Andy Korg vuelve con urgencia emocional en “Why Wait for Tomorrow”
- Redacción 120dB Bogotá
- hace 30 minutos
- 2 Min. de lectura

Andy Korg —nombre artístico de Jürgen Oman— regresa tras ocho años sin nuevos lanzamientos. Conocido por su paso en A.G.Trio y Ages, proyectó su carrera en una era de éxito en la escena electrohouse y pop. Pero ahora apuesta desde la independencia total, sin sellos ni managers, y se permite explorar sin ataduras. En este contexto reaparece con “Why Wait for Tomorrow”, último adelanto de su proyecto en solitario, que combina electrónica pop, tonos ochenteros y una sensibilidad melódica con gancho inmediato.
“Why Wait for Tomorrow” se siente como un viaje onírico: su atmósfera psicodélica se construye con sintetizadores envolventes, ritmos relajados y melodías etéreas que bautizan el paisaje sonoro con una nostalgia contemporánea. La textura analógica y el pulso hipnótico evocan el sonido de Tame Impala, sin recurrir a imitaciones. Esas sensaciones flotan sobre fragmentos de vida cotidiana —un músico callejero, un perro vagabundo, un reloj descompuesto—, escenas que brindan poesía a lo ordinario y tejen la reflexión central de la canción: “¿Por qué esperar al mañana si hoy se desvanece?”.
Medios como Zillions Magazine resaltan que el corte consigue crear "un abrazo retro-flavoured mientras implora que bajes el ritmo y sientas cómo el tiempo fluye dentro de vos". Otro crítico en Get Some Magazine subraya que el tema “explora el valor de apreciar cada momento tal como llega” con un sonido psicodélico que remite a Tame Impala, matizado con toques post‑punk y estética de sintetizadores ochenteros.
La idea de urgencia serena es el centro de “Why Wait for Tomorrow”: invita a estar presente, a reconocer que el instante no espera, y a encontrar en lo efímero una belleza poética cargada de melancolía y lucidez. El video, por su parte, prolonga esa fragilidad visual: varias personas en escenas cotidianas se disuelven en partículas, imagen que refuerza la esencia transitoria de la existencia y la fascinación por el instante que ya pasó.
Con este tema, Andy Korg vuelve apuntando al corazón, con una propuesta sonora que equilibra gancho pop, introspección y un pulso cinematográfico. Una fórmula que confirma que, efectivamente, el retorno ha valido la espera.