Stray Fossa alumbra nuevos crecimientos en 'Blossomer'
- Redacción 120dB Bogotá
- 21 ago
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Actualizado: 22 ago

Stray Fossa es un trío formado por los hermanos Nick y Will Evans y su amigo de la infancia, Zach Blount. Su primer álbum —With You For Ever— surgió durante el confinamiento de 2020. Luego, tomaron distancia geográfica antes de reunirse en 2022 para lanzar Closer Than We’ll Ever Know. Ahora regresan con Blossomer, un álbum que refleja su evolución como músicos y como personas —una crónica íntima sobre la memoria, la distancia y el crecimiento emocional .
Blossomer abre con esa meditación sobre el tiempo y la amistad: describen el disco como un “regreso a casa”, con canciones escritas y grabadas durante el verano de 2024 en su antigua habitación de la infancia en Sewanee, Tennessee —el mismo espacio donde comenzaron a trastear con GarageBand de niños . Esa atmósfera doméstica se siente en cada tono: aunque las canciones suenan técnicas y cuidadas, conservan un calor modesto, una textura casera que parece emerger desde la cercanía .
La propuesta sonora navega entre el post‑punk de bordes fríos, el surf indie luminoso y el dream pop introspectivo, produciendo un efecto singular. Cada capa —desde guitarras reverberantes hasta tambores secos y sintes brillantes— suma densidad sin opacar la delicadeza . La portada, concebida por la diseñadora mexicana Melissa Santamaría, contiene este espíritu: imágenes cargadas de vida, flora y montañas bajo la noche, como una metáfora visual del álbum .
“La historia de Blossomer no se centra en un gran acontecimiento, sino en la acumulación lenta de momentos”, escriben. El álbum no narra un crecimiento lineal, sino uno transversal: crecer desde el reencuentro, desde la amistad de veinticinco años, desde la distancia que permite ver mejor. Es una reflexión poética sobre sentirse extraño al mirar atrás desde otro lugar, y al mismo tiempo reencontrarse con lo que fue .
Aunque los medios comparan su sonido con bandas como The New Pornographers o Cigarettes After Sex, Blossomer no parece buscar encajar en escenas ni estilos específicos: más bien, funciona como documento emocional, como un testimonio sonoro de «lo que pasó cuando nadie estaba mirando» .
Por momentos, el disco fluye como una película breve: cada canción transita hacia la siguiente a través de pasajes ambientales que refuerzan ese sentido de continuidad emocional . El cierre, con “Still There”, incluso deja oír el murmullo de estudio, otorgando al álbum un último gesto de sinceridad íntima .
Blossomer no es una declaración explosiva, sino un cúmulo de pequeños gestos afectivos: una canción, una toma, un recuerdo que se conserva con cuidado. Es un álbum que crece hacia adentro, desde la memoria compartida y la proximidad reinventada.















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