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Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Los Cotopla Boyz vuelven, y la embarran, con “Dame tu Wasap”



Nadie estaba preparado para la existencia de los Cotopla Boyz, el nuevo proyecto de algunos de los músicos más activos de la escena capital que en 2019 nos dejaron dos sencillos heroicos para la tropicalidad subterránea capitalina: “Me malviajé con las ganlletas”, una suerte de champeta psicodélica y progresiva y “Raspafiestas”, por la misma línea, pero más explosiva y rumbera. Ahora, el poderoso ensamble bogotano presenta su tercer sencillo, “Dame tu Wasap”, influenciado por la cumbia setentera de teclados del continente latinoamericano. Con el humor que caracteriza sus pulidas producciones musicales, la banda presenta una historia de tragos y equivocaciones con resultados hilarantes.


Compuesta por Andrea Hoyos (Kbellos de ángel), Sebastián Portilla (El raspafiestas del amor), David Sánchez (Davinson Sánchez) y Edgar Marún (Esguitar), la banda ha montado en su corto vuelo algunas bacanales explosivas en las que su actuación en vivo sobresale por la dinámica enérgica que aporta cada una de sus partes. Siempre emocionantes y radicales al combinar algunos de los ritmos más insignes del continente como la cumbia y la champeta en una propuesta sin par en el panorama colombiano, los Cotopla Boyz no se conforman con una interpretación virtuosa, sino que tienen la posibilidad de convertir cualquier anodina reunión en una poderosa celebración independiente. Sin embargo, como queda demostrado en “Dame tu Wasap”, a veces el exceso de rumba puede llevar al fin de posibles encuentros románticos.


“Esta canción la hicimos hace mucho, mucho tiempo. Como dos o tres años”, explica Sebastián Portilla, quien por primera vez se le mide a las labores del canto. “Yo estaba saliendo con una chica que me gustaba mucho, pero, al mismo tiempo estaba pasando por una tusa horrible. Entonces creo que fue una muy mala decisión salir con esta chica. Fuimos a una fiesta y me puse a tomar bastante y, hablando con ella, se me olvidó su nombre. Ella se puso súper brava, porque había mencionado el nombre de mi ex-novia, que tenía un nombre muy distinto. Yo quería seguir saliendo con ella, pero tuve un lapsus que me hizo dar cuenta de que, evidentemente, seguía entusado. En un empeño fútil de seguir en contacto con esta amiga le mandaba mensajes de texto, WhatsApp y toda la vaina. Con toda la razón no quería ni verme”. La entrega tabernera y acongojada de Portilla es hilarante e incómoda, como la misma situación que plantea. En ese sentido, le da un vuelco a una situación trágica hacia un humor irreverente.


La cumbia nació, como siempre con Los Cotopla, desde el humor que rodea una situación complicada que, en retrospectiva, se convierte en una gran anécdota para contar tomando. “Una vez con Davinson estábamos componiendo una canción de la que él tenía ya su esquema musical. Al ponerle una letra, nos acordamos de ese momento”, continua Portilla. “David se estaba acordando mucho de mí, entonces escribimos la letra. Posteriormente, en la producción de la canción, decidimos involucrar la voz de Ana María Romero (cantante de Palo e’ corozo) y nos ayudó con los coros Andrea González, nuestra amiga vocalista y manager, poniéndose en los zapatos de la chica de la historia, expresando lo que pudo haber sentido. Es un autorretrato musical mío muy vergonzoso. Pero ahí está esa auto mofa”. Dándole la vuelta a la situación, Los Cotopla Boyz se reinventan en “Dame tu Wasap”. Escúchenla aquí y, por favor, modérense.




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