Dentro de la nueva camada de productores colombianos el nombre de Samuel Lizarralde y de Santiago Navas ocupa un lugar central. Desde hace varios años este par de artistas ha venido trabajando para darle una nueva identidad sonora a la electrónica colombiana, una menos explosiva y tropical, más bien un aire introspectivo y meditativo que induce a nuevas sensaciones más allá de la euforia, el éxtasis y la desinhibición. A pesar de las dificultades que ha planteado este año para el mundo de la música, no solo local, ambos artistas se han mantenido ocupados, presentando de manera constante lanzamientos que construyen su promesa de valor y los convierten en nombres centrales de este año en la música de Colombia. Lizarralde, en su alias de Böjo, presentó su primer EP solista, Opus. 1, además de un remix para Henao e hizo parte la semana pasada de la edición virtual del No Flaya, uno de los pocos festivales virtuales que fue exitoso en temas de recaudación de dinero para los músicos participantes. Por otra parte, Navas lanzó el delicado Acto de fuga (en vivo), en el que mostraba la emoción que podía generar en vivo utilizando las composiciones de su anterior álbum Acto de fuga de 2018. De igual manera, lanzó el EP Juntura con La Muchacha y ha remezclado a Arrabalero para una nueva serie de remixes que la banda liderada por Juan Sebastián Aguilar ha venido presentando. A la luz de ello, es una sorpresa grata encontrarnos con que Navas y Lizarralde no han parado este 2020 y que ahora se embarcan en una nueva aventura con el lanzamiento de “Centro”, un sencillo conjunto.
Inspirados en los ritmos y la concepción electrónica de artistas como Nicolas Jaar, David August y Rival Consoles, Böjo y Navas emprenden un camino en el que los elementos orgánicos y electrónicos se entrelazan y generan un espectro sonoro diferente y único que nos sumergen en un estado mental reflexivo y crítico. “Centro”, sencillo presentado este viernes por ambos productores, retrata el fin de la era de la razón, en la que la apatía y la manipulación han ganado la batalla por los valores humanos. El sencillo es, por tanto, una obra que nos enfrenta a la realidad que hemos vivido los últimos años, un mundo en el que podemos evidenciar el fin del pensamiento lógico, crítico y científico como centro de la civilización. Esta es una obra que nos sumerge en un sonido denso y solemne, pero que nos ínsita al cambio y a encontrar la manera de mejorar. En ese sentido, tiene una atmósfera introspectiva y meditabunda que no apela al sonido distópico de la música industrial, por ejemplo, sino que encuentra en la mezcla un brillo particular para mostrar un hálito de esperanza final.
“‘Centro’ nos envuelve en una realidad que tristemente estamos creando y de la cual seremos juzgados como actores principales. Un mundo frío y desconectado, en el que la empatía ha perdido la batalla”, explica Böjo. “Cada día nos alejamos más de los demás y del mundo y nos centramos en nuestras pantallas que nos convencen de todo lo que queramos ser convencidos, sea verdad o mentira. Es por esto por lo que el mundo está en riesgo. Cuando es más fácil creer mentiras que buscar verdades, se acaba la democracia y llega la autocracia. La manera de evitarlo es recuperándonos, recuperando el amor por nosotros y los demás, actuando por validarnos como personas y no buscando validación en los demás”. Temáticamente, la canción se enmarca en reflexiones contemporáneas en torno al problema de las redes sociales, la falta de control en la información que circula en Internet y la mirada del otro como objeto que valida nuestra propia existencia. “Centro” plantea un sonido inspirado por una larga tradición de artistas, desde Mitú a Nicolas Jaar, pero que suena única y sincera en las manos de estos dos productores locales. Escúchenla aquí.
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