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  • Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

50 canciones colombianas para recordar el 2020 (parte 3)



Este año tuvimos una cantidad extraordinaria en todos los géneros musicales que continuaron ratificando el importante lugar que ocupa el país dentro del panorama global musical. Escogimos veinte canciones que van del ska al punk, del rock y a la electrónica a las reinvenciones folclóricas, de la salsa al hip hop. Es importante destacar que no son estas las mejores ni mucho menos las únicas, sólo algunas que para nosotros resultaron esenciales para nuestra música. Así mismo, estas canciones no tienen un orden específico, simplemente responden a nuestro criterio de selección, pero ninguna es superior a la otra. Esperamos que las sigan bailando en 2021 y que entren a formar parte de sus repertorios musicales, que los acompañen, los conmuevan y los emocionen tanto como lo hicieron con nosotros. Elegimos 50 canciones, que iremos presentando a lo largo de esta semana, para recordar a los artistas que le ponen el pecho a la cultura en este país. No son las mejores, son algunas de las que quisimos destacar desde nuestra propia orilla. Que se venga el próximo año con toda la nueva música y, ojalá, una situación cultural más amena para nuestros creadores y el público que no deja de creer en nuestras bandas. Volveremos a las tarimas.


Juan Pablo Vega – “Dembow”


La última década del pop colombiano tiene la huella imborrable de Juan Pablo Vega. Después de un feliz encuentro entre el productor y compositor con el también productor cucuteño Julio Reyes Copello, Vega decidió abandonar la carrera de Comunicación Social en la Universidad de la Sabana para dedicarse de lleno a su verdadera pasión: la música. Fue una relación fructífera en la que el experimentado productor le presentó a Vega las herramientas para crear una obra singular, inteligente y siempre adelantada que ha permitido no sólo el desarrollo de su carrera como compositor, sino también el progreso del arte de actos como el de Paula Arenas, Manuel Medrano, Pablo Trujillo, Esteman y Monsieur Periné. Con Nada personal de 2013, Vega demostró que no sólo era un productor excelente sino un artista integral dueño de una sensibilidad pop sin par que lo convirtió rápidamente en uno de los actos favoritos del nuevo pop colombiano. “Dembow” es la historia de quien mira hacia atrás los días compartidos con una persona que ya no está y ahora, perdiéndose la fiesta, recuerda todo lo que desaprovechó en su historia mutua. “Dembow” es una canción introspectiva y emocionante, que nos recuerda que a veces tenemos que hacer cosas que no son siempre de todo nuestro agrado para cimentar las bases de una relación con una persona que lo es todo para nosotros. Escuchen aquí “Dembow” y salgan a bailar los ritmos nuevos con su ser querido una vez la vida retome su curso.


Kokodrilo - “Antes que anochezca”


En 2016 una bestia acuática emergió de las profundidades capitalinas para tomarse la ciudad a ritmo de salsa, dub, funk, punk y mucha sabrosura. Liderado por Sebastián Carrizosa, la música de Kokodrilo llegó pisando fuerte con una mezcla enérgica de trompetas y percusión, un recorrido extremo por el lado más punkero de la movida tropical. Kokodrilo, encabezado por Sebastián Carrizosa cuenta con una alineación de lujo entre sus filas. A Carrizosa lo acompañan Enrique Melgarejo y Andrés “Bongie” Giraldo de Latencia y Muchacho Berraco en los teclados y la batería, Camilo Soriano en la percusión, Andrés Mira en el bajo y Mauricio Byfield, complejo cóctel de texturas vocales de La Sabrosura Dura y La Juan Direction Orquesta, como pregonero de sus alocadas composiciones. Este año el Kokodrilo ha regresado con “Antes que anochezca”, una suerte de guiño a la autobiografía del escritor cubano Reinaldo Arenas, vocero de los derechos homosexuales en su papel dentro de la intelectualidad cubana que falleció debido al desconocimiento y rechazo que producía la enfermedad del SIDA. El sencillo no tiene la fuerza explosiva que ha caracterizado otros lanzamientos de la banda, pero tiene una energía psicodélica emocionante que define una nueva dirección rítmica para esta bestia de varias cabezas. “Antes que anochezca” señala y demerita algunas de las actividades machistas endémicas a la identidad latinoamericana. En un momento cultural crítico en el que los paradigmas de género, sexo y orientación están en un punto de redefinición, la banda plantea la posibilidad de vivir el ser masculino desde nuevas perspectivas que no hacen parte de las dinámicas a las que nos acostumbraron nuestros padres.


La banda del bisonte y La muchacha – “Nómada”


Verán a La muchacha en varias ocasiones en esta lista: ha sido un año supremamente frctífero para la manizalita. En esta ocasión unió esfuerzos con los paisas de La banda del bisonte para crear una bellísima composición en torno al desplazamiento forzado y el éxodo. “Nómada” gira en torno a la renuncia por obligación que hacen las personas cuando han sido despojadas de su hogar y su dignidad. Emplazando la narración en el no lugar que supone el éxodo de la tierra que se ha cultivado con las uñas, el corte es una larga reflexión plagada de momentos musicales extraordinarios, comenzando con un juego con las guitarras de palo para abordar el sonido de un indie introspectivo y con una fuerte carga electrónica, mientras el recurso de unas cuerdas clásicas le da una solidez poética al sencillo. La canción expresa el sentimiento con una mirada desde el cuerpo a la realidad, un recurso metafórico, para explicar el vigor del ser humano que no tiene un lugar digno para vivir, pero tiene la fortaleza para seguir pese a las circunstancias. "En este éxodo musical, la colaboración de ambos enfatiza el aire como un símbolo del derecho a respirar, a vivir y a encontrarse consigo mismo. El aire como el único lugar donde todos nos encontramos y que permite el derecho al goce y a la liberación en medio de la desventura", explica la banda paisa.


La Muchacha – “Sentada”


Isabel Ramírez Ocampo, La muchacha, es un fenómeno de la nueva trova colombiana. Con una inteligencia lírica sin par que igual y bebe de referentes claves nacionales como Edson Velandia, La muchacha logra conectar a través de su catálogo personal con una audiencia cada vez más ávida de honestidad y carácter. De la guitarra de La muchacha nacen melodías extraordinarias que no solo se resumen a la construcción melódica a partir de acordes, sino que se contraponen con una percusión creada con golpes sobre la caja de resonancia de su instrumento de madera. Antes este año La Muchacha presentó su segundo álbum de estudio, Canciones crudas, un trabajo delicado y fiero que la encuentra en una etapa creativa fructífera en la que su pulsión ecológica, su atesoramiento de su ascendencia de mujeres aguerridas y su reconocimiento del otro se cristalizan en cortes emocionantes y poderosos que invitan a una reflexión consciente sobre el mundo que nos rodea. Y cómo lo estamos acabando. “La sentada” es una composición llena de imágenes de podredumbre, suciedad, corrupción y violencia. Es el canto aguerrido de una persona que está hasta la coronilla de aguantarse la desaparición de líderes sociales, del lavado de activos en construcciones multimillonarias que terminan colapsando a la semana, de las herramientas de terror y miedo que despliega un estado cómplice sobre los más desprotegidos.


La muchacha y Santiago Navas – “Lacras sin remedio”


Sin duda, fue un año lleno de canciones para la manizalita. En este caso La Muchacha unió esfuerzos con el productor electrónico Santiago Navas para “Lacras sin remedio”, una mirada profunda a los peores vicios del alma humana desde la simplicidad poética y meditada de La Muchacha. El dúo incluyó este tema en un EP conjunto que es una maravilla. “Lacras sin remedio” es una composición rabiosa en la que La Muchacha se pregunta por qué somos así. Por qué, a pesar de todo, seguimos insistiendo en hacernos daño, en cagarla con el otro, en volver mierda una tierra que solo nos ha dado regalos jugosos para alimentarnos, aire para respirar y ríos inmensos en los que calmar la sed. Navas se vislumbra al fondo de la producción con una elegancia que enaltece los colores del sonido de La Muchacha, sin alterar su esencia acústica y su trova visceral y emotiva.


La Perla – “Guayabo”


La Perla es uno de esos actos necesarios en el amplio universo musical colombiano. Siendo un esfuerzo liderado por mujeres, el conjunto lleva varios años recogiendo el folclor nacional, la música de tambora y los relatos y temáticas de la música del Caribe para introducirlos en una discusión contemporánea que respeta la esencia de su principal fuente de estudio. En la tradición de cantadoras como Nelda Piña, Petrona Martínez o Totó la Momposina, La Perla propone un regreso a la raíz casi intacto, permitiéndose licencias poéticas que provienen de la música contemporánea, rescatando y permitiendo que el folclor que rescata viva una nueva vida en las urbes de la Colombia actual. La música de La Perla siempre tiene un componente social explícito que, en voces de sus integrantes, comparte un mensaje pertinente y urgente para la cultura y la sociedad colombiana. “Guayabo” no es la excepción, levantando un grito furioso al cielo en conmemoración y promesa de no olvido de las vidas de líderes sociales y agentes nacionales que han caído por su implicación en la lucha de construir un país mejor. Es un canto de dolor que refleja el hartazgo que nos genera la violencia, la injusticia y la impunidad. Guayabo, usualmente asociado al estado de intoxicación y cansancio del cuerpo después del exceso de alcohol o drogas, refleja otro tipo de incomodidad: el habitar un cuerpo en una sociedad que desaparece identidades en fosas comunes, cubriendo los ojos de los muertos con tierra seca para condenarlos al olvido.


La Ramona - “Biutiful”


La Ramona tiene una de las voces más fuertes, propias e imponentes del panorama femenino colombiano. Hablar de ella es necesariamente reconocer que el soul, el R&B y el rock and roll tienen cabida y sobresalen en el espectro femenino nacional. Y es que su música se ha convertido en un lugar que brinda consuelo y nos permite enfrentarnos con las partes más difíciles de la existencia humana: la violencia, la traición, la muerte, el olvido. Sin embargo, a pesar de la materia sombría de la que han tratado hasta entonces sus lanzamientos, encontramos en la voz de La Ramona el reconocimiento y el confort para salir adelante, como si nos prestase su hombro tatuado para llorar y hacer catarsis, para limpiar de nuestras plumas el petróleo y la brea, permitiéndonos volar de nuevo. “Biutiful” fue el primer sencillo de la nueva etapa de la cantante bogotana, grabado y producido junto a Juan Galeano de Diamante Eléctrico, en México en 2019. Con un tinte más funky y electrónico, La Ramona presenta un himno de reivindicación ante las adversidades, erigiendo el mensaje fundamental de que todos somos hermosos a nuestra propia manera particular. Aunque la canción tenga una estructura más claramente pop, la esencia rockera que ha caracterizado sus sencillos anteriores siguen latentes en esta nueva parte de su etapa creativa, influenciando un delivery que bebe del soul y el R&B femenino de varias décadas de historias.


La sonora Mazuren y Chicha Libre – “Caminito de mi pueblo”


El panorama de la nueva música tropical colombiana estaría incompleto si en él no se incluyera el nombre de La Sonora Mazurén. Este conjunto de 7 piezas ha sabido recuperar el sonido de los años de la discografía tropical suramericana para mezclarlo con el vertiginoso ritmo de la vida bogotana. En el sonido de esta banda, conformada por diversos músicos venidos de todas partes del espectro sonoro nacional, converge la cumbia local con la chicha peruana y el funk y fuzz africano, empacado todo en una explosiva energía que se materializa para no dejar indiferente a ningún bailador. Este año, La Sonora Mazurén presentó, de la mano de sello In-Correcto, su primera placa discográfica que retoma y presenta algunos de sus momentos más memorables en vivo. Sin embargo, la banda sabe que a veces hay momentos para celebrar, pero también de reflexión y de indignación nacional. Por ello, junto al ensamble neoyorquino Chicha Libre, La Sonora Mazurén lanzó “Caminito de mi pueblo”, un homenaje a la memoria de la líder social e indígena Cristina Bautista en el aniversario de su asesinato.


Lee Eye - “Raro”


Lee Eye ha llegado para quedarse. Con una acertada fusión entre la cultura norteamericana con sus raíces latinas, esta artista bogotana transita por el R&B, el trap y el hip hop con una naturalidad sorprendente. Rompiendo la arbitraria frontera entre géneros, la ferocidad de Lee Eye se ha constatado en las tarimas que ha compartido a lo largo de los años, primero abriendo la presentación de Nathy Peluso y luego como ganadora del Artista Shock para abrir el concierto de Club4, la conjunción de El Chojin, ZPU, Ambkot y Locus. Además de su participación en espectáculos locales de la mano de Nanpa Básico y Tsh Sud∆c∆ y como parte de la pasada edición del Festival Hermoso Ruido de Páramo. A finales de abril de 2018, Lee Eye presentó su primer EP Amethyst el cual había sido precedido por la publicación de varios sencillos que pasaban del inglés al español con la misma naturalidad con la que convergían varios ritmos en la melodía. “Raro” es lo más extraño y fascinante que ha presentado Lee Eye, una evidencia tácita de todas las posibilidades estéticas que tiene su proyecto estético, en el que no se ha puesto ninguna regla más que hacer lo que se le dé la gana. La fórmula funciona: Lee Eye es una de las voces más interesantes de ese extraño universo urbano que nos ha dado voces fabulosas. Sin embargo, ella es una de las principales.


Lianna con Gambeta - “Un minuto”


Desde “Cóctel espacial” de 2016 Lianna y Gambeta no habían intercambiado versos. Y es extraño porque la colaboración de ambos parece la respuesta más natural, tan bien les fluye trabajar en el mismo corte. Afortunadamente a principios de abril volvieron a trabajar coordinadamente y lanzaron “Un minuto”, el siguiente sencillo de lo nuevo de Lianna luego del estreno de “Trabajo sucio” a finales del año pasado. El corte está construido sobre un beat calmo que desarrolló El Arkeólogo, quien ha colaborado en varias de las producciones de la cantante de soul y R&B, y narra una reflexión inquietante y arcana sobre la necesidad de habitar el presente, de recordar que lo único que nos queda es este minuto en el que existimos. Las ansiedades del futuro y los dolores del pasado, entonces, se desvanecen conforme el grano llueve en su delicada prisión de cristal sobre una piscina de arena, para luego volver a darle vuelta y avanzar. Gambeta abre la canción sobre una base sampleada de un arpa, mostrándose más vulnerable que nunca. Con una inteligencia lírica sin par en el hip hop colombiano desde hace más de una década, Gambeta expresa con imágenes inteligentes en las que se entretejen la mitología egipcia con sabiduría cotidiana la importancia de vivir un minuto a la vez. Lianna se une en el pre coro y el coro, antes de presentar un verso que reescribió varias veces sobre la importancia de entender que cada minuto es definitivo para marcar el camino de nuestro destino, así que la consciencias plena, aquello que los guías de autoayuda de YouTube llaman mindfulness, es clave. A diferencia de su colaboración anterior, “Cóctel espacial”, tiene una vibra más calma, desprovista de erotismo y revestida de una espiritualidad latente y relajante que en últimas permite que la experiencia de escucha se convierta en un ejercicio meditativo.


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