiana y canadiense radicada se hizo, gracias a La Papessa, con el Polaris Music Prize, el galardón más importante de la industria discográfica canadiense. Hacia el final de la noche, la barranquillera se hizo con el trofeo tras una ecléctica presentación, imponiéndose por sobre Leonard Cohen, A Tribe Called Red y Feist, entre otros.

El Polaris Music Prize se entrega a un larga duración creado por un artista canadiense cada año “sin importar el género musical o la popularidad comercial”, según reza la página web de la organización. En vez de fijarse en la popularidad de los listados y en los números de streaming, el Polaris Music Prize se enfoca en el contenido artístico de un producto cultural y, debido a esto mismo, el hacerse con este premio es particularmente gratificante para muchos artistas. Este año Pimienta se enfrentaba a la obra póstuma del enorme Leonard Cohen, cuyo You Want It Darker llegó a pocos días de su dolorosa partida y a Pleasure de Feist, celebrado ampliamente por la crítica canadiense e internacional. Empero, el trabajo de la creadora nacional, de nueve canciones y cuarenta minutos, se hizo con el galardón y un reconocimiento económico importante de $ 50.000.

“Me siento muy orgullosa de estar aquí porque he trabajado muy duro. Significa que no tienes que ser blanco, no tienes que ser delgado, no tienes que ser rubio ni tienes que cantar en inglés o en francés. Puedes mantenerte firme en lo que haces y en lo que quieres decir” agradeció la música en su discurso de aceptación.

Fueron necesarios siete años para que Lido Pimienta pudiese presentar un álbum que siguiera a su debut Color, estrenado cuando la barranquillera tenía apenas 23 años y que la catapultó internacionalmente como una de las promesas más inquietantes del underground latino. La compositora esperaba poder presentar este trabajo en 2013, pero la repentina muerte de su hermano y temas con su disquera la obligaron a postergar este lanzamiento, en el que se vio involucrada en cada una parte de los procesos de producción, aprendiendo ella misma la magia de los loops y los pedales a través de esa escuela enorme que es YouTube, según le comentaba el año pasado a The Fader. La Papessa es abiertamente más político y anti patriarcal que su predecesor y marca un hito en la lucha que desde la música se está haciendo por el reconocimiento de las creativas latinoamericanas, reivindicando el papel de la mujer como ente creativo y cabalmente dueña de sus procesos, su arte y su imagen.

El reconocimiento que recibe Pimienta por La Papessa es una victoria agridulce para el panorama musical colombiano. En principio representa un importante hito para nuestra historia cultural, pero, también, sirve como difícil recordatorio del apoyo que hace falta desde nuestra escena para reconocer los esfuerzos de nuestros músicos en el exterior, aquellos que se están esforzando para construir documentos importantes para nuestra historia y que, por estas geografías, aún no reconocemos como sucedería en un panorama ideal. En todo caso, cualquier momento es bueno para encontrarnos con obras de arte conmovedoras, con testimonios que apelen a la parte más sensible de nuestra identidad como raza. La Papessa, un esfuerzo que recoge el sonido mundial y lo traslada a nuestro campo cultural, es todo esto y mucho más. Aquí pueden conocerlo.


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