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Dylan Rockwell irradia gratitud expansiva en “I.W.A.L.Y.”

  • Foto del escritor: Ignacio Mayorga Alzate
    Ignacio Mayorga Alzate
  • 3 sept
  • 1 Min. de lectura
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Con “I.W.A.L.Y.”, Dylan Rockwell abre una nueva etapa en su camino musical. El tema, que anticipa su próximo EP The Window’s Closing (But It Still Lets In The Light), deja atrás la introspección melancólica de False Dawn y se lanza con decisión hacia un sonido más dinámico y expansivo. Sin perder la emotividad que ha caracterizado su obra anterior, la canción apuesta por la fuerza de las guitarras distorsionadas, la batería explosiva y una interpretación vocal cargada de energía y calidez.


“I.W.A.L.Y.” es una declaración de amor en su sentido más amplio. No se dirige solo a una pareja, sino que abraza a los amigos, la familia y, en última instancia, a la humanidad. La canción nace de un momento de plenitud emocional, de esos instantes en los que se experimenta una gratitud casi desbordante, con la certeza de que ese sentimiento —aunque efímero— siempre encuentra su camino de regreso. Esa intuición se traduce en una composición luminosa y decidida, donde cada acorde y cada verso parecen impulsados por el deseo de capturar y compartir esa verdad simple y poderosa: hay momentos en que el amor se siente más grande que nosotros mismos.


Con este lanzamiento, Rockwell reafirma su capacidad para moverse entre registros emocionales sin perder cohesión. Si bien en False Dawn se sumergía en paisajes sonoros más sombríos y contemplativos, aquí demuestra que también puede construir himnos de afirmación sin sacrificar autenticidad. “I.W.A.L.Y.” no busca complejidades innecesarias: confía en la emoción directa y la melodía generosa. En tiempos donde la ironía suele dominar la conversación cultural, este gesto de vulnerabilidad se siente especialmente necesario.


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