España es tierra de poetas. Solo es necesario mirar cualquier manual escolar de literatura para constatar que los más grandes exponentes del género nacieron en el Viejo Continente y que, aún hoym dan forma a nuestro discurso, a nuestras expresiones y a nuestra relación desde el lenguaje con la realidad que nos circunda. Sor Juana, el Márquez de Castillana, Góngora, Quevedo, Bécquer, Lorca, Hernández, Machado, Gil de Biedna, entre muchísimos otros, convirtieron el lenguaje poético en un vehículo para explicar su vida, los problemas de la sociedad que les había tocado en suerte, para conmemorar el amor o plantearse un consuelo frente a la incertidumbre que genera la muerte. Con la llegada del hip hop al país europeo a principios de la década de los noventa, la poesía adquirió nuevos tintes, se vistió de música (como lo hacía en el tiempo de los castillos y los feudos) y salió a la calle para pintar el gris hormigón con palabras, con esputos rabiosos, con dolorosas reflexiones o para cantar en los parques a ese otro amado, agente de nuestro insomnio al que reinventamos con tinta y folios. Nach, SFDK, Violadores del verso, Xhelazz, El Chojin o la Mala Rodríguez por nombrar algunos, han creado uno de los imperios más sólidos del género en nuestro idioma y ahora uno de los más fructíferos poetas de las últimas dos décadas pisará con sus zapatillas de goma las tarimas capitalinas para una lección de métrica, ritmo, poesía y entereza verbal.
Sharif Fernández ha estremecido el mundo del rap en castellano con un hombre tan inconfundible como la cadencia de sus composiciones. Poeta en ejercicio desde la pubertad junto a Fuck Tha Posse alcanzó el reconocimiento debido a su ejercicio musical Demasiado honor para tanta hambre de 1998 con su primer proyecto musical, pisando fuerte en la lírica tierra de la provincia de Zaragoza, en donde colindaba con los Violadores del verso, Fuethefirst, Flowklorikos (primer hogar de Rafael Lechowski), y más. En 2006 Sharif formó junto a Pablo y Lex Luthorz el proyecto de Tr3s Monos, en el que el rap colindaba con influencias marcadas del soul, para llevar la cadencia del verso hacia nuevas direcciones que anteriormente no había explorado. Con A raz de sueño de 2010 el aragonés se presentó por primera vez como solista, aunque ya había regalado en 2009 el maxi Zapatos de cristal, un documento que superaba las barreras del género y se explayaba sobre un universo poético y simbólico que no se había presentado en el panorama del género en España. Siguieron en esta aventura tres álbumes más (el último presentado a finales del año pasado, Acariciando mundo) y una maqueta que lo han consagrado como un narrador fabuloso, potente y reflexivo.
En la música de Sharif las rimas siempre están acompañadas de referencias eruditas que, antes que completar la rima o denotar un esnobismo por parte del autor, reafirman que la mente del Increíble es un lugar fértil en el que las ideas se entretejen sin diferenciar alta o baja cultura, pues reconoce que hay una carga poética tanto en los arrabales y los bares como en la mitología griega o el poemario español del fructífero y truncado siglo XX. En su último esfuerzo discográfico, Acariciando mundo, Sharif se aventura por parajes electrónicos que necesariamente vienen del predominio del trap en el mercado global de la música urbana. El ritmo heredero de las historias criminales del subsuelo de Atlanta ha visto varias permutaciones al encontrarse con la rima hispana, pero antes que la ironía vacua de grandes representantes como Pimp Flaco o Kinder Malo, Sharif parece alinearse más con las preocupaciones estéticas del otrora estudiante de filosofía C. Tangana. Sea cual fuere el caso, Sharif es un hijo de su tiempo y entiende que las posibilidades musicales son infinitas y que la retórica del trap no se contrapone su oficio de rimador sino que, antes bien, pone a prueba sus habilidades métricas, creando un álbum absolutamente pertinente, actual y que palpita.
El creador de ojeras malva, el que fuma demasiado, el que busca el exilio en el folio y a quien le bastan cien frases para construir o destruir un universo, llegará a Bogotá para presentar su colección de aforismos a los más sensibles escuchas del género en la capital. Adéntrense por el callejón de los milagros y no se pierdan esta oportunidad única de ver a uno de los alfareros de palabras más fuertes de la movida española de las últimas dos décadas. Es una oportunidad idónea de cerrar un año de presentaciones demenciales por parte de líricos de talla mundial nacidos en España, desde Klub 4 a ZPU. Sharif presenta un show necesario e íntimo, en el que cada una de sus palabras son dardos perfumados que llegan a cada uno de los corazones presentes. Encuentren toda la información del evento aquí y nos vemos este 17 de noviembre en Latino Power.