Ácido Pantera empezó como un dúo de productores bogotanos en 2013 cuando Juan por Dios y Diego Viera se interesaron por los sonidos propios colombianos y la síntesis de audio. Su pasión empezó a evolucionar hasta que lanzaron su primer EP como La Tostadora. Rayacoco bailador, de 2013, les abrió las puertas en la escena de los amantes de la electrónica y el circuito de festivales. Un año después lanzaron su EP Caciques del rave, que incluía la canción “Vida bacana”, lo que les permitió llegar al Vive Latino (México) y el Estéreo Picnic (Colombia). Con Ácido Pantera el dúo llegó a Perú, Ecuador y Chicago y repitieron, en 2018, en el Estéreo Picnic. Con un pie dispuesto sobre la herencia folclórica del país, este proyecto se ha convertido en uno de los actos principales del circuito nocturno. Su inteligencia musical les llevó rápidamente a entender que somos más fuertes cuando trabajamos juntos y no han tenido problema alguno en invitar a su aventura de jungla a algunos de los músicos más importantes del neo folclor colombiano, así como a intérpretes anónimos que han encontrado en su camino. El sonido de Ácido Pantera es plural, incluyente, dinámico y en estado de constante evolución.
Después de una pequeña gira por México el año pasado Ácido Pantera se embarcó en una aventura de mes y medio por el viejo continente en el primer semestre de 2019. Fueron 9 fechas oficiales que llevaron al dúo a Francia, Reino Unido, Austria, Italia y Bélgica, finalizando su recorrido sonoro en este último país en el Polé Polé Festival. De esta gira sobrevive una versión en vivo de “Sonido Campechano” que se grabó entre fechas en Cannes, durante la última edición del Midem, el evento internacional de negocios más importante para el ecosistema musical. Ácido Pantera participó como el único acto de electrónica en el cartel. Ahora, siempre dispuestos a reventarnos los oídos con nuevo material, el dúo regresó con un nuevo EP, Ritual eléctrico, del que se desprenden cuatro cortes.
El lanzamiento es una pieza singular en la que se le da predominio al trabajo instrumental de la banda, un elocuente desorden de influencias, acentos, colores y maneras de comprender la palabra “Fiesta”. El trabajo abre con un atrevido “Manifiesto” que nos introduce a un universo musical propio. Su declaración de principios es una producción sofisticada y audaz, su carta de presentación es una vanguardista visión del carnaval. “Amornamá” los encuentra colaborando, de nuevo, con el maestro Humberto Pernett, una de las principales influencias de la banda con quien a buena hora cruzaron caminos. “Usté”, canción de la semana en 120dB Bogotá hace unas semanas, es una exuberante concatenación de texturas electrónicas con tambores yoruba. Exquisita. El cierre del EP, “Ritual Beat”, es una depuración selvática de “Dark Beat” clásico del rave mundial a cargo de Oscar G & Ralph Falcon. Es una elegante solución a la dificultad de cerrar un trabajo musical ascendente y emocionante, así como un interesante guiño a la electrónica global y las influencias de los Pantera. Ciertamente el dúo se refiere a otros tambores cuando enuncia su adición a los ritmos de percusión.
El esfuerzo discográfico de casi media hora encuentra al dúo en su etapa experimental, abriendo las puertas de su sonido hacia posibilidades infinitas en las que converge una sofisticada y coqueta producción digital con tambores batá y la sofisticación Caribe del maestro Humberto Pernett. Son cuatro canciones que exploran un ecosistema musical de fina factura, siempre abrazando la esencia atrevida de un felino peligroso. Sin precisar de muchos elementos, Ácido Pantera construye un lanzamiento elegante que sirve lo mismo para las discotecas de Ibiza como para rituales sacros de los pueblos originarios del continente latinoamericano. Construyendo una identidad bipartita, Ácido Pantera es lo mismo cosmopolita y metropolitana como lo es selvática y salvaje. Si la manigua se entreteje con los edificios inmensos o si la jungla se tiñe de luces de neón está a decisión de cada quien, lo cierto es que Ácido Pantera ha construido una dinámica pieza de exportación, un EP atrevido y singular que, seguramente, pronto se tomará las pistas de baile a lo ancho del globo.