Los veinticinco años son una celebración especial: en esta fecha tenemos la obligación como adultos de reconocer que quizás debemos actuar de una manera responsable, de conmemorar el amor al lado de una persona durante un cuarto de siglo con nuestros amigos y familiares pero hoy, además, nos unimos a otro tipo de celebración: el primer anuncio de la edición número 25 de nuestro más querido festival, Rock al Parque. Recapitular todos los actos que han pisado sus diversas tarimas desde el origen no tiene mucho sentido. Ya fuera en el teatro al aire libre de la Media Torta, la plaza de toros la Santa María o su icónico despliegue técnico y humano en el enorme Parque Simón Bolívar, este festival se ha caracterizado en sus pasadas veinticuatro ediciones por presentar lo mejor de la música internacional, creando un espacio de convivencia, tolerancia y pasión por la música que a todos nos hermana. En la mañana del 10 de abril conocimos las primeras treinta bandas que harán parte de esta nueva celebración, talento internacional de primer nivel. En una transmisión en vivo a cargo de Alicia Barón (Inmigrant Records y antigua presentadora de nuestros primeros días como medio) y Tato Ramírez (Radiocaktiva) conocimos la primera tanda de talentos que nos pondrán a vibrar a finales de junio y principios de julio. Vamos por partes.
Fito Páez
Presentar a uno de los héroes de la música argentina de los últimos cuarenta años es casi que un sinsentido. Si bien es cierto que repite en esta su casa y que recientemente nos visitó para la promoción de La ciudad liberada de 2017, sabemos que esta edición en especial trae consigo una carga histórica muy fuerte, de forma tal que posiblemente nos devolverá a la convulsa era de los ochenta y los noventa, cuando el rock en nuestro idioma era regente y poderoso. Imparable. El tenor estuvo recientemente en la edición argentina de Lollapalooza y puso a vibrar a una multitud de asiduos seguidores con los clásicos de su catálogo de 35 años. Enarbolando la bandera del rock en español, don Rodolfo Páez, su majestad, vuelve a nuestra ciudad de rotos corazones. Bienvenido siempre.
Christina Rosenvinge
Rosenvinge es una de las mayores exponentes del rock español de las últimas décadas. Desde Magia Blanca pasando por su hermosas composiciones que realizó con Los Subterráneos a principios de los noventa, su trilogía neoyorquina prensada con algunos de los miembros de Sonic Youth, a su carrera solista en la que ha colaborado con Nacho Vegas y grandes nombres de la escena alternativa española, la compositora se ha convertido en un ícono a fuerza de mantener un espacio para la mujer en un género en el que abundan los solistas varones. Con un cancionero que bebe lo mismo de la mitología clásica como del arte conceptual contemporáneo, Rosenvinge se ha convertido en una figura clave para entender el rock en nuestro idioma. En 2018 publicó Un hombre rubio en homenaje a su padre y es quizás uno de los álbumes en castellano más importantes del año pasado, eclipsado en parte por el fenómeno Rosalía. Una mujer impresionante y siempre vigente.
El Tri
Alex Lora es el papá de los helados del rock mexicano. Durante cinco décadas le ha “valido madre” hacer lo que le venga en gana y nos ha dejado algunos de los clásicos de nuestro cancionero latino más longevos y divertidos en materia de rock. Con cerca de una veintena de álbumes bajo su melena y gafas oscuras, Lora ha liderado un proyecto sólido e impecable que recorre las historias de jóvenes rockeros temerarios y no tiene miedo de hablar del amor desde su carrasposa voz abaleada de tequila y la sabiduría que dan los años. Es una banda que recoge la esencia mexicano con la elegancia de una denominación de origen orgullosa, interpelando a la Virgen de Guadalupe y al sincretismo religioso de un pueblo con el pasado rotundo de un cacicazgo imperial previo a la llegada de los españoles. Reivindicando desde siempre el rock and roll, es un show imperdible, necesario y vital. Este corresponsal llorará con toda certeza.
Kap Bambino
Uno de los pocos actos aún vigentes de ese fructífero y vanguardista momento de la música electrónica que los críticos llamaron electroclash. Este dúo de electrónica fundado en Burdeos, Francia se ha caracterizado por una presencia escénica salvaje que los ha convertido en un must see de todo festival en el que se presentan. Sobreviviendo a Chicks on Speed, Crystal Castles, Robots in Dusguise y tantos otros, la banda siempre ha sabido reinventarse y llegan al país con un nuevo EP bajo el brazo, uniéndose a importantes actos de electrónica que han hecho parte de pasadas ediciones como Titán, Atom TM o Atari Teenage Riot, con los que comparten este lado más agresivo de la propuesta digital. Desde el lanzamiento de Blacklist ganaron muchísima popularidad alrededor de todo el mundo y ya nos han visitado hace una década cuando recorrieron el continente con shows en Argentina, Costa Rica y México.
Konsumo Respeto
Durante cerca de dos décadas Konsumo Respeto (Alicante, España) se ha consagrado como una de las bandas claves del circuito punk iberoamericano. Con un importante componente que bebe de las músicas de gaita celtas y una propuesta en escena dinámica y sobrecogedora, la banda española ha venido amasando, casi de manera ininterrumpida, una base de seguidores que les ha dado un papel central en el género en español debido a la sinceridad de sus composiciones y la energía explosiva dispuesta en cada uno de los acordes interpretados. Konsumo Respeto es, sin duda, una de las bandas más queridas del punk español, un acto que ha recogido la batuta de proyectos vitales como La Polla Records y Eskorbuto y, a través de su fusión contundente, ha abierto el campo para que esta escena siempre fértil continué vigente, convirtiéndose en mentores (de manera directa e indirecta). Después del show que realizaron el año pasado en Bogotá será su última presentación como banda, pues este año anunciaron su separación. Honrémoslos como se merecen: a trompadas y saltando.
El Gran Silencio
Valledupar y Monterrey comparten una fascinación por el instrumento de fuelles que conmovió a nuestro Nobel, arrugándole el sentimiento. El Gran Silencio recoge no solo esta influencia de la cumbia y el vallenato sino que, desde 1992, le ha venido inyectando raggamuffin, hip hop, dancehall, ska y huapango a una mezcla sonora explosiva y siempre emocionante que se caracteriza por la caracterización de la vida del barrio desde la perspectiva humilde de sus habitantes, narrando los amores entre toldos y moradas humildes, sus fiestas populares, sus maneras vitales, la interacción de cada una de sus partes. Culpables en parte del regreso de Celso Piña al mainstream hace varios años, la banda de Monterrey presentará un show contundente en su regreso a las tarimas de Rock al Parque. Si las nubes osasen tapar el sol, esta banda las espantaría a fuerza de trompetas. Imperdible.
Channel One Soundsystem
Channel One Sound System es uno de los sound systems más famosos del Reino Unido. Asumiendo el liderazgo de su padre en 1979, Mikey Dread y su hermano Jah T empezaron a llevar el armatoste, una suerte de picó, a las fiestas locales y a los bailes de blues. El nombre de Channel One es un homenaje al legendario estudio jamaicano por parte de Mikey. El colectivo presenta una selección de reggae con consciencia, con emocionantes y exclusivas mezclas de dub y steppas edificantes. El sistema fue ensamblado a mano y tiene un poderoso componente de bajo que, al complementarse con la precisa selección de roots nueva y antigua, logra una experiencia en vivo que nos transporta al sol abrasador de Kingston, abrazados todos en el afán de no perecer bajo el avance vertiginoso de Babilonia. La misión de Channel One es “romper las barreras a través del reggae” y lo han logrado al viajar y tocar en todo tipo de lugares alrededor del mundo.
The 5, 6, 7, 8’s
Prescindimos de poner las canciones asociadas a la elegante masacre de The Bride en Kill Bill 1 porque mainstream. En todo caso, esta banda ya era enorme décadas antes de que el director norteamericano decidiera incluirlas en medio de un izakaya que pronto se convertiría en un lienzo expresionista repleto de rojo. El trío de Tokio empezó su carrera en 1986 y durante años se ha caracterizado por hacer versiones de los clásicos norteamericanos del catálogo rockanrrolero desde la década de los 50 a los 80, mezclando rockabilly, psychobilly, surf, garage rock y garage punk en canciones explosivas y caóticas en las que las tres partes de la banda comparten las labores de canto. Será un regreso emocionante de este trío nipón a nuestra capital y nos llevará a bailar hasta despeinar el copete engominado. Pónganse sus creepers y prepárense para brincar durante una hora con estas mujeres vibrantes.
Angra
El metal latino no sería lo mismo sin la presencia superlativa de Angra, una agrupación ascendente y poderosa que desde su fundación en 1991 se ha convertido en un acto clave en Japón, Europa y, por supuesto, en Latinoamérica. Con influencias del heavy metal, el power metal, el metal neoclásico y la música indígena en algunas de sus composiciones, Angra es un acto vital del género a nivel local, logrando un sonido orquestal que lo mismo nos lleva a transitar por el infierno que por el cielo, manteniendo una alineación cambiante en la que Fabio Lione ha sabido reemplazar al enorme Andre Matos y llevar el sonido de la banda hacia nuevas y emocionantes direcciones. Ømni de 2018 marcó la salida de Kiko Loureiro y encuentra a la banda en un emocionante coqueteo con el metal progresivo, energía cruda y vertiginosa que volcarán con alevosía sobre las tarimas de Rock al Parque. Jueputa.
Acidez
Street Punk desde Guadalajara, México, que inició su sucio y revoltoso camino en 2003. El ruido, la actitud y la lucha es lo que esta banda transmite con sus letras carrasposas y rabiosas. Influenciados principalmente por bandas de street punk, oi!, Hardcore y punk de la década de los ochenta, Acidez plantea un show explosivo en el que elementos prestados del thrash metal le dan a la banda un filo doblemente peligroso, coqueteando con estéticas no siempre complementarias y arrancándoles los labios a ambas con un beso vampiro y violento. Los tuvimos hace poco en la capital y las paredes sudaron sangre a fuerza de taches y púas presentes en su propuesta rabiosa y visceral. En Rock al Parque harán estragos y estamos felices por ello. Después de todo, el pogo es cultura, ¿no es así?