XinniX es una banda bogotana que plasma su catarsis emocional y rebeldía social en sonidos que abarcan desde la agresividad del punk y el metal hasta la emotividad del blues. El dúo, conformado por Mad Kat (voz principal y bajo) y Boris Rodríguez (batería), representa que lo femenino y lo masculino pueden nutrirse mutuamente para cantarle a las emociones más allá del género sexual que nos fue asignado. XinniX nació hace tres años en la capital influenciada por bandas como Nine Inch Nails, Depeche Mode, Royal Blood y Highly Suspect, entre otras, y su nombre proviene de la diosa griega de la noche, Nix, invirtiéndola y duplicándola en su nomenclatura para hacer una alegoría a las bajas pasiones, a la dualidad de los sexos que se complementan y a la liquidez identitaria de su música, hibridada entre varias fuentes estéticas.
“Quédate” es su nuevo lanzamiento y pertenece a su álbum homónimo. Es una historia de dolor e introspección que plasma el sufrimiento por el que podemos pasar cuando una relación nos hace daño, pero que se vuelve tan adictiva que nos mantiene ahí. Amor tóxico que llaman. A veces la otra persona actúa sobre nuestro cuerpo como el imperio de la droga, nublando nuestro entendimiento y restándonos agencia para discernir qué es lo mejor para nuestras vidas. “Quédate” es pues una súplica a nuestro verdugo para que se mantenga con nosotros, a pesar de que con esta petición estemos renunciando a nuestra felicidad y bienestar. Un piano clásico marca la melodía de un corte que crece entre voces de metal sinfónico y guitarras explosivas. "Incluimos golpes de percusión que evocan géneros folclóricos como el bambuco y los combinamos con ritmos marcantes y sonidos pesados del rock para presentar una dinámica de altos y bajos que representen de buena manera lo que sucede en las relaciones tóxicas", explica la banda.
El video, dirigido y coproducido por Gustavo Carvajal, cuenta la historia de un bartender que está pasando por una relación tóxica y empieza a comportarse de forma volátil en su trabajo, mutando rápidamente de la tristeza hasta la rabia y la desesperación. La historia fluctúa entre la realidad y la expresión de sus emociones y pensamientos de forma introspectiva en un 'mundo onírico' en donde se ve al protagonista con el dolor a flor de piel. Al final del clip, llega al mundo real en donde todo lo ocurrido sucede en su mente y la vida sigue su curso. "El mensaje que queremos enviar con el video es que el sufrimiento y el dolor pueden parecer lo único existente en ese momento, pero no es así. La vida continúa, no es el fin del mundo y lo que sentimos pasará. También quisimos recaer en que muchas veces desconocemos lo que puede estar pasando por la vida de otra persona y su mente, y lo dañino y perjudicial que puede ser dejar que el mundo se derrumbe sin ver la luz", concluye el grupo.
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