
La escena alternativa colombiana hace tiempo reconoce y valora el talento creativo de Felipe Ortega. El músico bogotano ha colaborado en los últimos años en algunos de los proyectos más interesantes de los nuevos sonidos colombianos. Desde el lanzamiento de Cada célula de Ságan el productor, compositor y ahora cantautor se ha ganado un lugar clave en el circuito por la minuciosidad con la que construye sus delicadas composiciones. Así mismo, ha destacado como músico al lado del proyecto de Juan Felipe Ochoa, Surcos, y también ha colaborado con Pablo Trujillo para darle forma a ese hermoso híbrido que lleva por nombre iglū. Durante su carrera ha producido a varios nombres de la esfera indie y grabado a importantes nombres como Andrés Cepeda, Cabas y Flora Martínez. Ahora, después de presentarse en decenas de importantes eventos con cada uno de sus proyectos, Ortega decide lanzarse al ruedo solista con un proyecto honesto, desnudo y conectado con la tierra. Hace poco descubrimos la “Fuerza” de su primer sencillo y, la semana pasada, nos regaló una colaboración bellísima junto a Francisco Martí y Diana Osorio de la Burning Caravan.
La música de Ortega como solista es una mezcla depurada y tranquila que vuelve al núcleo de la canción, presentando melodías y armonías de una belleza inquietante con elementos mínimos. “’La marea’ la escribí solo en el estudio después de ‘Fuerza’, influenciado por las melodías de Rodrigo Amarante”, explica Ortega sobre el proceso creativo de su sengundo sencillo. “Después de un tiempo se me ocurrió hablar con Francisco Martí de Burning Caravan, con el cual ya había hecho colaboraciones en Ságan y había grabado cosas en el estudio. Fue increíble cómo Francisco y Diana le aportaron justo lo que necesitaba a la. Fue un proceso creativo hermoso. Fueron entregados y generosos en el momento de crearla”. La canción abre con Ortega reflexionando junto con su guitarra y pronto se le une Martí con la esencia dramática de su voz, acompañado por visos de acordeón que Osorio despliega ejemplarmente cuando la melodía lo requiere, emulando a un viejo marinero de puertos lejanos.
Poéticamente, Ortega construye una reflexiva composición sobre los arcanos posibilidades que sobrevienen cuando la vida nos ofrece una experiencia transformativa. No hay nada más misterioso e impredecible que el movimiento de las olas del mar, salvo quizás la vida misma. Por ello la metáfora es apropiada. El agua puede sofocarnos y aplastarnos, o llevarnos flotando hacia nuevas costar, otros terruños para construir nuestra existencia propia. La voz de Ortega narra estas posibilidades infinitas, estos golpes de dados de concha y espuma, con una identidad muy humana y propia. Para una persona que se ha hecho un nombre alrededor de máquinas y programaciones, es refrescante como brisa marítima encontrarlo reflexionando desde la forma más pura, construyendo analógicamente un nuevo universo estético. “La marea” corrobora que Ortega es docto en construir canciones en todas sus formas, un verdadero artesano musical. Escuchen aquí la canción y déjense llevar por las olas hacia nuevos lugares.