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  • Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Bestia Bebé regresa con el tercer sencillo de su próximo álbum


Bestia Bebé se formó en el barrio porteño de Boedo a finales de 2011. Con una mezcla de melodías de los Ramones, Beach House, Guided by Voices, Car Seat, Headrest, Arctic Monkeys, Beach Boys, Frankie Cosmos y Oasis, la banda integró la fuerza del metal y el punk rock argentino de los noventa y el indie rioplatense de principios de 2000 para crear un sonido propio en el que las anécdotas de los amigos del barrio, la pasión por el fútbol y el amor por todo lo que nos rodea construía las bases de sus canciones. En 2013 la banda presentó su primer álbum en el sello de Las ligas menores y Él mató a un policía motorizado que llevaba el mismo nombre del proyecto. Para 2017 la banda editó Las pruebas destructivas y, en octubre del año pasado, grabaron lo que este año han venido presentando como su tercer álbum de estudio, del que hoy conocemos el tercer sencillo: “El descontrol”.


“El descontrol” es el tercer adelanto del nuevo disco de Bestia Bebé. Una declaración de principios. Una encrucijada de ideas y sentimientos planetarios. El iluminado desenlace y la dudosa resolución a una tempestad oscura que acecha a la humanidad. El video nos abre las puertas del estudio Resto del Mundo, en el barrio de Boedo y nos muestra diferentes momentos y escenas de la grabación del disco. Filmado por Gastón Olmos y editado por Juan Pablo Menchon, el video de “El descontrol” es un vistazo íntimo a la dinámica de los procesos de la banda, su sinergia en estudio, el montaje de los instrumentos y esos momentos mágicos que construyen la mística de una banda que todavía que la alquimia de los intérpretes es aún necesaria para la creación de productos musicales, de frente a la era del Ableton y el Auto tune.


“El descontrol” es una composición melancólica en la que la voz poética reconoce las falencias en su carácter, mientras reconoce sus múltiples defectos a un interlocutor imaginario, quizás su pareja o un amigo cercano, personas en todo caso que quieren vernos crecer a pesar de nuestras muchas aristas puntudas. Al final, como anticipaba Schopenhauer y luego Freud, algunas personas somos como erizos que, al acercarnos al otro en busca de calor, terminamos hiriéndolo por nuestra naturaleza intrínseca. Con un bajo robusto y una guitarra acústica, la mezcla de “El descontrol” no tiene un momento épico, una resolución heroica. Acaso se presenta como una visceral confesión de los lados más complejos de la sensibilidad humana. Es un corte emocionante, sin embargo, una composición llena de emoción y rabia. “El descontrol” es como vernos al espejo empañado, borrando la bruma del cristal para reconocernos en nuestra cabal dimensión humana. Es conmovedora y eterna, una necesaria aceptación de todas las cosas que nos hacen personas, también las malas. Escúchenla aquí.


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