
Diamante Eléctrico lleva seis años de juiciosa carrera preparándose para ser una de las bandas centrales del rock nacional. Cuestionar en este momento su importancia en el panorama colombiano y latinoamericano es un sin sentido y cuestionar sus triunfos no tiene mucho valor a la luz de que cada disco, siempre, construye un sonido inteligente, refinado y que, sin alejarse de su género base, no teme colindar con otras estéticas para crear un producto siempre fresco y novedoso. El trío colombiano se ha parado en firme y ha logrado conquistar las tarimas más importantes del país, públicas y privadas, y el año pasado presentó quizás su mejor trabajo a la fecha: Buitres. El LP compuesto de nueve canciones representó un nuevo aire para una agrupación que se había caracterizado por un explosivo sonido de guitarra (poco antes Billy Gibbons de ZZ Top los había acompañado en un exitoso sencillo) y los llevaba a transitar momentos inquietantes, a empaparse de otros sonidos afro provenientes de los Estados Unidos y a jugar de manera minimalista sobre el pentagrama para construir melodías profundamente inquietantes.
Ahora, apostando por todo lo alto, la banda regresa con el tercer adelanto de un álbum de colaboraciones de diez canciones. Buitres & Co llegará de manera quincenal, como una novela por entregas, y busca ampliar el horizonte de posibilidades de una banda que cada vez más le pierde el miedo a dejar en el ropero la chaqueta de cuero en aras de una experimentación sólida de las bases de su sonido. El disco se proyecta como la posibilidad de una banda de nutrirse de distintas fuentes y referentes, menos obvios en su sonido que la luenga barba de Gibbons, pero igual de interesantes para la construcción de una nueva identidad sonora. Buitres & Co tendrá colaboraciones del mundo del hip hop (Kase O.), el pop alternativo (Francisca Valenzuela) el post punk revival (Alison Mossheart), entre muchos otros. Esta semana, después de compartir sus colaboraciones con el dominicano Vicente García y la vocalista de The Kills, el trío bogotano presenta su nuevo corte junto al Aragonés Errante, Enrique Bunbury. "Hacia la noche" es una reversión de su anterior placa Buitres que, a la luz de este nuevo arreglo, parece haber sido escrita para el español.
Con un aire blusero y mordazmente coqueto, Diamante Eléctrico nos sumerge en una canción llena de crípticas imágenes poéticas que guían un recorrido nocturno por un mundo lleno de placeres no sacros. La voz de cantina y arrabal de Bunbury, uno de los artistas más importantes de las últimas tres décadas del rock español, le suma a este recorrido entre sombras el color del humo del tabaco, marcando el compás para bailar con el Diablo bajo la luna. La batería de Andy Zeta crea una atmósfera de galope que pronto se concatena con el sonido del bajo de Juan Galeano; para cuando Bunbury entra en la ecuación, un piano elegante va guiando sus versos. “Hacia la noche” está finamente ornamentada por unos arreglos minimalistas. Lejos de solos virtuosos y teatrales, la suma de riffs sencillos y motivos logra crear una canción muy rockera que maneja inteligentemente las mejores estrategias retóricas del pop comercial. El resultado es una canción que genera recordación inmediata. Adéntrense en “Hacia la noche”, lo nuevo de Diamante Eléctrico y Bunbury.