Pablo Trujillo nació con una guitarra bajo el brazo. O al menos esa era la impresión que dio el viernes pasado cuando, celebrando el lanzamiento de “Antes de la guerra”, se soltó en una retahíla de riffs en los que llevó a su instrumento favorito al borde de una histeria que sobrecogió a todos los presentes por la virtuosa honestidad de su sonido. Allí, en medio de los vinilos que cubren las paredes de RPM Records, Trujillo estrenó en vivo su nueva canción, “Antes de la Guerra”, que interpretará próximamente frente a los prados del Parque Deportivo de la 222 en la próxima edición del Festival Estéreo Picnic. Este nuevo sencillo, que hace parte de una nueva etapa musical del cantautor bogotano, encuentra a Trujillo desenvolviéndose cada vez más cómodo en sus ropajes electrónicos, interactuando con nuevos juguetes más allá de su inseparable guitarra. El resultado es una música que se siente absolutamente actual sin descuidar la fascinación primera de Trujillo por su instrumento insigne.
Co-producida y mezclada por Ernesto Santos (ChocQuibTown, Gaiteros de San Jacinto, Julio Victoria, Odio a Botero, Pedrina y Rio), “Antes de la Guerra” retoma la exploración que Trujillo inició en “Súper Fuerte”, también auxiliada por Santos. El encontrar un interlocutor para su nuevo sonido benefició en el sentido de que, al presionarlo el productor a asumir nuevos retos estéticos y a salir de su zona de confort, Trujillo ha logrado encontrar un punto de equilibrio en el que concatena su amor eterno por su instrumento con el auxilio de las nuevas tecnologías. “Toda mi música hasta ahora, los cuatro discos que tengo, suenan mucho a ese rock argentino de Spinetta, Cerati y Charly y lo nuevo se distancia radicalmente de eso”, explicó el bogotano en un encuentro anterior a 120 dB. “Amplío el formato con teclados, con sintetizadores, con beats electrónicos disparados desde un pad. Eso de entrada le cambia a uno la mente, le cambia la manera de pensar musicalmente”.
“Antes de la Guerra” bebe de elementos del nuevo pop alternativo para construir una declaración absolutamente honesta que retrata una angustiosa necesidad de escapa, un rechazo a lo monótono y una mirada perspicaz sobre los vicios retóricos de una sociedad egoísta y ensimismada en la contemplación de su propio y cochino ombligo. El mensaje de Trujillo es siempre profundamente crítico y de una simplicidad axiomática que, a la manera del Duque de La Rochefoucauld, logra crear reflexiones en su público que terminan acompañándolos de la misma manera que un chiste ingenioso continúa causando un efecto después de varios días de haber sido escuchado. Ahora, con las canciones de cuatro álbumes encima suyo y con tarimas claves como Rock al Parque y Almax, Pablo Trujillo está listo para comerse el Estéreo Picnic, en el que compartirá la tarima con artistas de la nueva ola del sonido alternativo como Salvador y el Unicornio, Cohetes, Salomón Beda y Buscabulla.
