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  • Por Ignacio Mayorga

Jupiter & Okwess regresa a Bogotá para un show imperdible


La música de África es el origen de toda la música. De ello se percató Jupiter Bokondji cuando se encontró, durante su juventud en Alemania, con el soul, el funk y el rock and roll. Y es que el ser humano siempre ha tenido en sí la pulsión de reproducir sonidos, ya sea como mimesis del mundo natural, su propio corazón o creando melodías completamente nuevas desde su imaginación. En ese sentido, siendo África la cuna de la humanidad, es también la cuna de la música, único lenguaje universal de este mundo fragmentado y convulso. Acompañado de su agrupación Jupiter and Okwess, este aclamado artista del Congo regresa al país luego de haber sido una revelación en la edición de 2018 de Rock al Parque y tras ser participe del prestigioso festival de Jazz de Nueva Orleans. Ahora, presenta sus canciones en una gira que lo llevará también a Cali y Panamá pocos días antes de la publicación de su nuevo álbum, a estrenarse a finales de junio del año en curso.

Bokondji nació en Kinshasha en 1965 y, debido al trabajo como diplomático de su padre, emigró en la década de los setenta a Berlín del este. En la parte de la ciudad de Berlín que inicialmente quedó bajo administración de la Unión Soviética tras la victoria de los aliados en 1945 y que luego pasó a ser capital de la República Democrática Alemana, el músico se encontró con toda la música de origen afro que punteaba lo más alto de los listados de los Estados Unidos y el Reino Unido, que se difundía por la radio local, y empezó a dar forma a una carrera musical que también se complementaría con el rescate de los cantos guerreros y sanadores de la tradición tribal congolesa, que había recibido en sus primeros años en el país africano y sobre los que continuó afianzando su estilo una vez regreso a su país de origen en la década de los ochenta.

Llegando a la veintena de edad se embarcó entonces en una investigación consciente por la riqueza musical de su país de origen. Iniciándose como cantante de vigilias y rituales de luto, más allá del predominio de la rumba congoleña, se permitió indagar sobre la pluralidad estética de la música de su tierra. En este proceso, conforme avanzaba en su investigación étnica, fue expulsado de su casa por un padre que creía que su actividad etnográfica resultaba en una misión vergonzosa para la familia. Casi termina como sin techo. Aún así, Bokondji se negó a abandonar el camino que había iniciado: un rescate elocuente de la tradición musical del Congo. En este momento el cantante se unió a la agrupación Famous Black, luego Bongo Folk, que eventualmente se convertiría en Okwess, la banda con la que regresa a Colombia y de la que es el único miembro constante.

Jupiter and Okwess tiene una larga lista de reconocimientos a nivel mundial, incluida la mención de Barack Obama de su canción “Ekombe” dentro de su lista de canciones favoritas del 2018. Ese año fue para ellos particularmente especial pues, además de hacer una gira mundial que los trajo por primera vez a Colombia, también significó abrirle un concierto a Gorillaz en México, banda insignia de la música de principios de milenio que se ha convertido en uno de los actos principales de la Inglaterra actual. Incluso el líder de la agrupación, Damon Albarn, fue músico invitado en los teclados de un álbum de los africanos, Kin Sonic.

Okwess significa comida, guiso o sopa en el idioma kibunda, lenguaje que se escucha en sus canciones como alusión a su país natal, mientras se suma al punk berlinés de su juventud europea. El concepto es que cualquiera puede hacer música, como cualquiera puede cocinar, pero también es que en esta actividad se encuentra la posibilidad de alimentar el espíritu, de conectar con la tierra y nuestra historia, que se encuentra dormida y expectante en el centro mismo de la vida, donde descansan los dioses de la primera noche de la humanidad con su sabiduría ancestral.

Los medios colombianos destacaron la presentación de Jupiter and Okwess en Rock al Parque resaltando que los artistas pusieron a bailar al público y dieron una presentación inesperada al no conocer la magnitud de su puesta en escena: voces impecables y fuertes, guitarras sacadas del sonido under del rock europeo de los ochenta, un baterista con una máscara de luchador mexicano que -además de “romper” la batería- proyecta una increíble voz y un Jupiter, que con sus casi 2 metros de estatura, se impone en la tarima a través de su misteriosa y profunda forma de cantar. Para quienes lo vivimos fue un momento mágico para conectar con una de las propuestas más impactantes de la África contemporánea, un continente místico y desconocido cuya herencia nos llegó amarrada con cadenas y que constituye parte de la identidad tripartita de nuestro folclor, que sobrevive en las músicas de Palanque, la marimba de chonta a la puesta en escena de las agrupaciones de un Pacífico que desde nuestra cultura hace poco estamos descubriendo.

Jupiter and Okwess es el segundo espectáculo de la Ffanja Músicas del Mundo que abrió el 10 de mayo en el Teatro Colsubsidio con los venezolanos de C4 Trío y que este mes también presentará a Rosario la Tremendita, el 24 de mayo, quien llega desde España con su vena flamenca para poner a vibrar a los asistentes del icónico teatro capitalino. Además, como remate, se ofrecerá un concierto de los colombianos Nkumba System en las instalaciones aledañas del Café de las letras, a la que podrán asistir quienes tengan la boleta de Jupiter & Okess a mitad de precio. ¿Qué están esperando? Será una noche mágica llena de colorido tribal. Un evento imperdible.


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