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  • Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Atrato se pierde en las habitaciones vacías de una Casa de turistas


“Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida./No he sabido cuando salen, cuando entran,/ en qué estación desconocida descansan sus miserias./ Las mujeres han salido de este cuerpo a los portazos/quejándose de mi tristeza,/en algunas temporadas se han quejado de humedad/de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena”, dice “Hospedaje de paso” uno de los poemas más bellos del escritor bogotano Federico Días-Granados. “Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida/ y el patio queda nuevamente solo/en este hotel de paso donde siempre es de noche”, cierran los últimos versos. En el universo poético que propone “Hospedaje de paso”, Díaz-Granados propone la metáfora de su cuerpo como un espacio de tránsito en el que sus amantes, como viajeras cansadas, amainan durante una temporada para luego abandonarlo, siguiendo su camino por otras sendas. Sin embargo, ¿qué pasaría si es el espacio compartido del amor, el encuentro de dos cuerpos, el que se convierte en la metáfora del lugar habitado?


Atrato responde a esta pregunta con su nueva canción, “Casa de turistas”. El dúo conformado por Federico Tisnés (caleño) y Javier Velásquez (barranquillero) de batería y bajo nació en 2017 y ha venido explorando una variedad de ritmos desde entonces en el que la base tropical de su sonido se entreteje con el rock y el punk, siempre respetando la identidad del Caribe colombiano. Su universo lírico está cimentado sobre la exploración de lo cotidiano, buscando que estas experiencias del día a día presenten su propia visión del mundo, a la manera de la tradición del folclor nacional. En 2018 la banda publicó su primer EP, Alta concordia, y desde entonces no ha parado de moverse en el circuito nacional con un show poderoso y elocuente, que cada vez más define una identidad propia en la que se pueden entrever sus referentes, pero que resulta en un producto único. “Casa de turistas” es su segundo sencillo de 2020, al que antecede “Curandera”, de finales de febrero.


“Casa de turistas” presenta de primera mano la identidad sonora del dúo. Con una percusión sopesada y un bajo que lleva la base melódica, Atrato plantea la posibilidad de una relación inesperada, un encuentro mágico en un lugar seguro que no se andaba buscando. En contraposición al poema de Díaz-Granados, este espacio es un reposo para ambas partes de la relación. En esta casa de turistas el amado y el amante son roles que ambos asumen, dejando de lado el objeto de idealización, siendo las dos personas objeto de deseo y cuerpo que desea. Con una fuerza minimalista y primigenia, Atrato busca un universo metafórico cercano a sus oyentes en el que las imágenes del mar y los cuerpos se convierten en poderosos vehículos del significado. Quizás la solución no está perderse en el otro sino perdernos juntos entre las habitaciones de este amplio resguardo que es el amor. Algunas tendrán telarañas, moho y humedad. Pero otras, benditas sean, dan al mar con sus balcones y se riegan de sol en las mañanas más cálidas. Conozcan la “Casa de turistas” de Atrato y piérdanse entre pasillos oscuros y tibios para encontrar el amor.



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