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Por Ignacio Mayorga Alzate

Pablo Trujillo crea un trap, más o menos, en “He dejado”, nuestra canción de la semana


Pablo Trujillo le dio un giro de 180 grados a su carrera solista. Desde que empezó a reinventar su sonido en 2017 con la publicación de “Súper fuerte” tras su participación en Rock al Parque, el cantautor bogotano ha virado hacia las posibilidades atmosféricas que puede crear a través las virtudes tecnológicas del pop electrónico. Aunque la guitarra siempre será su más fiel compañera, lo cierto es que al explorar estas nuevas opciones Trujillo ha creado un producto cada vez más afinado y con un sentido comercial más claro y que no descuida esa fina artesanía lírica que lo ha caracterizado, sino que le permite llegar a lugares más profundos, a veces más oscuros, a través de juegos con modulaciones o alteraciones vocales a través de sintetizadores y máquinas. Trujillo cada vez más ha estado coqueteando con los beats y atmósferas de la electrónica y, así, en 2018 tuvimos un EP con lo que ha sido el primer capítulo de su nueva saga cibernética. Monos demostró todas las posibilidades creativas más allá de su virtuosa interpretación de los instrumentos, denotando una sensibilidad estética profunda y elegante. Ahora, continuando la experimentación sónica, Trujillo presentó su nuevo sencillo: “He dejado”. En sólo cuatro minutos el cantautor y compositor bogotano lanza todo por la borda para coquetear con un sonido que nunca había trabajado: el trap.

“Luego de Monos, que fue una ruptura importante, quise seguir por esa línea electrónica y, en algún momento, decidí jugar a hacer un trap”, explica Trujillo sobre el sencillo. “O por lo menos aprender a cómo se hace un ritmo de trap porque hasta mi hermanito está oyendo esa imagen y dije ‘Bueno, hagamos por lo menos la investigación de por qué este ritmo funciona, qué es lo que tiene y cómo se hace’. Me metí literalmente a ver tutoriales en YouTube de cómo hacer un ritmo trap y lo hice paso a paso, al pie de la letra, y pues logré hacer una célula rítmica típica de ese género a la que le fui sumando cosas, adornándola con sintetizadores. Todo manteniéndolo muy sencillo y minimalista. Terminó convirtiéndose ese juego de cómo hacer un trap en una canción que ya suena mía”. Y es cierto. Una de las virtudes fundamentales de la música de Trujillo es que, independiente de la seda con la que se arrope, mono(s) se queda, así es que cada aventura suya tiene como guía su propia identidad como artista, su visión creativa inagotable como eje.

“Como yo lo veo es una especie de trap psicodélico que después se convierte en una canción con su verso y su coro, guitarras acústicas y guitarras eléctricas en el último coro y realmente salió de un experimento muy raro, algo que nunca me había pasado al componer”, continúa el bogotano sobre “He dejado”. “Eso de ponerse a hacer un ritmo como tan buscado y tan específico es algo que yo nunca había hecho antes. ‘Bueno ahora voy a hacer un bossa nova, ahora voy a hacer un blues’. No. Siempre el proceso es más orgánico y más improvisado. Esto fue muy particular y me sorprende que lo que haya quedado sea una canción que me gusta muchísimo y que ahora siento muy propia, a pesar de haber partido de un experimento con un género que hasta ahora no tenía nada que ver con mi música”. Si bien el músico presenta una atmósfera cargada de hi hats de 808 ochentero, su coqueteo con el ritmo lo lleva a un lugar lírico que igual y no es consecuente con la vacuidad discursiva del género que explora, por lo menos en habla hispana. No es una reflexión trivial sobre el pollo con arroz, mercar en tiendas de cadena con precios bajos o una desfachatada sarta de frases misóginas o sexistas. En cambio, Trujillo se vale de esta célula musical para construir una declaración de principios sobre el valor de la autenticidad en la era de Tinder, Instagram y YouTube.

“A mí no me parece que la letra sea melancólica, pero sí puede dar esa impresión porque la música sí es muy melancólica. Creo que la letra está cargada de rabia, pero también es un desahogo”, explica Trujillo sobre la reflexión que plantea esta nueva canción. “Habla de un sufrimiento que ya fue, que ya logré soltar. También es como una manera de responderme a la canción “Antes de la guerra” que dice ‘Yo no sé bajar a la tierra’ en el coro y esta, en cambio, dice ‘He bajado a la tierra, he dejado de esperar que tú me quieras’. Es como una declaración: he dejado de esperar que, en general, que yo le agrade a los demás. A nivel personal y a nivel musical. Es un desprendimiento y una ruptura con esa pretensión de que uno debería agradarle a los demás, en todos los sentidos”. En este sentido, Trujillo se siente plenamente conforme con cada una de sus composiciones, con el llevar cada vez más lejos su laboratorio creativo.

Así mismo, la canción es una declaración abierta a los mezquinos manejos de una industria encargada de producir ídolos en masa, borrándoles a las malas todos los rasgos particulares de su identidad. “Es también un discurso con el que se cimentan muchas estrategias que le venden a la gente en la industria musical sobre lo que debería y lo que no debería hacer. La medida del éxito muchas veces se nos presenta como el número de likes. Es así de sencillo. El número de ‘Me gusta’ de los demás mide cuán exitosa es nuestra música. Y eso no es solamente falso sino muy destructivo y muy nocivo para un artista. Esta canción habla de alejarse y de quemar esa noción”. Con “He dejado” Pablo Trujillo le prende fuego a las fórmulas y los discursos, y de esta ceniza emerge cargado de una energía creativa nueva que lo llevará más adelante a la presentación de un nuevo EP. Escuchen aquí “He dejado” y suelten todo aquello que no los hace libres.


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