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  • Por Redacción 120dB Bogotá

Liniker e os Caramelows regresa a Bogotá con un show sin géneros ni fronteras


Liniker e os Caramelows se comió la tarima del escenario Eco en la pasada edición de Rock al Parque. El ver a esta reina trans en medio del gentío presentando una propuesta musical y estética absolutamente alucinante es uno de los recuerdos más gratos de esa edición, no sólo por el hecho de que el arsenal de canciones fue dinamita pura y no les dio tregua a los cuerpos que, hipnotizados, bailaron hasta desfallecer y luego un poco más, sino por la potencia de ver por primera vez a una persona con identidad sexual no binaria reinando por sobre el prado del Simón Bolívar. Desde que en 2015 la banda cuando la banda publicara su primer EP era claro que la propuesta de Liniker era una cosa distinta. La voz carrasposa y el bigote de su vocalista contrastaba con sus faldas, labial y aretes y en su Brasil natal resultó en un acto clave que empoderó a un sector importante de la población carioca y pablista. Ahora, abrazando plenamente su identidad como mujer trans, Liniker rompió toda una serie de supuestos con el poder de su música.

Era la segunda visita de la banda a nuestra geografía. En 2017 la banda había tenido una exitosa presentación en la Universidad de los Andes, pero la presentación de Rock al Parque fue monumental, tan estremecedora como conmovedora. Bellísima. Liniker es una mujer valiente y talentosísima, una diva absoluta llena de fuerza natural. Tan telúrica como espacial, su show es un acto de resistencia pacífica en la que los asistentes son partícipes de un quiebre esencial en el panorama de la música contemporánea. Con un sonido explosivo y sorprendente, Liniker e os Caramelows se ha convertido en uno de los actos musicales del continente que de manera más inteligente aborda desde la puesta escénica la problemática de la invisibilización en los mercados musicales de comunidades históricamente excluidas y marginadas. Es un sonido mestizo que suena a samba y a soul, a rock y a funk. Música que es arte y política, sin hablar de partidos, pero sí de principios e inclusión. Ahora, el grupo brasilero regresa a Bogotá para una gala llena de arte y música este 13 de septiembre al Teatro Colsubsidio.

Liderados por Liniker Barros, una mujer afro transgénero que en sus presentaciones y por medio de su voz, actitud y energía, genera espacios para personas históricamente excluidas y a la vez educa y enamora a través de la música y su lenguaje universal. La diversidad es una de las riquezas de esta agrupación, pues además de ser una bandera personal, está presente en su música al fusionar varios ritmos. Todo esto junto a sus Caramelows: Péricles Zuanon (batería), Ragfael Barone (bajo), William Zaharanszki (guitarra), Eder França (saxo y flauta), Renata Éssis (voces), Fernando TRZ (teclados) y Marja Lenski (percusión). Liniker e os Caramelows publicó su primer EP titulado Cru el mismo año en que se creó la banda. El videoclip de su sencillo Zero llegó a 1 millón de visualizaciones en una semana, convirtiéndose en un fenómeno viral. En septiembre de 2016 publicaron su primer álbum de estudio llamado Remonta, el cual se financió gracias a una recolecta de sus fanáticos en la red. Permanecieron con elementos de su primer EP, estableciendo su estilo: hablar de amor mientras mezclan diversos géneros musicales.

Para una artista como Liniker Barros nacida en Brasil donde asesinan a más transgéneros y donde un joven afro muere violentamente cada 23 minutos (como afirma el periódico El País de España), se podría decir que su sola existencia, cuerpo y exposición masiva son una postura política. Sus composiciones, que unen el funk tropical con la MPB y el aire fresco de la contemporaneidad, invitan a bailar y a pensar, a exigir y a contar. Su propuesta vanguardista y su energía cautivante generan una poderosa declaración de principios.

Ya sea Humana o Para Todos, Bogotá se está convirtiendo en un espacio en el que la conversación sobre la tolerancia y la convivencia son claves. A la luz del machismo histórico y endémico en nuestra cultura, es importante que espacios con el peso histórico del Teatro Colsubsidio permita, celebre y promueva la diversidad, no solo en la música sino en el grandísimo discurso de la sexualidad humana. A Liniker e os Caramelows hay que verlos. Es una banda sin par en toda la geografía latinoamericana. Seguramente no se arrepentirán: este show es oro puro. Nos vemos este 13 de septiembre en el Roberto Arias Pérez, será una velada mágica.

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