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  • Por Ignacio Mayorga Alzate

Celebren con Arrabalero una noche chamánica


Arrabalero ha hecho un largo y juicioso recorrido por la escena independiente colombiana desde que Juan Sebastián Aguilar dio forma a su primera aliteración en mayo de 2013 en formato trío. Luego, sumando músicos y esfuerzos, logró crear el proyecto que hoy tiene entre sus manos, un ensamble poderoso en el que la improvisación y la libertad se tornan en herramienta lúdica que termina dando forma a composiciones inquietantes y dinámicas, que van desde la explosión de guitarras hasta los susurros de los vientos en unos cuantos compases, para luego volver a caer en un juego de réplicas rítmicas que antes que canciones terminan construyendo recorridos.

En 2016 el conjunto estrenó Gris Blanco Negro y con este celebrado debut llegaron a los oídos de la prensa especializada y a importantes circuitos que les permitieron hacer parte de la última edición de Jazz al Parque. Hacia finales de junio la banda estrenó su segunda placa discográfica, Sudoku, de la que ya venían dando importantes adelantes. Compuesto por dos partes, una vocal e introspectiva y otra instrumental y agresiva, este nuevo lanzamiento se presenta como un documento necesario de la nueva música local, un proyecto dinámico y potente de una de las bandas más interesantes de los últimos años.

Como parte del proceso de difusión del disco, la banda se presentará esta noche en uno de los nuevos lugares claves de la movida bogotana. El Chamán, bar que recientemente abrió sus puertas y en el que la música ha ocupado un lugar especial desde el día uno con presentaciones de Moügli o CocóNonó, será la sede para que Arrabalero pueda volcar toda su energía para unos poco afortunados. Previamente la banda había presentado un concierto de lanzamiento del álbum acompañada de varios amigos de la escena local. Ahora, como parte de una estrategia para recolectar fondos para un próximo videoclip, la banda estará amenizando la noche del jueves con su fusión de jazz, rock experimental y dulces cadencias vocales a cargo de Luisa Quiroga.

La música de Arrabalero tiene reservado un lugar importante en la escena alternativa local y puede competir tranquilamente con proyectos similares en toda la geografía latinoamericana. La suma de sus partes ha resultado en un conjunto potente y emocionante, que no precisa en la mayoría de los casos de la lírica sino del más natural arrullo pre-verbal para crear composiciones conmovedoras de largo efecto. Acompáñenlos esta noche en una nueva aventura que hasta ahora comienza y que, seguramente, seguirá dando de qué hablar a lo largo de lo que queda del año y en los lustros por venir.

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