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Conjunto Media Luna lanza “No es moda” junto a La Terrorista del Sabor: kumbia oscura desde el subsuelo

  • Foto del escritor: Ignacio Mayorga Alzate
    Ignacio Mayorga Alzate
  • 8 jul
  • 3 Min. de lectura
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En una escena saturada de disfraces tropicales y retóricas vacías sobre la “latinidad”, Conjunto Media Luna pone los codos sobre la mesa con "No es moda", una cumbia frontal que se arrastra desde lo profundo de las culturas subterráneas contemporáneas. La canción, una colaboración con La Terrorista del Sabor —referente absoluto de las disidencias rítmicas en clave latinoamericana— es frontal, pragmático, elocuente. El sencillo aparece editado en digital por In-correcto y en vinilo por el sello europeo Little Beat More, generando un diálogo entre la manera histórica en la que hemos consumido las músicas tropicales y cómo se consumen en la actualidad.


Si hace una década Carmelo Torres y los Toscos nos alertaban, en la voz de Edson Velandia, sobre los peligros del relato exotizante en torno a nuestros ritmos raizales, hoy, a la luz de la posibilidad infinita de diálogo entre productos culturales, existe una mayor posibilidad de que la cumbia se diluya en el difuso espectro de lo tropical, depurándola de su identidad contestataria. Como cuando arrancan del suelo a la papa para limpiarla de barro y polvo, cortarle sus aristas menos precisas y freirla como acompañamiento a un platillo de lujo en algún lugar de respingadas narices europeas.


Desde la primera pulsación queda claro que esto no va de exotismo ni de ironía. La línea de bajo es seca y grave. Las percusiones entran con violencia controlada. Acordeón y sintes disparan hacia lo ceremonial, pero con rabia. La voz de La Terrorista del Sabor, rota, sin maquillaje, sin ornamento, interrumpe. No entra: atraviesa. Lo dice con claridad: esto no es moda. Y sin embargo, la necesidad de que exista una canción así evidencia que quizás está sucediendo lo que temíamos, que uno de los últimos blasones de la resistencia latinoamericana está decolorando sus ricos matices en un caldo de mismidad derivativa por influjo de los mercados anglosajones y europeos. Por eso la urgencia detrás del sencillo.


"No es moda" funciona como punto de partida de SIK (Sociedad Internacional de la Kumbia), el próximo disco de Conjunto Media Luna, que viene articulando una escena subterránea con base en Bogotá, pero con redes en Ciudad de México, San José (California), Buenos Aires, Tokio, Varsovia, Berlín y Róterdam. En el track se reconoce un linaje que viene de Turbo Sonidero, Amantes del Futuro y Kumbia Net, pero también del rave latinoamericano, del sonidero DIY, del bajo digital mal encajado en el beat. Es cumbia para cabecear, para tomar postura, para romper pista.


La portada del sencillo es de Mateo Rivano y pone en el centro un tunjo muisca. No es un símbolo decorativo: es una línea directa entre el Salto del Tequendama y los Tequendama de Oro, entre la Bogotá subterránea y el DF sonidero. La imagen traza una cartografía: la de una comunidad dispersa, que trabaja en los márgenes, pero reconfigura la pista desde lo ritual y lo político. Por eso el gesto gráfico subversivo al intercambiar la C por la K: es una explicación de la naturaleza contracultural de las nuevas estéticas en torno a la cumbia, aquellas que habitan los márgenes del discurso y la cultura, lugares híbridos de reconocimiento y respeto, nuevos diálogos con las pulsiones del DIY o la libertad del rave.


El lanzamiento de "No es moda" anticipó una gira europea que lleva a Conjunto Media Luna a escenarios como el Fusion Festival en Alemania, el Festival de Jazz de Copenhague y el Festival de Música Latinoamericana en Reikiavik. Conforme recorren el viejo continente en alas de fuelles y botones, el proyecto liderado por Iván Medellín muestra los dientes y muerde. No es una advertencia, es una revolución en proceso. No es moda: es resistencia.


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