En 2016 Edson Velandia presentó su primera aventura solista, El Karateca. Acompañado únicamente de su guitarra, su voz y un universo poético inspirado en las costumbres colombianas, las retahílas lingüísticas de los refranes y un erotismo barrial cercano a la historia que narraba en “Naranjas” de su banda Velandia y la Tigra, el músico santandereano construyó un documento musical fascinante y divertido. Compuesto de canciones completamente nuevas, Edson Velandia demostró que precisaba de solo seis cuerdas sobre una cavidad de madera para crear uno de los álbumes más imaginativos de la reciente historia musical colombiana. Con cortes como “La infiel”, “La campesina”, “La muerte de Jaime Garzón”, “La curandera” o “La nevera”, Velandia dio vida a un universo ignorado para la mayoría de los compositores consagrados, relegado a la (injustamente) desdeñada poesía popular.
Luego de esta aventura en solitario el músico volvió con el conjunto que lo había puesto en la boca de toda la escena independiente nacional, el parche de Matik Matik y la radio alternativa colombiana, esa orquesta que le permitió musicalizar poemas de León de Greiff, que lo llevó ataviado con una cabeza de asno de madera por todo el continente y que le dio el sello de ser uno de los creadores más fascinantes y polifacéticos del nuevo cancionero nacional y latinoamericano. Celebrando una década de Velandia y la Tigra, empezó una nueva gira de conciertos, nuevas presentaciones a lo largo y ancho del país y llegaría también una canción nueva, “El tigre”, que había sobrevivido una década en el tintero del cantante santandereano. Acompañando a este sencillo, Velandia y la Tigra también presentaron una reinvención de una de las canciones más divertidas de El Karateca, “La nevera”.
“La nevera” es una sátira de la manía colombiana de figurar, ese vicio de aparentar frente a nuestros vecinos y familiares, a pesar del detrimento de nuestro patrimonio. Es una canción que retrata la situación de comprar un electrodoméstico que resultará completamente inútil a la luz de que no tenemos los medios para mantenerlo. En un nivel discursivo más profundo, “La nevera” resulta en una invitación para salir de la trampa de las apariencias, de aceptar lo que nuestras posibilidades nos permiten, de vivir tranquilamente con lo que tenemos en nuestro haber. La versión en banda le da una dimensión maniática a la obsesión de gastar. La trompeta de Jorge “El León” Pardo la convierte en una composición frenética que se concatena con una explosiva batería. El esfuerzo se torna delirante y casi esquizoide. Bajo la marca de los tres minutos, “La nevera” de Velandia y la Tigra se convierte en una canción absolutamente delirante que prefigura el regreso de una de las agrupaciones más queridas de la escena local. Escúchenla aquí y dejen las apariencias.