NATEBO encuentra su voz en “Ion Care”, un debut que respira autenticidad
- Redacción 120dB Bogotá
- hace 3 días
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“Ion Care” es una carta de presentación clara y visceral de NATEBO, un artista que comienza a construir su identidad sin pedir permiso. El tema condensa la esencia de un joven de 22 años que viene del mundo laboral —retail, oficios, la aspiración al trade HVAC— y que decide romper con la vida predeterminada para apostar por una vocación artística que, más que un oficio, funciona como un estado mental.
Desde los primeros compases, “Ion Care” muestra esa mezcla entre desahogo y convicción que define a los artistas que escriben desde la supervivencia emocional. La interpretación tiene la energía inconfundible de alguien que pasó años escribiendo en silencio, afinando estructuras y descubriendo que la música no era un pasatiempo sino un punto de retorno: un lugar donde todo encaja. No sorprende que NATEBO describa el estudio como una especie de trance meditativo. En “Ion Care” esa sensación se traduce en un flujo vocal despreocupado pero perfectamente controlado, como si cada frase fuera parte de un diálogo interno que finalmente encuentra su salida.
La canción se sostiene sobre una producción directa y sin maquillajes innecesarios. El beat funciona como un ancla que permite a NATEBO oscilar entre su identidad rapper y su lado más rockstar, insinuando una versatilidad que seguramente evolucionará con cada lanzamiento mensual que planea. Hay algo en la forma en que entrega las líneas —entre ironía, seguridad y una ligera risa interna— que recuerda a artistas que entienden la performatividad de ser uno mismo: ser personaje sin dejar de ser persona.
“Ion Care” también dialoga con su narrativa biográfica. NATEBO es West LA pero también Chicago; es el trabajador que deja el turno para grabar; es el chico que aprendió usando BandLab y que perfeccionó sus ideas apoyado por productores independientes de AWAL; es un artista que se ha construido en la frontera entre lo cotidiano y lo aspiracional. De ahí que la canción respire autenticidad: no pretende sonar más grande de lo que es, pero tampoco minimiza su ambición. Su nombre artístico —una mezcla de banter, afecto y “bohemia”— manifiesta esa misma dualidad: humor y propósito en un solo gesto.
En el fondo, “Ion Care” es una declaración de no conformidad. Es la voz de alguien que está aprendiendo a confiar en sí mismo mientras pide, casi en susurro, que el mundo confíe también. Ese equilibrio entre vulnerabilidad y carisma es lo que vuelve la canción memorable. Las referencias a su comunidad creativa, a los productores que lo acompañan, e incluso a ese “tres es fiesta” que menciona, refuerzan la idea de un artista que se mueve desde la gratitud y que entiende el valor de construir conexiones reales.
El resultado es un debut que no se conforma con entretener: presenta un personaje, un mundo y una aspiración. NATEBO quiere que lo acompañen en el proceso, quiere que su público “stick around and bare with him”, y “Ion Care” funciona como el primer puente. Hay frescura, intención y un deseo genuino de que escuchar su música sea tan divertido como para él lo es crearla.
Si este es el punto de partida, su promesa es clara: crecer desde la autenticidad, convertir las dificultades en narrativa creativa y seguir avanzando con la sonrisa que él mismo declara. Y quizá esa sea la lectura más potente de “Ion Care”: un joven artista que empieza a encontrarse mientras invita a los demás a descubrirlo en tiempo real.















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