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  • Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Maiguai invita a sanar a través del baile en “Bien lejos”



Después de su EP debut de 2018, Fueque, Maiguai dio forma a principios de este año a DVAL, un nuevo lanzamiento en el que la banda asentada en Bogotá ratificaba la importancia de su mixtura de sonidos y la habilidad que tenía para dar forma a canciones emocionantes. Ahora llegan con más. El dúo de rock electro tropical conformado por Marisol Arévalo y Álvaro Vargas regresa en esta oportunidad con una canción de fuerte carácter espiritual en la que exorcizan los demonios y el dolor a través del baile, en concordancia con los rituales de algunos de nuestros pueblos originarios. En ese sentido, “Bien lejos”, su nuevo sencillo, se convierte en el anticipo perfecto para su primer álbum de estudio, después de llevar preparando un par de años su camino con sus anteriores producciones de corta duración. Con esta canción comienza un camino musical que tiene mucho más en cuenta el movimiento corporal, el ritual del baile, mensajes sanadores y varios cuestionamientos acerca de la humanidad y el medio ambiente (temática a la que Maiguai recurre frecuentemente en sus producciones desde distintas miradas).


Los beats electrónicos, la cumbia, el dancehall, el afrobeat, el triphop, las distorsiones y la psicodelia acompañarán este viaje sonoro que comprende una serie de canciones unidas bajo un concepto que reafirma la estética y la experimentación musical de Maiguai. “Bien lejos” se grabó en Alterna Estudio (Bogotá) bajo mezcla y máster de Darío Bernal. La composición es de Marisol Arévalo y Álvaro Vargas (fundadores de Maiguai y principales componentes sonoros del proyecto). Es una colaboración con el artista colombiano Pernett, reconocido por ser pionero en las propuestas de fusiones electrocumbieras y autor de éxitos como “Caribbean raver (Optimo positivo)”, “Hoy es mañana” o “Huele a mariacachafa”. Como productor Pernett aportó una sonoridad acompañada de sintetizadores, gaitas y tambores que ubican al oyente en un paisaje de montañas, trópico y ciudad.


La letra, escrita por Arévalo, invita a un proceso de sanación el corazón herido a través del ritual del baile. En ella se despide del dolor, del sufrimiento y le da la bienvenida a un nuevo amanecer, a vivir sin remordimiento, a entender que la soledad es una gran compañera. Acompañando el lanzamiento aparece también un videoclip dirigido por Arévalo que realizó en compañía de varios amigos. Situado en la vereda de Tominé, el clip encuentra importante inspiración en la simbología del tarot Rider Waite, cargado de imágenes premonitorias de especial devoción en los círculos arcanos desde hace más de un siglo. En la historia una mujer es perseguida por augurios ominosos signados por el palo de las espadas, uno de los más difíciles en una tirada al simbolizar los estados de consciencia y actividad mental, la comunicación, las cuestiones espirituales y los asuntos psicológicos. Perseguida por el presagio del tres de espadas, que remite a la separación y la pena, la protagonista del corte exorciza sus demonios a través de una de las primeras actividades sagradas de la humanidad: el baile.



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