¿Cómo superar una ruptura amorosa con música? Mazu te lo cuenta en su álbum "Origen de villano"

¿Qué hacer cuando el amor se acaba? ¿Cómo afrontar el dolor, la soledad, el vacío que deja la persona amada? ¿Cómo volver a empezar, a creer, a confiar? Estas son algunas de las preguntas que se hace el músico peruano Mazu en su álbum debut ‘Origen de villano’, que ya está disponible en las principales plataformas de streaming. El álbum es un testimonio de cómo Mazu superó una ruptura amorosa con música, y de cómo la música lo ayudó a sanar, a crecer y a renacer.

Mazu es un joven artista peruano que se atreve a mostrar su lado más humano y vulnerable en su primer disco, que es un disco conceptual que se divide en dos partes: la primera es la fase del desamor, donde Mazu expresa sus sentimientos de euforia, nostalgia y recuerdo por el amor perdido; la segunda es la fase de la recuperación, donde atraviesa una crisis existencial que lo lleva a cuestionarse su rol en la relación y su propia identidad, para luego aceptar la realidad y superar la situación.

Mazu confiesa que el disco es autobiográfico, y que lo compuso como una forma de terapia, de catarsis, de liberación. Mazu utiliza la música como un medio para expresar sus emociones, sus miedos, sus dudas, sus sueños. El artista convierte su desamor en arte, y su arte en un mensaje de esperanza.

El sonido del álbum está influenciado por el sonido pop de artistas como The Weeknd, Dua Lipa o Depeche Mode basado en el protagonismo de sintetizadores y ritmos frenéticos pero ensoñadores a la vez. Con todo este bagaje, Mazu crea un sonido propio, que se adapta a cada canción y a cada emoción. Las letras de las canciones son honestas y directas, y narran la historia de Sebastián Barrenechea -la personas detrás del nombre artístico de Mazu- con detalles y metáforas, pero con mucho sentimiento y dolor adolescente.

‘Origen de villano’ es una bitácora honesta en la que Mazu ha depositado su corazón y comparte con su audiencia retazos de su vida, desde una perspectiva quizás derrotada pero con un brillo de esperanza, una esperanza que nos anima a bailar un disco entero de pop ochentero.