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  • Por Ignacio Mayorga Alzate

Lika Nova da un salto de fe con “Manos al fuego”


Cortesía Lika Nova

El amor es quizás el sentimiento más poderoso al que podemos aspirar como especie. Algunos de las obras más importantes de la creación artística humana nacen de este lugar ambiguo en el que el placer y el dolor danzan intermitentemente y, desde los primeros balbuceos del lenguaje, los hombres han cantado a este regalo o desgracia que nos legaron los dioses como parte de la condición de nuestra carne. Y es que si bien es cierto que no hay nada más satisfactorio que dormir en los brazos de nuestro bien amado, también lo es que cuando la vida, el tiempo o las circunstancias nos lo arrebatan, somos capaces de sentir un desgarramiento visceral, una honda herida cuyo proceso de cicatrizar es difícil de medir y que se soluciona una vez conocemos a alguien más. El miedo, el vértigo, la ilusión y la ansiedad anticipan que lo que sentimos por alguien es real, nos excede y escapa de nuestro control. Pasarán los años, las tendencias y la cultura, pero las canciones de amor seguirán apareciendo para dar una luz a este proceso incomprensible, como sucede con el último de Lika Nova, una invitación a creer de nuevo y saltar sin red a ese vacío incierto que es el amor, atravesando un abismo para llegar a la otra orilla, donde la promesa de un beso y un abrazo son las alas necesarias para no ceder ante el viento de las adversidades.

Después de girar todo el 2018 su debut discográfico Sangre de prófugo, Lika Nova presentó promediando el año su sencillo “Mi suerte”, un adelanto de su próximo EP en el que una visión optimista sincopada a un juego elegante de sintetizadores nos exhorta a levantarnos del suelo cuando la vida no sale de la mejor manera. El corte fue producido por Pedro Rovetto (Superlitio) y tenía una estética ochentera que se contraponía con la característica fuerza de guitarra que imprime la banda en cada una de sus producciones. Ahora Lika Nova regresa con el segundo sencillo de esta nueva etapa musical, en la que le canta al amor de una manera íntima y profundamente honesta. “Manos al fuego” nace de ese sentimiento ambiguo que es decidir no volver a exponer el alma y la piel al amor después de una herida y, sin embargo, volver a participar de la danza de Cupido cuando otra persona nos borra todas las certezas con su sonrisa y el volver a amar se antoja como una necesidad y una declaración de principios. Con unos sintetizadores precisos y dinámicos a cargo de David Useche y Luis Felipe Rojas explorando un rango nuevo en la voz, la canción se presenta como un himno de amor sofisticado y sincero.

Acompañando este lanzamiento llega un lyric video producido por Lika Nova que juega con la estética del stop motion para crear el sentido de una historia de amor enternecedora. Vean aquí el clip y pierdan el miedo al incendio con lo nuevo de la banda bogotana.

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