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Reverb, duelo y constelaciones DIY: el universo íntimo de te vi en un planetario

  • Foto del escritor: Ignacio Mayorga Alzate
    Ignacio Mayorga Alzate
  • 1 jun
  • 8 Min. de lectura

En una escena saturada por el revival del dreampop y el shoegaze, te vi en un planetario emerge desde Teotihuacán como una voz profundamente personal y vibrante, que no teme mirar hacia dentro para proyectarse hacia afuera. Formada en plena pandemia por Ilka Serna y Alexis Ramos, quienes se conocían desde la primaria, la banda encontró en el encierro una oportunidad para dar forma a un lenguaje propio en el que las guitarras en delay y los paisajes oníricos dialogan con emociones crudas y experiencias íntimas. Lejos de replicar moldes importados, su apuesta por componer en español y abrazar un enfoque DIY tanto en lo musical como en lo visual les ha permitido construir una estética coherente y honesta, sin preocuparse por la industria ni por las fórmulas de moda.


Con un puñado de sencillos que se mueven entre el desahogo emocional y la exploración melancólica, te vi en un planetario ha comenzado a llamar la atención dentro del circuito alternativo latinoamericano. “Te odio”, su primer lanzamiento en plataformas tras una serie de entregas en Bandcamp, encapsula ese tránsito afectivo entre el deseo y el hartazgo, narrado desde una lírica directa y desgarrada. La canción funciona como rito de paso: es la crónica de un duelo amoroso atravesado por el silencio y la manipulación emocional, envuelto en capas de reverb que no disimulan el dolor, sino que lo amplifican.


A pesar de que muchas de sus referencias iniciales provienen del universo anglosajón, el proyecto ha sabido resignificar sus influencias y construir un imaginario propio, en el que lo mexicano y lo latinoamericano se expresan de manera sutil pero constante. No a través de clichés ni de discursos evidentes, sino mediante la incorporación de símbolos culturales, atmósferas introspectivas y un componente visual inspirado en artistas como Remedios Varo. Para Ilka, la dimensión política del proyecto no está en lo explícito, sino en el ejercicio íntimo de decir lo que duele, lo que inquieta y lo que no se puede nombrar fácilmente. Esa insistencia en lo emocional como territorio de resistencia es, quizás, lo que hace de te vi en un planetario una de las propuestas más genuinas y prometedoras de la música alternativa latinoamericana actual. A propósito de su visita a Bogotá a principios de mayo en el marco del BIME, hablamos con Ilka sobre la pandemia, la muerte y la religión y el nuevo momento del indie mexicano.


Cuéntame cómo nace la banda. Tengo entendido que Alex y tú se conocieron durante la secundaria.


Nos conocíamos desde la primaria, de hecho, pero no habíamos tenido tanto acercamiento. Luego empezamos a hacernos más amigos. El proyecto empezó hace 3 años justo y ha sido todo un viaje muy bonito porque hemos estado nutriéndonos mucho de pues muchas influencias que también ya traíamos de la música emergente, la música indie.


En ese momento cuando iniciamos el proyecto estábamos muy clavados con Él mató a policía motorizado, que sí creo que fue una influencia muy relevante para nosotros porque fue como que un sonido nuevo, más que nada porque veníamos de esta escuela de escuchar muchísima más música en inglés y como que dar ese paso a tener música que conectara también en nuestro en nuestro idioma siento que fue algo  muy padre y dijimos, "Bueno, tenemos que tenemos que escribir en español” porque sí aporta muchísimo aporta muchísimo en el sentido de que no pegan igual bandas que vienen de Inglaterra o de los Estados Unidos que, probablemente, su contexto es súper diferente al nuestro.


Nos fuimos por ahí esa línea. Igual siempre fuimos muy dedicados a que todo de Te vi en un planetario sonara como muy guitarreo. También estábamos muy clavados con el Shoegaze y el Dreampop, que siento que también han sido un pilar importante desde el momento de hacer cosas en cuestión creativa, en producción musical y pues también en toda esta narrativa que venimos siguiendo desde ese tiempo.

Y, en ese en ese sentido, ¿cómo es el contexto en el que surge la banda? ¿Qué estaba sucediendo en Teotihuacán? ¿Cómo empezó el proyecto a dialogar con otras músicas, con otros actos alternativos? En síntesis, ¿cómo se fue construyendo su trayectoria en ese contexto?


Pues justamente nos tocó la temporada de pandemia. Entonces todo era súper volátil, por ponerle una palabra. Entonces, sí creo que veníamos, tanto Alex como yo, desde un lado, en el que no podíamos salir y que toda conexión era por Internet. Siento que Te vi en un planetario sí nace mucho del internet, de hacer estas pequeñas sesiones y decir, "Bueno, pues si no podemos salir, pues chance podemos ir a casa de alguno y platicar y compartir música". Ese el contexto del que salió Te vi en un comentario. Siento que algo que sí remarcó mucho fue como esta imposibilidad, chances de decir, "Bueno, pues ahorita no podemos ir a ningún show o no podemos salir tanto, pero pues podemos seguir escuchando música aquí y hablar de las cosas que pensamos”.


También desde el lado más introspectivo. Siento que ahora, viéndolo en retrospectiva, ayudó mucho al momento de escribir las canciones. Se hablaba mucho desde este sentido de en qué posición te encuentras dentro de un mundo en el que probablemente te sientes frenado, pero pues a la vez están pasando muchas cosas ahí afuera que tú no te das cuenta. Ese sería como el contexto como más general de cómo empezó.


Las dinámicas del lanzamiento y circulación de la música han cambiado mucho en los últimos 10 años y con los algoritmos siempre actualizándose en Spotify, a veces es difícil saber si la colección de sencillos es de hecho un EP completo o responde más bien a una estrategia de ir posicionando los lanzamientos, complementándolos con los lanzamientos anteriores.


En ese orden de ideas, quería saber si consideras que, por la forma en la que está organizado el perfil de la banda en las plataformas de streaming, si Flores, Casa de Espejos y El fin de los tiempos son en sí una obra redonda o más bien responden a esta manera en la que ha venido cambiando la industria y la manera en la que han empezado los artistas independientes a mostrar sus productos musicales.


Creo que todo en cuestión de lanzamientos ha cambiado mucho y al principio eh no teníamos tanto esta organización con todo un equipo tomando las decisiones. Realmente todo fue muy espontáneo. Más que nada porque en sí Alex y yo no sabíamos si íbamos a sacar a plataformas nuestra música. Entonces eso fue una gran sorpresa de que pues igual empezó como que a llegar a más gente el primer EP y todo eso.


Pero sí siento que sí ha sido como algo que se ha ido moldeando a base de que ya hemos ido profesionalizando más el proyecto. Hay muchos proyectos musicales que se desenvuelven de diferentes formas, pero siento que en mi experiencia justo ha sido desde este lado de ir aprendiendo a base de lo que se ha ido sacando. Más que nada porque desde el inicio hemos trabajado con El Brillante y han sido una guía. Además de ser managers, también son desarrolladores de talentos. Entonces, también son personas jóvenes dentro de la industria, por lo que hemos ido aprendiendo en la marcha cómo puede funcionar de una mejor forma el producto y hacerlo más eficiente.


Creo que algo que sí que sí creo que es bueno resaltar es que sí hemos estado como muy vivos para poder aprovechar las eventualidades. Siento que eso también es muy importante al momento de querer sacar canciones, que puedas ver los momentos en los que puedas tener una idea un poquito más consolidada de qué es lo que quieres lanzar y qué es lo que quieres decir afuera.



Hay un tema que es que es bien interesante y que en las tres ediciones anteriores del BIME acá en Bogotá se ha insistido mucho y es el de la identidad latinoamericana en los lanzamientos o en los actos musicales del continente. Es bien complejo en la medida en la que la definición de lo latinoamericano es siempre líquida y, de cualquier manera, nosotros somos hijos más bien de la aldea global. Me mencionabas al principio que tenías una influencia anglo muy fuerte. Los de la generación del iPod que vibramos lo mismo con los Smiths que con Café Tacvba, por ejemplo.


Entonces, un es una pregunta por esa identidad y esa idiosincrasia de lo latinoamericano y lo mexicano en su música de ustedes y si percibes que existe, digamos, una influencia no necesariamente musical, sino contextual. Quería preguntarte, entonces, por lo mexicano o lo latinoamericano en la música de Te vi un planetario.


Me gusta mucho esta pregunta porque sí he notado que ha habido una resignificación de ciertos sonidos y ciertas ideas en discursos latinoamericanos. Lo veo mucho, por ejemplo, con un proyecto que se llama La Texana que ocupa mucho estos significantes muy latinos, sonidos, ritmos de los que también se apropia y los hace Postpunk, que viene como de otra parte del mundo. Entonces siento que esta parte, por ejemplo, de Te vi en un planetario en cuestión de lo latino, en cuestión de México que es en general un país que tiene muchas influencias de los surrealistas, y siempre se habla de la cultura, de las festividades y, en el imaginario de las personas, se habla mucho de la muerte, de la de la religión también.


Siento que es algo que también ha sido que muy persistente dentro de la música de Te vi en un planetario utilizar estos significantes y reapropiarlos a sonidos particulares. Creo que sí es algo que en Te vi en un planetario sí ha sido algo muy latente. Más que nada porque siento que el proyecto también se alimenta mucho de lo visual y de las narrativas visuales. Siento que son este pilar que sostiene también al proyecto. A mí me gusta, es una gran influencia para mí, la artista Remedios Varo que tiene una pintura que se va mucho al inconsciente, a las profundidades. Y siento que Te vi en un planetario también habla de esas cosas y siento que eso también es algo muy mexa. No necesariamente son estos significantes de las problemáticas políticas. Más bien siento que Te vi en un planetario habla más de lo político dentro de lo interno, de lo de lo de lo personal y siento que también está chido hablar desde ahí.



¿Cómo se traducen estas canciones construidas en dormitorios, en la intimidad al acto en vivo? ¿Cómo se construye ese esa posibilidad de llevarlas a los escenarios con otros músicos o cómo es el diálogo con los intérpretes? Siento que es casi un diario íntimo que tú estás compartiendo desde tu intimidad, desde la privacidad de tu dormitorio, con tus escuchas. Entonces, en ese orden de ideas, me parece interesante porque las canciones no nacieron en forma de banda, nacieron de dos personas dialogando y también incluso en la distancia porque estábamos en pandemia. Quería ver cómo había sido ese diálogo con las personas que nos acompañan en vivo.


Siento que tuvimos mucha suerte en el sentido de que nosotros nunca pensamos que pudiéramos llevar Te vi en un planetario a un escenario. O sea, realmente siento que todo fue un golpe de suerte de que algún día a Alex y mí se nos ocurrió subir “No quiero estar aquí” y llegó a oídos que pues les gustó y que nos empezaron a apoyar y empezaron a darnos como que más herramientas para salir de nuestro cuarto. Para mí significa mucho y estoy muy agradecida. Realmente nunca fue un plan el que eh sí se viera como esta parte más a la industria musical. Realmente todas las canciones del primer EP fueron justo ejercicios que yo hacía de escritura porque eh en una materia de mi carrera universitaria me lo me dejaron como una tarea y pues de ahí empezaron a surgir cosas.


Ha sido muy bonito compartir espacios en vivo con otros proyectos que yo admiro muchísimo, que también son personas que quieren decir algo, que quieren igual como que resignificar y de construir pues ciertas historias que habíamos tenido como muy aprendidas y ahora sí siento que juntos hemos ido creando una escena en la que podemos platicar y podemos escuchar música y arte y todo esto. Entonces, siento que llevarlo desde ese lado tan polarizado como la pandemia, en la que estábamos como gatitos Alex y yo alienados de la vida, a poder conectar eso que algo que me llena mucho de alegría, la verdad.



 

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