Carmelo Torres es uno de esos músicos de raza. Desde pequeño se vio seducido por el sonido del acordeón que escuchaba en una población pequeña del Magdalena a través del radio de sus padres. Nacido en Plato en 1951, el joven Carmelo aprendió a sintetizar los sonidos de la guacharaca de manera empírica a una edad corta y empezó a trabajar muy rápido con músicos reconocidos de la región. Trabó amistad con el fallecido Andrés Landero, visionario de la cumbia sabanera en la que el acordeón reemplaza a las gaitas, y trabajó con el músico durante años, manteniendo una amistad íntima y profunda con el maestro hasta el día de su muerte. La música proviene de un linaje de intérpretes: su padre conocía los misterios de la gaita corta y sus hermanos también han compuesto canciones que hoy en día interpreta en vivo. Con un largo vuelo en proyectos claves de las músicas regionales del Magdalena, como son Los Gaiteros de San Jacinto o Sones de Guarimaco, Carmelo Torres mantiene viva la tradición de un ritmo que le ha dado la vuelta al mundo y que sólo hasta hace poco en nuestra larga historia musical hemos aprendido a conocer y respetar como parte de la herencia tripartita que es la cuna de nuestro folclor.
En 2013 Carmelo Torres presentó su primera aventura solista, Vivo parrandeando con Carmelo Torres y su Conjunto, y en 2015 unió esfuerzos con Los Toscos para una revisión moderna de la cumbia sabanera, en la que los nuevos ritmos cachacos volcaron su influencia contemporánea para crear un producto único y necesario para revitalizar la escena musical. Con cerca de cincuenta años tocando música, el cantautor del Magdalena grabó y presentó su segunda placa discográfica, Me recordarán, en 2017 junto a un conjunto que lleva por nombre Carmelo Torres y su cumbia sabanera. Después de una gira por México, país hermano en asuntos cumbieros, Torres regresó a Bogotá para un concierto gratuito en la Universidad de Los Andes a principios de febrero de 2018 para presentar su nuevo sencillo “Virgen de la Candelaria”, una composición de Betty Ochoa que, en voz de Torres, alcanza plena potencia e invoca a todos los fantasmas de una tradición que resuena desde el centro de la tierra con la fuerza de un volcán. Ahora después de un año de promoción, el maestro y el equipo de Sonidos Enraizados presenta el primer videoclip de la carrera del versátil cumbiero.
El video de esta canción -parte de su segunda producción discográfica- nos lleva a las épocas en que los santos patrones eran motivo y excusa para el canto y el baile. El acordeón, la caja y la guacharaca eran las protagonistas de festividades que duraban días o incluso semanas completas, junto con instrumentos como las gaitas y los tambores. La historia termina en una hermosa rueda de cumbia, entre polleras y velones. El equipo de Sonidos Enraizados viajó hasta San Jacinto y Cartagena, en el departamento de Bolívar, para recrear en esos hermosos parajes el relato de la canción. Así, escenarios como la Muralla y las carreteras de los Montes de María, se disponen para la canción de Betty Ochoa, una de las más importantes compositoras de la región. El resultado es un audiovisual dirigido por Giuliano Ferreira impactante y enternecedor. Cuando escribió la canción, Ochoa buscó al maestro Carmelo para que le ayudara con la musicalización; como resultado surgió esta alegre cumbia en do mayor que luego pasó a la historia musical colombiana gracias a la versión del maestro Andrés Landero, quien la llevó al modo menor para hacerla parte de su estilo característico de interpretar las cumbias en acordeón.
Este año se pone interesante para Carmelo Torres y su Cumbia Sabanera: el pasado viernes 14 de junio hizo parte de la programación del segundo festival Tempo Trópico organizado por el Teatro Colsubsidio y la agencia Afropicks junto a Pierre Kwenders, Curumin y el Frente Cumbiero. Durante su estadía en Bogotá, la agrupación trabajará en su próxima producción, un disco que seguirá construyendo sobre la vital cumbia sabanera. Conozcan aquí el hermoso videoclip de “Virgen de la Candelaria” y reconecten con la raíz a través de la música poderosa del maestro Carmelo.