Arrabalero ha hecho un largo y juicioso recorrido por la escena independiente colombiana desde que Juan Sebastián Aguilar dio forma a su primera alineación en mayo de 2013 en formato trío. Luego, sumando músicos y esfuerzos, logró crear el proyecto que hoy representa su sonido, un ensamble poderoso en el que la improvisación y la libertad se tornan en herramienta lúdica que termina dando forma a composiciones inquietantes y dinámicas, que van desde la explosión de guitarras hasta los susurros de los vientos en unos cuantos compases, para luego volver a caer en un juego de réplicas rítmicas que antes que canciones terminan construyendo recorridos. La música de Arrabalero es de la más sobresaliente de la movida independiente y ha llegado a importantes plataformas como el Jazz al Parque, Hermoso Ruido y Estéreo Picnic, donde presentaron una celebración explosiva de talento y virtuosismo. Así mismo, la banda se ha permitido girar a lo largo y ancho del territorio colombiano a través de becas de circulación y ahora tiene la oportunidad de llegar a territorio azteca para continuar cosechando éxitos.
Después de recorrer el territorio colombiano y convertirse en una de las bandas centrales del circuito independiente bogotano, ha llegado la hora para que Arrabalero expanda su horizonte y se lance a la conquista de nuevas geografías. En ese sentido la banda ha sido absolutamente minuciosa en su recorrido, tachando cada una de las etapas del paso a paso que le toca completar a los actos independientes que no cuentan con patrocinios de marcas internacionales, el soporte de una disquera enorme o los recursos para crecer su base de seguidores a través de conversiones nulas pautadas en Instagram y Facebook. Arrabalero ha llegado a donde está en virtud de su propia vocación artística, en razón de su talento indiscutible y a fuerza de volcar cuerpo y corazón en cada una de sus composiciones y presentaciones en vivo. Siendo realistas, y sin ánimo de polemizar, fue uno de los momentos más conmovedores de la última edición de Estéreo Picnic, plaza que se ganaron a pulso después de cinco años de recorrido musical y una presentación estelar en octubre del año pasado en el Hermoso Ruido. Ahora, le llega el turno a México.
Considerado uno de los mercados claves para la música alternativa latinoamericana y española, el país vecino a los Estados Unidos se ha convertido en una suerte de meca artística para los creadores colombianos. Y Arrabalero se ha ganado un espacio en su agenda cultural. La banda bogotana espera poder llegar al país azteca en agosto y septiembre de este año y para ello ha hecho todo cuanto está en sus manos para lograrlo. Las fechas ya están agendadas, los lugares reservados y la campaña de expectativa para captar nuevos escuchas en ese territorio se está desarrollando de manera orgánica. Sin embargo, el llegar a un país desconocido con un equipo conformado por casi una decena de personas, entre las que se incluyen músicos y equipo técnico, no es en absoluto sencillo.
A razón de esto y también para celebrar su nueva aventura, Arrabalero ha creado un evento de recolección de fondos para poder financiar su gira por México. El próximo 1 de agosto en Latino Power, con apoyo del colectivo Aforo Total, Arrabalero ofrecerá un último concierto en la capital en el que espera contar con los apoyos de su familia, amigos y seguidores. La banda estará acompañada de un cartel de lujo que se unirá a ellos en el escenario con actos imponentes y de primer nivel, construyendo sobre una curaduría impecable de sentimientos viscerales y música explosiva. Acompañando a Arrabalero estará Teatro Unión, banda de post punk y dark wave que tuvo la fortuna de telonear la última visita de los rusos de Motorama, Hermanos Menores, implacable mezcla de jazz y ritmos melancólicos que se ha convertido en uno de los actos favoritos del nicho de Matik y Babelgam, proyecto nuevo en el que el post punk y el punk colindan con la angustia existencial de ser un habitante en una ciudad claustrofóbica y caníbal. Así mismo, dentro de la presentación de Arrabalero varios integrantes de estas bandas estarán acompañándolos para crear un momento único en vivo que pasará a la historia.
No basta con quejarse del predominio del género urbano en las estaciones de radio comerciales y en la lógica que estructura nuestras relaciones afectivas ni con señalar la misoginia y el fascismo de intérpretes del vallenato contemporáneo. Si queremos cambiar la cultura musical de nuestro país tenemos la obligación ética de apoyar a las bandas que están dándolo todo por brindar nuevos colores a nuestro paisaje sonoro. No importa si estos son gris, blanco y negro: son una diferencia cromática para nuestros oídos y expanden nuestra experiencia de escucha a otras latitudes más allá de nuestro sur profundo con sus ritmos uniformados bajo el mando del dembow. Nos vemos el 1 de agosto en Latino Power para celebrar la independencia y la conquista de nuevos territorios. Nada de esta fecha será olvidado.