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  • Por Ignacio Mayorga Alzate

Conozcan el peculiar mundo de BIMOL


BIMOL por el Gato Fotógrafo. Cortesía de la banda

BIMOL es un universo extraño en el que sólo habitan dos personas. Donna Lace en los vocales y Theo Jah Leon en la producción han logrado cristalizar un sonido único en el que cohabitan dos espectros lejanos que se entrecruzan en una propuesta que recoge la elegancia y sofisticación del techno y el tech house oscuro con la nostalgia por la era dorada del pop, un momento en el que la inventiva y la excentricidad de una década de excesos primaba por encima de princesas manufacturadas en masa por las grandes compañías disqueras. Con un afán por explorar y de llevar al género más allá de las restricciones de etiquetas, esta pareja creativa y sentimental nos demuestra el excelente momento por el que pasa la música electrónica local, un sonido que cada vez está mejor depurado, es más pulido y se ha enriquecido por el trabajo de años de creadores que han edificado sobre neones y oscuros pasadizos una de las escenas más importantes a nivel latinoamericano y global. El 14 de febrero nos llegó la primera ofrenda de BIMOL, apropiadamente bautizada como Nuestro Mundo, una invitación a sumergirnos a este panorama particular signado por una vampírica elegancia y una arquitectura sonora sin par en nuestra amplia escena electrónica.

El sonido de este lanzamiento, primer EP del dúo, escapa de toda posibilidad de definición. A veces resulta oscuro, para luego explorar la belleza oculta que subyace en el ruido y es siempre bailable, con un Groove elegante que antes que la exaltación de los sonidos invita a la contemplación estética de la música como un regalo que siempre evoluciona, pero que también vuelve sobre la esencia más pura del beat y el tempo, sobre la experiencia del ritmo como ritual primigenio de conexión con algo superior e inasible. Antes que apelar al lugar común de la electrónica como un despilfarro físico y un agotamiento que pone a prueba los límites del cuerpo, Nuestro Mundo resulta en una obra que puede escucharse dentro y fuera del club, que no se conforma con invitar al baile sino que auxilia procesos reflexivos y espirituales.

Grabado, producido y mezclado con la ayuda de Camilo Zúñiga (ZIAH) y su estudio Zenit Audio, el primer lanzamiento de BIMOL es una perla oculta en las profundidades de un océano oscuro y convulso, un premio para los más arriesgados escuchas que, con la terquedad del Capitán Ahab, persiguen la recompensa de un tesoro o la victoria más allá de las tormentas y las tempestades. En definitiva, Nuestro Mundo desvirtúa la catalogación simplista de la música electrónica como un género exclusivo para la fiesta y el desfogue, invita a una escucha contemplativa y revitaliza las músicas de elegantes mausoleos dormidos, de esta escena siempre fructuosa y exquisita que es la electrónica de primer nivel.

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