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  • Por Redacción 120 dB Bogotá

Adéntrense por la senda de jaguar a la selva de Ghetto Kumbé


Ghetto Kumbé es un combo de tres afrodescendientes que mezcla raíces afrocaribeñas de Colombia con el poder hipnótico de los beats del house africano. Habiendo actuado junto a Ondatrópica, Sidestepper, Totó la Momposina, La 33 o Abelardo Carbonó, entre muchas otras, el Guajiro, Chongo y Doctor Keyta son algunos de los músicos más avezados de la escena neo folclórica de la movida local. Con presentaciones a lo largo y ancho del globo y con presencia en algunas de las listas de reproducción mejor curadas del world music mundial, este proyecto que emergió desde las profundidades de una selva ancestral y supo aprovechar al máximo los avances tecnológicos con los que se encontró, ha logrado crear una de las propuestas más interesantes de los últimos años en nuestro país. Iluminados, sí, del amplio crisol de los ritmos afro que pululan en las regiones costeras de la geografía colombiana, pero entendiendo también el ordenado funcionamiento de las nuevas tecnologías de producción, Ghetto Kumbé es uno de los representantes más enérgicos de los nuevos ritmos colombianos, uno banda de avanzada que nos obliga a reconocer con orgullo el lado negro de nuestra identidad tripartita.

Después de su debut discográfico Kumbé de 2015, este poderoso ensamble acaba de presentar Soy selva, un recorrido en cuatro cortes por los más misteriosos sonidos de la tropicalidad colombiana. El EP fue producido por el londinense The Busy Twist, quien desde afuera supo entender el núcleo sonoro de la propuesta, esto es el sonido ancestral de variopintas culturas ancestrales, sus tradiciones con la madre naturaleza, el respeto sagrado por cada uno de los seres que cohabitan en el ecosistema, el ritual de la danza y la alegría tropical de los ritmos afro. La visión del productor permite que un producto con un pie tan fuertemente cimentado en nuestra tradición musical pueda expandirse sónicamente para conmover y emocionar audiencias a lo largo y ancho del globo. Sin embargo, el mérito principal radica en la experticia interpretativa de cada uno de los tres componentes de Ghetto Kumbé, quienes crean con sus manos sonidos mágicos como si transformaran el barro de la manigua en finas piezas de cerámica ancestral. Con la participación del cantante ghanés Zongo Abongo en “Dagbani Dance”, el giro musical de la producción de los colombianos ha logrado involucrar tres continentes en la ecuación: el viejo de donde heredamos nuestras lógicas culturales, el negro que es la esencia espiritual de su tronco de percusión y el nuestro propio, que es una mezcla de ambos con nuestra propia identidad indígena. Es una innovadora y necesaria aventura sonora en la que podemos redescubrirnos y redefinirnos como cultura.

En Soy selva existe un universo sónico lleno de gaitas, marimbas, percusiones de la costa Caribe colombiana con el dulce hechizo de los tambores africanos y potentes programaciones electrónicas que parecen traídas de los más exigentes recintos de la movida nocturna londinense. Es una poderosa máquina de ritmos lista a conquistar todas las pistas de baile, haciéndose en el ejercicio con los corazones de un público global cada vez más ávido de propuestas innovadoras y honestas. Ghetto Kumbé nos lleva a lomo de jaguar por una selva tupida y ancestral en la que cada fuerza vegetal retumba con la fuerza de miles de años de historia muda. Aquí, cada gota de rocío, cada hoja bañada de sol, cada fruto desprendido del follaje que vuelve al suelo para nutrirlo, tiene un protagonismo especial. Ghetto Kumbé ha entendido rápidamente que para decir algo inteligente primero es necesario guardar silencio, nutrirse de los sonidos que palpitan en nuestro pecho con los susurros de los ancestros, de las voces dormidas de deidades olvidadas, del sonido de un mundo moderno que, con su tecnología, puede amplificar su sonido para llevarlo a cada uno de los rincones de la tierra.


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