En la tradición de la literatura española y en las leyendas del ciclo carolingio el bálsamo de Fierabrás era una poción capaz de curar todos los dolores del cuerpo humano. Cuenta la leyenda que, cuando el rey Balán y su hijo Fierabrás conquistaron Roma robaron en dos barriles los restos del bálsamo con el que fue embalsamado el cuerpo de Jesucristo, un elixir capaz de curar las heridas de quien lo bebía. En el capítulo X del primer volumen de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, después de una de sus frecuentes palizas, Don Quijote menciona a Sancho que él conoce la receta de la mágica poción. Más adelante, Don Quijote le explica a su fiel escudero que los ingredientes son aceite, vino, sal y romero. El caballero los hierve y bendice con ochenta padrenuestros, ochenta avemarías, ochenta salves y ochenta credos. Al beberlo, Don Quijote padece vómitos y sudores, y se siente curado después de dormir. Sin embargo, para Sancho tiene un efecto laxante y negativo en su patrón. Esta figura, desde la publicación hace más de quinientos años de la novela esencial de la literatura en castellano, se ha convertido en una metáfora para hablar de aquello que creemos que nos hace bien cuando en realidad nos está destruyendo. Precisamente a ella vuelve Emilia, el alter ego solista de la multi instrumentalista y cantante Juanita Carvajal, en su último lanzamiento “Tóxico”.
“Tóxico”, que se desprende del primer EP de la música colombiana Mala intención, cierra el primer ciclo de una de las músicas más promisorias de la escena contemporánea. Sobre un ritmo de influencia caribeña y programaciones electrónicas Emilia, quien ha destacado durante años como una de las bajistas centrales de la música nacional, se riega sobre una relación de codependencia en la que la protagonista del tema vuelve una y otra vez sobre el bien amado, un objeto hermoso pero hiriente, como cada rosa con sus espinas. Como en anteriores producciones de Emilia, “Mala intención” y “Molesto” que cierran el primer EP, la inteligencia pop de Carvajal sirve para transmitir una idea compleja y oscura a través de un sonido radio amigable, una estrategia que le ha permitir impactar significativamente en los mercados latinoamericanos con una presencia notable en México y Chile. El audio del video fue grabado durante su presentación en el Festival Hermoso Ruido 2017 en Bogotá y el audiovisual funciona como el resumen de un 2017 lleno de distintas presentaciones, tanto en Ciudad de México, en el Festival de La Semana De las Juventudes y los bares Departamento y el Caradura, como en Bogotá en la fiesta aniversario de los 10 años de Polen Records y el Hermoso Ruido en Cine Tonalá.
Emilia tuvo un 2017 lleno de música y el resumen que enseña “Tóxico” sólo y nos permite un breve vistazo de lo que es su poderosa presencia escénica. Lo cierto es que a lo largo de sus presentaciones hemos podido constatar la fuerza que tiene un proyecto depurado hasta el extremo, en el que cada decisión estética se convierte en un elemento en últimas necesario para este andamiaje sonoro de sintética belleza. Emilia se ha sumó en el año anterior a una serie de proyectos musicales que tienen como eje a la mujer y su sensibilidad como motor creativo de potentes canciones. Si hace más de veinte años Andrea Echeverri abrió las puertas para una revolución femenina en la música, hoy explotan con brío una serie de artistas polifacéticas que buscan huir del cliché sensiblero para construir una propuesta con fuerza que las aleja de un lugar de enunciación aburrido por reiterativo en el que las mujeres son objeto pasivo de contemplación. Si algo nos demuestra la avanzada de Emilia, es que los roles de género hace tiempo están mandados a recoger y que la fuerza femenina es clave para pensar nuestros productos culturales. Ahora, frente a una generación que vive su sexualidad sin miramientos de pacata moralidad, el proyecto de Emilia se constituye como un documento necesario de la revolución cultural en el país.