Este año tuvimos una cantidad extraordinaria en todos los géneros musicales que continuaron ratificando el importante lugar que ocupa el país dentro del panorama global musical. Escogimos veinte canciones que van del ska al punk, del rock y a la electrónica a las reinvenciones folclóricas, de la salsa al hip hop. Es importante destacar que no son estas las mejores ni mucho menos las únicas, sólo algunas que para nosotros resultaron esenciales para nuestra música. Así mismo, estas canciones no tienen un orden específico, simplemente responden a nuestro criterio de selección, pero ninguna es superior a la otra. Esperamos que las sigan bailando en 2021 y que entren a formar parte de sus repertorios musicales, que los acompañen, los conmuevan y los emocionen tanto como lo hicieron con nosotros. Elegimos 50 canciones, que iremos presentando a lo largo de esta semana, para recordar a los artistas que le ponen el pecho a la cultura en este país. No son las mejores, son algunas de las que quisimos destacar desde nuestra propia orilla. Que se venga el próximo año con toda la nueva música y, ojalá, una situación cultural más amena para nuestros creadores y el público que no deja de creer en nuestras bandas. Volveremos a las tarimas.
Los Cotopla Boys - “Dame tu wasap”
Nadie estaba preparado para la existencia de los Cotopla Boyz, el nuevo proyecto de algunos de los músicos más activos de la escena capital que en 2019 nos dejaron dos sencillos heroicos para la tropicalidad subterránea capitalina: “Me malviajé con las ganlletas”, una suerte de champeta psicodélica y progresiva y “Raspafiestas”, por la misma línea, pero más explosiva y rumbera. Este año, el poderoso ensamble bogotano presentó su debut discográfico Mamarron vol. 1, un lanzamiento importante para la escena alternativa nacional con visos de cumbia peruana, champeta y ritmos latinos. Con el humor que caracteriza sus pulidas producciones musicales, la banda encontró el lugar para “Dame tu Wasap” en este lanzamiento, una historia de tragos y equivocaciones con resultados hilarantes. La entrega tabernera y acongojada de Portilla es hilarante e incómoda, como la misma situación que plantea el sencillo: una equivocación amorosa del inconsciente que nos traiciona. En ese sentido, le da un vuelco a una situación trágica hacia un humor irreverente. La cumbia nació, como siempre con Los Cotopla, desde el humor que rodea una situación complicada que, en retrospectiva, se convierte en una gran anécdota para contar tomando.
Los Rolling Ruanas - “Sin darnos cuenta”
Los Rolling Ruanas han devuelto a la música campesina el valor que exigía. En clave de merengue campesino, “Sin darnos cuenta” llama la atención sobre las muertes que de manera directa o indirecta todos los colombianos tenemos en nuestra consciencia. Es cierto, la contingencia del COVID-19 nos ha recordado cuán frágil es la vida humana, pero la verdad es que desde hace años vivimos la aniquilación sistemática de nuestro rico ecosistema y, más aún, de los líderes sociales que se dejan el pellejo en el sentido literal por proteger ese remanso de jardín original que sobrevive a la civilización. Nos hemos convertido en espectadores indolentes, acostumbrándonos cada semana a una nueva tragedia, perpetrada por criminales de rostro anónimo, pero también de aquellos que se supone deberían protegernos, quienes también abusan, maltratan, asesinan y desaparecen individualidades disfrazándolas con botas de caucho. A ritmo de merengue campesino, de melodías contundentes y de un contenido profundo y consciente en sus letras, “Sin darnos cuenta” nos invita a abrir los ojos, a cambiar nuestra historia, a no perder la memoria, a formar parte del cambio colectivo del que todos somos responsables de los acontecimientos, así como también, potenciales agentes de cambio. Es emocionante ver a una banda decir las verdades protegiéndose solo con frágiles instrumentos de cuerda.
Los Viles – “Neón”
A mediados de 2016 nace Los viles, un proyecto de rock alternativo con tintes de punk playero conformado por Daniel Correa (batería y voz), María Paula Mondragón (bajo y voz) y Andrés Felipe Niño (guitarra y voz). Con una importante serie de presentaciones y varios demos y lanzamientos bajo las manos, Los viles empezó a trabajar en su primer lanzamiento discográfico Recuerdos de un verano hacia finales de 2018. Con la asistencia de Juan David Bermúdez en la grabación y producción el álbum estuvo listo este 2019 y fue acompañado con un lanzamiento en septiembre junto a bandas amigas y un público que a través del voz a voz ha llegado a querer honestamente a esta banda nueva. Recuerdos de un verano se convertiría en uno de nuestros lanzamientos favoritos del año pasado y ahora, después del éxito de “Sentir otra vez” hace un par de meses, el trío presentó su sencillo “Neón”. Utilizando guitarras más limpias y melódicas, “Neón” evoca una atmósfera nocturna y metropolitana, sin dejar de lado el sonido característico de la banda. La banda logra dar un mayor sentido de profundidad que apoya de igual forma a la temática de la canción. “Neón” es un relato corto sobre el amor en una era deconstruida en la que el drama disfrazado de pasión se ha ido dejando paulatinamente de lado. Compuesta e interpretada en las voces con Andrés Niño, “Neón” es un punto nuevo en la evolución musical de la banda, lo que le permite llegar más lejos en la construcción sólida de una base de fans.
Los Yoryis – “Me duele tu partida”
¿Quién no ha tenido que sufrir alguna vez una dolorosa pérdida amorosa producto de los celos, de las infidelidades, circunstancias adversas, las diferentes proyecciones o, por qué no, los caprichos que echan a perder las relaciones? En algún momento tendrá que suceder y no hay forma de evitarlo, de manera que el sentimiento amargo de una partida será un encuentro con lo inevitable: el dolor y el apego. Los Yoryis lo entienden y ponen en función de la tusa su nu raspa. Este año, Los Yoryis estrenaron “Me duele tu partida”, una canción con algo de lírica que permite a la banda explorar de manera dinámica sus instrumentos para generar un chucu chucu melancólico y explosivo. La canción es una composición extraña en el catálogo de la banda pues, aunque mantiene el sonido que caracteriza su fusión eléctrica, incluye un coro que se repite para construir un sentimiento. En este caso, el dolor por la ausencia de una persona que se amó. Sin embargo, dándole la vuelta a la tristeza, Los Yoryis construyen una pieza dinámica y divertida perfecta para bailar sin reparo. La mezcla se llena de ecos como si hablase de otros días, con un trabajo elegante en la percusión y en la guitarra amazónica que se complementa con una guacharaca espectral.
Lucio Feuillet – “Nunca callar”
Lucio Feuillet es uno de los cantautores mejor dotado de la movida cultural colombiana. Aunque desde 2013 venía creando ruido en torno a su nombre con el lanzamiento de Indicio, no fue sino hasta Provinciano de 2017 que el cantautor nariñense encontró la veta artística que debía explorar para que sus canciones se sintieran propias y conmovieran a miles de colombianos que lo han venido encontrando en distintos escenarios culturales del país. “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, escribió Tolstoi y esto es aún más cierto en el trabajo de Feuillet, quien ha encontrado en las músicas tradicionales del sur del país, particularmente de su natal Nariño, la inspiración idónea para explicar todo cuanto lo aqueja, emociona y pone a bailar. Ahora, el pastuso se prepara para el lanzamiento de su próximo álbum de estudio, del que hace parte “Nunca callar”. El sencillo abre con una delicada línea melódica en la guitarra de nylon, acompañada de una enumeración de motivos y razones para continuar viviendo una existencia responsable, esto es, una acorde a nuestros principios e ideales. A la primera guitarra se suma una segunda para producir una serie de arpegios armónicos que se concatenan con la calma voz de Feuillet. “Nunca callar” es el inicio de un viaje musical que pretende celebrar la cultura sureña colombiana. “El álbum es todo un viaje inspirado en la sensibilidad de las murgas carnavaleras del sur colombiano –bandas fiesteras de vientos, coros y percusiones- en el que vibramos con algunos temas tradicionales, canciones originales y una junta poderosa de baile, celebración y reflexiones de nuestros tiempos”, explica Feuillet.
Malalma – Hay huecos en el alma
Malalma nació en Bogotá en 2007, integrando sonidos funk, el folclor y el rock en un solo género que bautizaron como latin trip. Sus fundadores, Sergio Arias y Edgar Jiménez crearon una serie de canciones a partir de un concepto multidisciplinario en el que echaron mano de sonido, imagen y sensaciones enfocadas a hacer una reflexión acerca del alma. Su música cuenta la historia de todos a partir de un alma femenina, siempre aprovechando la música para reescribir el contexto, narrando en un lenguaje que es a la vez electrónico, urbano y folclórico. El trabajo de la banda es artesanal, no precisa de grandes herramientas para crear un sonido y una estética que refleja lo urbano en clave de humor negro. “Hay huecos en el alma” narra la historia de un hombre cuya vida transcurre en Bogotá que, como muchas otras ciudades del mundo, está agobiada por el caos, la falsedad, la corrupción y la contaminación. Nuestro protagonista, sumido en un trabajo mecánico, se debate entre el agotamiento, el cansancio y el sopor de los días, en los que su vida transcurre en una monotonía sin fin. ¿Suena familiar? En el camino de su trabajo a la casa, en Chapinero, abajo de la Caracas, ve los monstruos que habitan la ciudad: la basura, los policías corruptos, la mendicidad. En definitiva, un ambiente sórdido que, junto con su trabajo, lo van consumiendo lentamente al punto de volverlo un autómata.
Margarita siempre viva - “Sol de agua”
Después del lanzamiento de su álbum Letanías del jardín y de una serie de EPs de reversiones junto a sus amigos de este mismo álbum, Margarita Siempre Viva, una de las bandas principales del indie paisa, regresó con una letanía para recordar a las personas que se fueron. “Sol de Agua” es el último sencillo que la banda presenta este año y se proyecta como parte de una nueva etapa que es siempre rica y creativa. La canción tiene la melancolía natural de la banda y está cargada de un sentimiento de reconexión con sus orígenes, pues fue producido en La Madriguera, hogar del Bicho (bajista de la banda), en donde nacieron sus primeros temas. “Sol de agua” es una expresión propia del contexto antioqueño que se refiere a los días en los que está haciendo mucho calor, pero que antecede a la lluvia. Esta canción es una oda a los amigos que se fueron, a los parientes que no están, al recordatorio de que la vida se nos pasa en un parpadeo y puede acabarse con un chispazo. Volver al lugar de origen de sus primeras grabaciones le permite a la banda crear un sonido que se siente muy personal e íntimo, pero, al concatenar a este proceso los aprendizajes en producción de su álbum anterior, Margarita siempre viva reverdece con fuerza en medio del fango de la muerte para dar vida a una flor bella y hermosa.
N. Hardem – “Shajtar Donetsk”
Pocos podrían discutir la aseveración de que N. Hardem es uno de los mejores raperos del país. Muchos menos lo harían después la bomba que es “Shajtar Donetsk”. Inspirado en la historia del club de fútbol ucraniano que da nombre al sencillo, el rapero plantea la posibilidad de sobresalir a pesar de las adversidades y, en el camino, deja unas barras difíciles de superar en las que presenta su destreza como rimador e intérprete, erigiéndose como una estrella del género desde la capital del país. Producido por el propio Hardem en medio de la cuarentena global, el sencillo muestra un lado poético que pocas veces explora el rimador: el del hip hop competitivo, aquel cuya esencia es la meta referencia, es decir, el rimar sobre lo bien que se rima. Sobra decirlo, pero en esta faceta poética el bogotano también sobresale. Musicalmente, “Shajtar Donetsk” recurre a un mínimo de elementos para construir una melodía que se mantiene a lo largo del tema de casi 3 minutos. La lírica es inteligente y rica en imágenes complejas, una demostración del amplio conocimiento del MC, quien cita fuentes misceláneas como leyendas del grafiti mundial, su propia experiencia como padre y el juego complejo de referencias históricas dentro del ejercicio del rimador contemporáneo.
Nicolás y los fumadores – “La gloria”
Nicolás y los fumadores crearon una escena para ellos solos y, sorprendentemente, lanzaron su disco frente a un público que se sabía de pies a cabeza todas y cada una de sus canciones. Para un debut discográfico en una escena tan limitada es un hito, más aún el llegar tan lejos en la escena independiente. Como pez en el hielo los convirtió en una de las bandas principales de la alternativa bogotana, haciéndose un nombre en la industria musical colombiana y manteniendo una independencia importante en el que su sonido nace de su propia inspiración, sin pararle muchas bolas a lo que los mercados globales ordenan. Desde entonces han lanzado un par de sencillos, entre los que figura “La gloria”, en el que se desenmarcan de una narrativa pesimista y melancólica y se muestran vulnerables en medio de una relación amorosa. Musicalmente “La gloria” presenta el sonido melancólico e introspectivo característico de Nicolás y los fumadores, con el protagonismo de la guitarra en el primer plano y un bajo elástico como soporte de una mezcla fresca y elegante que no precisa de grandes explosiones sonoras para ser una canción memorable. Con imágenes profanas que equiparán a la otra amada con la gloria divina, acompañados de unos coros eclesiásticos que construyen sobre esta idea, “La gloria” tiene un aura de mística religiosa, de éxtasis corpóreo en el que la carne alcanza la paz del espíritu.
No hay juventud – Oscuro y triste
No hay juventud es un dúo de synth wave y post punk oriundo de Medellín. El proyecto, a pesar de su corta trayectoria, ha pisado con paso firme los escenarios de diferentes ciudades como Bogotá, Cali y Medellín, teniendo una fuerte acogida en el circuito independiente, y compartiendo escenario con artistas internacionales de la talla de Mueran Humanos (Argentina-Alemania), Soviet Soviet (Italia) y Tennis System (Estados Unidos). Caracterizados por una imponente presencia estética y acompañados de un fuerte componente visual, No hay juventud es la creación de Simón Gaviria (guitarra) y Miguel Laverde (bajo) que se proyecta como uno de los actos revelación más prometedores de la escena alternativa colombiana por su compromiso con una identidad de marca concreta, un sonido característico y una estética que trasciende lo sonoro para convertirse en un proyecto multidisciplinar. “Oscuro y triste” cuenta con guitarras desgarradoras y bajos hipnóticos, en un ritmo enérgico que nos transporta a los momentos en los cuales la tristeza fue parte de nuestra vida, cuando nos invade, nos sacude y finalmente nos sana. Es una canción para disfrutar de la melancolía, abrazarla y darle las gracias para continuar andando.
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