Ignacio Mayorga Alzate
Jaguar cristaliza el Caribe colombiano en “Síguele el paso”, su sencillo debut

Un jaguar ruge en medio del Caribe. Con “Síguele el paso” el nuevo dúo colombiano aparece en nuestro radar y llega cargado de energía para, bebiendo de las formas del sonido caribeño, reinventar las formas de la música colombiana del futuro. Con una propuesta influenciada por el zouk, la champeta, la cumbia, el funk y la salsa de los ochenta, el nuevo proyecto nacional empieza a perfilarse como una propuesta para los exigentes bailadores, para todos aquellos que extrañan las verbenas a orillas del mar, mientras el sol de fuego se apaga en el océano infinito de aguas diáfanas. “Síguele el paso” es el primer adelanto de un disco de nueve canciones que el dúo prepara para este año llamado Madremonte en el que buscan en las formas del pasado las herramientas de resistencia cultural para construir un futuro poscolonial en el que nuestros discursos sonoros únicamente nos pertenezcan a nosotros.
La Colombia de Jaguar es una tierra restaurada y reimaginada, no ya a través de los ojos exotistas del realismo mágico macondiano, sino a través de las voces y acentos plurales que componen la identidad sonora del país. Lo cierto que la revisión juiciosa de la parte afro de nuestra identidad es una tarea importante para construir una cultura diversa en la que quepan todos. De esta forma, Jaguar bebe del Caribe colombiano y sus muchas afluencias africanas para darle un sonido cargado de ritmo y energía a su propuesta de valor. Es una visión idealista de un país que aún no existe, en el que el epíteto de la raza es insulto centralista, pero que podría llegar a aparecer si nos concentramos en todo lo que nos une antes de en aquellas nimiedades que nos diferencia. Al final, todos somos uno y “Síguele el paso” propone que nos encontremos en el ritual de la danza para olvidarnos de todo lo demás.
Jaguar se inspira en el sonido de la cumbia, el porro y la salsa, pero también están fascinados por los ritmos africanos que llegaban a la Costa Caribe colombiana en forma de vinilo, al igual que su distribución en las fiestas de los picós que sobreviven después de décadas de rugir con fuerza. Estas influencias cristalizan a través de la reinterpretación de sonidos de la música electrónica subterránea como el techno, el Brit Funk de los 80 y el electro break, dándole a “Síguele el paso” una fuerza metálica y tropical que funciona para las pistas de baile de todo el globo teniendo al Caribe colombiano en su corazón. Esta región, imaginada desde afuera como un cálido retiro para la alegría, contrasta con la realidad sociopolítica, cultural y sanitaria en la que existen sus pobladores. Empero, ambos contrastes son los que determinan un espacio geográfico en el que la música funciona tanto como motor de resistencia, así como catarsis para los momentos más difíciles. Lléguenle a lo nuevo de Jaguar y prepárense para todo lo que llega.