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  • Por Ignacio Mayorga Alzate

Los corazones rotos pueden esperar en “Fugaz” de Soy Emilia


Juanita Carvajal es una de las más notables bajistas que tiene el país y lleva ya varios años demostrando que este pesado instrumento está lleno de posibilidades siempre y cuando detrás esté una persona que sepa ejecutarlo, que entienda la manera de interpretar su complejo y robusto lenguaje. Con Soy Emilia Carvajal dio sus primeros pasos como solista en 2017, presentando un alter ego que detrás de su coqueta mirada esconde una furia y energía lista a desvirtuar todos los estereotipos de género, planteando una mujer supremamente empoderada y libre, que no está subyugada a las necedades y obligaciones a los que, supuestamente, el mal llamado sexo débil debe limitarse. El resultado es una poderosa reinvención del pop electrónico en el que Carvajal es bajista, arreglista y productora. Sus canciones son adecuadas para la radio comercial, pero esconden una esencia de honestidad y potencia como pocos productos dentro de los millones de canciones hechos para conquistar los listados.

La joven bajista ha sabido aprovechar la experticia que ha recogido durante años en los circuitos musicales más exigentes de la movida latinoamericana y nos presenta una figura que se erige con la fuerza de una montaña, inaprensible como la arena entre los dedos y revestida con el amenazante poderío de un volcán dormido o la fiera tenacidad de un cactus del desierto. En 2017 Soy Emilia presentó un EP debut que la llevó a girar por México y por la capital colombiana y ahora regresa presentando nuevas y vitales canciones, producto de muchos años en la escena nacional. Bajo el nombre de Reconstrucción, Soy Emilia ha creado una colección de canciones que llegarán en este primer semestre de las que ya conocemos varios adelantos, evidencia suficiente para darle un lugar importante a la compositora en el catálogo del pop alternativo latinoamericano.

El viernes Soy Emilia presentó el cuarto sencillo de Reconstrucción, parte de una narrativa compleja en la que el cuerpo de la mujer es el objeto de estudio, pero también el lugar de enunciación. Lejos del male gaze “Fugaz”, su nuevo corte, trabaja en torno del precipitado ritmo de las relaciones actuales. Si en “Tinderella”, sencillo de Los Eddies en el que Carvajal reescribió su parte, el tema era el amor líquido en la era de las pantallas negras, ahora Soy Emilia ahonda sobre las consecuencias de estos amores fugaces, pero sin llegar a la cursilería sino parándose desde un lugar retórico poderoso en el que no se deja engañar con promesas vacías y palabras bonitas. Antes bien, reconoce el mandato de la carne y se olvida del corazón, convirtiéndose ella en la voz que marca los ritmos de una relación que, de cualquier modo, no tiene ningún futuro, aunque ello no impida el poder sacarle provecho.

Con “Fugaz” Soy Emilia ratifica su lugar en la música local no sólo a nivel sonoro sino temático: es una de las pocas cantautoras que está arriesgándose a tratar motivos que hasta ahora eran desconocidos en el discurso cultural colombiano, por definición pacato, mojigato y doble moralista. De por sí sólo ello corresponde un acierto, pues tener la valentía de tomar la música pop como vehículo de transmisión de sentido es un secuestro a las formas comerciales de mensajes inocuos. Pero, además, la calidad de cada una de sus composiciones reitera que tenemos frente a nosotros a una música de primera línea. Con un juego de sintetizadores y cajas de ritmo Soy Emilia logra construir un rico paisaje sonoro en el que la elegancia se impone a un dream pop sofisticado y coqueto. Escuchen aquí su nuevo sencillo y prepárense para el lanzamiento de Reconstrucción, un álbum que lleva en maridaje más de ocho años, varios corazones rotos (de parte y parte) y todo el aprendizaje del bagaje musical del continente. Soy Emilia se viene con todo.


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