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Rey Pila fusiona oscuridad y elegancia sonora en ESTAN STRANGE I, un reflejo de la soledad digital

Foto del escritor: Ignacio Mayorga AlzateIgnacio Mayorga Alzate

Cortesía de la banda
Cortesía de la banda

Después de cuatro años de silencio discográfico y una pausa obligada por la pandemia, Rey Pila regresó hacia finales de 2024 con ESTAN STRANGE I, un álbum que encapsula la evolución del grupo sin perder la esencia que los ha caracterizado desde sus inicios. Este cuarto material de estudio, compuesto por 13 canciones, es una combinación sofisticada de darkwave, post-punk, new wave y rock electrónico, con una producción que se ha gestado a lo largo de varios años y que muestra una banda más madura, con una visión clara de su sonido y su identidad. Desde su formación en 2010 como un proyecto solista de Diego Solórzano hasta consolidarse como una banda completa pocos años después, Rey Pila ha explorado distintas vertientes sonoras, presentando en este disco una perspectiva sonora fresca y renovada.


El proceso de creación de ESTAN STRANGE I estuvo marcado por distintos cambios y desafíos. Antes de la pandemia, el grupo trabajó en algunas de las canciones con el DJ y productor Paul Salva, conocido por su trabajo dentro de la escena techno y house de Chicago. La influencia de Salva es notable en temas como “Friend Request”, donde los beats electrónicos juegan un papel clave en la estructura del track. Sin embargo, la producción final del disco corrió a cargo de Diego Solórzano, quien terminó de darle forma al sonido del álbum, incorporando una mayor cantidad de instrumentos virtuales, programación y secuencias electrónicas. Este enfoque permitió que la banda explorara nuevas texturas sin perder el espíritu rocanrolero que los ha acompañado y definido.


Desde sus primeros sencillos, Rey Pila dejó claro que ESTAN STRANGE I sería un álbum con un sonido sólido y cohesionado, pero también con una gran variedad de matices. La apertura del disco evoca la atmósfera de una película de terror antigua, a la manera del EP Wall of Goth producido por Julian Casablancas, con un aire oscuro que se mantiene en varios momentos del álbum, pero que se equilibra con una sensación lúdica y una producción vibrante. La inclusión de sintetizadores en primer plano, combinados con guitarras envolventes y ritmos pulsantes, crea una experiencia sonora rica y dinámica. Canciones como “Ani Oni” y “Drop Out” destacan por sus melodías hipnóticas, mientras que “One Of Us” muestra una influencia del sonido de Justice. Por otro lado, “Online Soul” se presenta como un himno con tintes setenteros, y los interludios instrumentales, como “Dreaming of Dreaming”, aportan una dimensión cinematográfica al álbum.



Uno de los aspectos más llamativos de ESTAN STRANGE I es el regreso de la banda a la composición en español. Desde su primer EP, Rey Pila había optado por escribir en inglés, explorando una estética lírica más fría y directa. Sin embargo, en este nuevo trabajo decidieron incluir temas en su idioma natal de manera espontánea y sin presiones externas. Diego Solórzano ha expresado que escribir en español representó un desafío, ya que el idioma tiene una carga emocional más intensa que el inglés, lo que los llevó a buscar una manera de expresarse sin caer en lo cursi o lo artificial. Este cambio no solo amplía la propuesta del grupo, sino que también les permite conectar de una forma más cercana con su público hispanohablante.


Más allá de su sonido, ESTAN STRANGE I también es un disco que reflexiona sobre la era digital y sus implicaciones. Temas como “Friend Request” y “Online Soul” abordan la hiperconectividad y el impacto de las redes sociales en la sociedad actual.  El lanzamiento de ESTAN STRANGE I también marca un momento importante en la trayectoria de Rey Pila. Además del estreno del disco, la banda tuvo la oportunidad de abrir los conciertos de Justice en México, consolidando su presencia en la escena musical contemporánea. Con un sonido más refinado y una propuesta clara, el grupo demuestra que sigue en constante evolución y que aún tiene mucho por ofrecer. Además, el título del álbum sugiere que este podría ser solo el primer capítulo de un proyecto más amplio, dejando abierta la posibilidad de una segunda parte en el futuro cercano.


Con este regreso, Rey Pila reafirma su capacidad para reinventarse sin perder su esencia. ESTAN STRANGE I es un álbum que no solo celebra su trayectoria, sino que también marca el inicio de una nueva etapa para la banda, explorando nuevas sonoridades, regresando al español y ofreciendo una mirada crítica a la sociedad actual. Es un disco que captura el espíritu de la banda en su forma más pura y que deja en claro que Rey Pila sigue siendo una de las propuestas más interesantes y consistentes del panorama musical latinoamericano. A propósito del álbum, hablamos con Diego Solórzano y Rodrigo Blanco sobre las labores de producción, la idea extraña de “volver a la raíz” y sobre revisitar clásicos de su catálogo como “Alexander”



¿Cómo fueron estos cuatro años después de la publicación de Velox Veritas en términos de producción y composición, además de esa especie de hiato que se dio la banda para poder abordar proyectos personales, como Los Dynamite?


Diego: El Velox fue un esfuerzo de sangre, lágrimas y sudor porque trabajamos mucho en esas canciones y se dio que, por un accidente, entrara a producirlo Dave Sitek de TV on the Radio. Cuando terminamos el disco con él, tuve que irme un par de semanas a sumar temas de voz y fue un proceso bastante complicado y difícil. Terminamos eso y teníamos una gira con los Strokes en Estados Unidos. Estaba lista y cayó la pandemia. Creo que todos, pero yo en lo personal me sentí muy frustrado, decepcionado y triste. Justo la banda ya iba llegando y todo se detuvo. Entonces paramos y con la pandemia cambiaron muchas cosas.


Yo hice un año nada más de trabajo con Los Dynamite. Y regresamos a hacer las nuevas canciones. Eran canciones que teníamos desde hace mucho tiempo porque grabamos unas con Paul Salva, que es un DJ de Chicago bastante bueno. De hecho “Friend Request” la hicimos con él. Cuando empezamos a trabajar con él tenía un fuerte problema de sustancias, que ya no lo tiene, pero nos tocó justo en el pico de su crisis grabando. Nosotros no somos unas santas palomitas, pero hay niveles. Entonces había alguien que tenía que estar como más o menos llevándolo para que funcionara. Igual es muy bueno. Hicimos esas rolas con él y luego nos fuimos los tres a grabar. Grabamos casi todo lo que salió. Quedaron también muchas canciones. Tenemos mucha música y queremos sacar un par de discos, no tan distantes, con la misma temática quizá hasta visual en los años que vienen.


Quería también pensar un poco la figura del EP en la carrera de Rey Pila. ¿Es una figura bisagra entre el Velox Veritas y el ESTAN STRANGE I o funciona independientemente?


Rodrigo: Antes no teníamos la facilidad para grabar cada uno en su espacio, en su estudio de casa y hacer música tan fácil y con una calidad alta. De estas canciones, muchos de los tracks los grabó Diego ahí en el espacio en el que está ahorita. Y mucho, a pesar de que agarramos un estudio como Sonic Ranch en Texas, se hicieron en nuestros espacios. Creo que se trata de eso, a comparación de la estructura de antes en la que teníamos unos demos, los llevábamos a una disquera, se definía un presupuesto únicamente para el disco. Ahora no nos cuestionamos tanto si vamos a hacer un disco, sino que lo que tratamos es siempre mantener esta maquinaria de hacer música activa.


Siento que también ha cambiado un poco el rol de la banda. Estos procesos de haces un disco, te vas de gira, compones un disco ya están medio distorsionados. Entonces todo el tiempo estamos tocando, pero componiendo y pensando en nuevas cosas. Entonces sí es un material auto contenido, o sea, sí lo vemos como una etapa de Rey Pila, no es una transición. Tanto así que, eventualmente, queremos hacer lo que decía Diego, como luego estas canciones probablemente conformen parte de un disco, un disco doble a algo así.


Cortesía de la banda
Cortesía de la banda

A la luz de los diez años de la banda se ha insistido en la idea del regreso a la raíz. Quería abordar esa idea, porque han habitado un amplio espectro sonoro y definir una única raíz resulta complicado. Cuéntenme un poco de este viaje circular hacia el ancla que ha sido la identidad de Rey Pila.


Rodrigo: Yo igual y ya ni sé porque siempre ha sido un proceso muy similar el de hacer música. Quizás lo que se siente de volver a la raíz es esta circunstancia que comentaba Diego de que hicimos un disco y que, justo cuando lo sacamos, pegó la pandemia, luego cada uno como que se fue a sus proyectos, entonces como que esto sí podría ser un poco volver a como trabajamos antes, a juntarnos. Pero, en cuanto al sonido, siempre lo he visto como un crecimiento, pues nunca tratamos de copiarnos. Creo que eso es súper claro: si escuchas el primer disco de Rey Pila, o el segundo, siempre está la misma línea de sintetizadores, pero quiero creer que cada vez nos volvemos mejores en eso y en profundizar sobre ese sonido. También nuestros gustos cambian. Llevamos más de 10 años siendo una banda y lo que nos gustaba ahí, pues ha cambiado.  Y creo que eso se refleja mucho en la música y, al final, hay un sonido pero sí se me hacen canciones muy diferentes a lo que era antes.


También quería mirar un poco, justo que estábamos hablando del proceso del EP y la celebración de los diez años de “Alexander”, tuvo que ver con el sonido. Quería saber si, más allá de la anécdota del estudio, si el volver a ese trabajo diez años después informó parte de la música nueva.


Rodrigo: Creo que en particular decidimos darle como esta mención de 10 años a Alexander porque para la banda representó algo muy importante, este brinco o como le quieras decir, firmamos con Cult Records, le dio visibilidad a Rey Pila. Fue la canción que permitió también que Rey Pila pasara de ser el proyecto solista de Diego a ser una banda. Estuvimos Güero, Diego y yo con Chris Coady en DFA haciendo este disco. Pero sí siento que escucharlo otra vez y como que ponerle esta atención, me hace ver un progreso como banda, de los sonidos y de cómo suena y cómo componemos.


Diego: Cambió todo y ya para nosotros ir hacia atrás es muy difícil, nos cuesta mucho trabajo. Todo lo que hagamos es ir hacia adelante, probar cosas nuevas. Es muy genuino ese sentimiento de querer experimentar y estirar la liga. La verdad es que no eso no lo impostamos ni tampoco lo forzamos, así es.


Rodrigo: En esa época y con Dave Sitek, que estaba Chris Coady, que teníamos esta idea de tenemos que llegar con un productor que sea increíble y que le aporte mucho pero, al final, estos discos sí tienen algo de ello. Si escuchas los demos tiene mucho de ese sonido. Ya ahorita no somos necios con eso. Diego está produciendo en el estudio, está haciendo todo como tiene que sonar y, más que buscar un productor nos concentramos en gente que mezcle bien. Creemos que eso es lo que necesitan las canciones y ya hemos aprendido después de todos estos años que es lo necesario. Porque los productores pueden ser muy buenos, pero tampoco aportaban tanto.


Diego: Es lo que te decía sobre Sitek. Porque a él le aprendí cosas, más que él cambiara las canciones. El único que sí les ha metido mano a las canciones y les da la vuelta es Julián Casablancas y el otro es Alex Rhida, Boys Noize. Es de otro mundo. Con ellos dos sí he dicho ‘órale, le dieron la vuelta’.


Rodrigo: Te manda la canción y ves realmente qué es mezclar y producir. Pero fueron justo un par de canciones muy específicas, como “Amigdale” y con Julián Casablancas sí fue el EP que trabajamos con él, Wall of Goth.



Hay un tema y es volver a al castellano también. ¿Cómo empiezan a retomar el proceso de escritura cuando ya hay como un dominio de una de una forma de escribir? Los morfemas, las construcciones, las palabras varían muchísimo. Quería saber cómo es volver a componer en castellano para este ejercicio y si esto se va a replicar en las canciones que están trabajando para futuros lanzamientos discográficos.


Diego: Creo que el español es muy diferente muy diferente al inglés. El inglés es mucho más frío. De entrada el inglés es lengua germánica, entonces es muy corto y es muy frío, más calculado. Va mucho más al grano. Con el español es mucho más difícil porque, como es lengua romántica, pues a mí no me da nada más cringe que las cosas cursis y cantar sobre el espacio y las estrellas. Eso no me da, no puedo, no puedo, no puedo, no puedo, no puedo [risas]. Entonces me tuve poner en un lugar donde pudiera hablar como hablo contigo, como soy yo. Eso, por ejemplo, en los cantantes de trap lo siento muy genuino. O sea, por lo menos están cantando como hablan y lo que dicen con sus amigos. Tenía un choque muy fuerte con el español, o sea, con esto tan romántico y cursi. Tan dulce. Y ahora lo empecé a hacer en español porque salió sin pensarlo y va a haber más canciones en español porque pero se dio naturalmente. Durante muchos años de la carrera nos apretaron mucho para hacerlo y creo que es ese era una razón por la cual no lo hacíamos. Entre más me insistas menos, lo hago. Rey Pila en pocas palabras.


Hay una cuestión temática que tiene que ver con lo ominoso de la era digital. Quería también reflexionar sobre esto, sobre estos peligros o esta lectura que se hace desde el disco de un contexto en el que estamos, no ya como latinoamericanos, sino más bien en una esfera digital. Quería hablar también un poco de los temas que recorren la estética del álbum, las portadas las tapas, el sonido muy dark wave. Creo que en estos cuatro años desde la pandemia nos hemos dado cuenta del nivel de vigilancia al que estamos sometidos. Creo que esa esa hiperconectividad que se denotó en la pandemia es una cosa muy muy bella a nivel tecnológico, pero también muy alarmante.


Rodrigo: A pesar de que Diego es el que escribe las letras, sí estamos los tres ahí y estamos viendo las mismas cosas, hablando de las mismas cosas. Salió “Friend Request”, salió “Online Soul”, pero desde Velox Veritas, que quiere decir verdades rápidas, lo veíamos. Estamos sometidos a una cosa que te dura 10 minutos y hay cosas que crees que te van a cambiar, pero luego ya viste otra cosa y se te olvidó. Creas cosas muy importantes y las mezclas con cosas que son superficiales y les das el mismo peso. Creo que va más por ahí el mensaje y también como en esta pérdida en la creatividad que se da a consecuencia de eso: uniformizar todo, todo el mundo viendo lo mismo, todo el mundo tratando de hacer lo mismo estéticamente en sonido. Creo que es un poco como esta pelea. Porque, al final, nos encantan las redes sociales: todo el tiempo estamos viendo vídeos, memes; es una pelea que tienes de encontrarte y es de lo que están hablando estas nuevas canciones y de lo que ya se venía hablando antes.


Diego: Cien por ciento y justo lo que dice Rosca, ya todo es uniforme y unitemático. También siento que esto es culpa de nosotros con las nuevas generaciones en términos de la tecnología, pero nosotros hemos sido los que les hemos dado a las generaciones que siguen Tik Tok. De la manera que su información es validada por TikTok. Del TikTok es de donde ellos sacan su información. Y está mal. Porque se empieza a celebrar, y hay una celebración muy grande de la ignorancia y de que no saber y ser un idiota está bien. No tiene que ver con las clases sociales, tiene que ver con querer saber, con investigar algo. Entonces ahora estaba leyendo que Wikipedia se está reforzando al no poner anuncios para ser lo más fácil posible porque la gente está yendo al TikTok a buscar información. A mí Wikipedia me encanta. No sé la información de Wikipedia qué tan válida sea, pero por lo menos ahí están las fuentes, te ponen los datos que ellos buscan, de gente que sube su información. Entonces sí creo que lo que preocupa es esta celebración a la idiotez. Obviamente tiene que ver con la música, pero en gran parte también me preocupa porque hay un alza de la derecha en el mundo, de la derecha radical, que está basada también en información falsa.


Además, siento que el rollo con el algoritmo es que eliminó la diferencia y eso es muy peligroso porque generó individualidades muy ególatras. El algoritmo siempre me va a estar mostrando lo mismo que yo ya quiero ver. No hay espacio para el diálogo, no hay una resistencia con otro, sino todos estamos de acuerdo.


Diego: Sí, tiene razón, porque lo que lo que pasa es eso, no hay espacio para dialogar, para ver algo diferente. Las dos extremas en el mundo ahorita son así. No se soportan, no pueden hablar.



 

 

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