Desde que Böjo, el alias creativo del productor colombiano Samuel Lizarralde, empezó a mostrar sus composiciones solistas en el primer semestre de 2020, su propuesta de valor no ha dejado de legarnos una serie de sencillos emocionantes e implacables que lo han convertido en uno de los músicos más prolíficos en el panorama colombiano contemporáneo. Desde la presentación de “Solo, Op. 1: No. 1” en abril de ese lustro ansioso, el músico ha completado dos EPs y ha lanzado colaboraciones y reversiones que muestran su implacable inquietud compositiva, una que no respeta los términos del mercado, sino que se alimenta solo de su propia creatividad y demuestra una habilidad irrefrenable para producir, track a track, un camino que parte de la música clásica para convertirse lentamente en una hermosa criatura llena de neones y colores vivos prestados de la electrónica.
Con Opus, su primer EP, el músico fue virando lentamente del piano clásico hasta los beats más oscuros del techno, presentando cuatro cortes que se construyen de manera evolutiva hacia un sonido híbrido y fascinante. Luego unió esfuerzos con Santiago Navas en “Centro”, un sencillo más cercano a la electrónica experimental, presentó dos interludios que sirvieron de puente a su nueva estética, y ahora regresa con la primera parta de un nuevo EP cargado de energía densa y primordial en el que las máquinas cobran un protagonismo central mientras entablan un diálogo con la naturaleza. Opus 3 será el nuevo lanzamiento del colombiano del que hoy conocemos los primeros momentos, una electrónica oscura y experimental que quizás y no funja como la maestra de ceremonias apropiada para descalabrarse con químicos, pero sí como una guía espiritual para la introspección, hacia el núcleo de nuestra identidad y hacia las sombras que proyecta nuestro cuerpo físico cuando nadie lo mira.
“Recuerdo que la primera vez que escuché la palabra Techno fue en la mitad de un bosque, hace casi 10 años, en una fiesta llena de misterios a las afueras de Bogotá”, explica Böjo. Desde la entrada del parqueadero, hasta ver la salida del sol frente a los monitores, todo era nuevo para mí: el DJ cumplía un rol casi sacro, como si fuera un sacerdote que dictaba los parámetros de un ritual colectivo. Esa idea de ver la fiesta como un encuentro sagrado con dictámenes casi religiosos es el lugar de partida de este EP”. Así, Böjo presenta dos cortes de carácter casi místico como primera parte de su EP: “Ritual, Op. 3: No. 1” y “Kaaba, Op 3: No. 2”, sencillos que se complementan en su identidad sagrada para crear una experiencia de escucha poderosa y dinámica. Entender la fiesta como un espacio de introspección, más que de socialización, y la música como una herramienta de trance colectivo es el siguiente paso al que nos lleva el trabajo discográfico de Böjo en su tercer EP. Un recorrido a través de diferentes culturas, ritos y ceremonias, explorando en cada track el concepto de fiesta e introspección. Es por eso por lo que las voces de Opus 3 se expresan en la multiculturalidad y nos encontramos rodeados de coros barrocos, de cantos del Pacífico colombiano, de voces de guías espirituales indígenas y gritos africanos, todos explorados desde un solo Ritual.
“Ritual” es la carta de presentación del tercer EP de Böjo y resume en sí todo el EP: un momento catártico en el que nos vemos envueltos en un trance colectivo que combina sonidos nativo-americanos, africanos, occidentales y orientales. Es un track que se construye sobre elementos religiosos y culturales multiétnicos, en el que los samples unen culturas, voces y creencias bajo un mismo techo. El baile es una tradición afín a todas las culturas del mundo y funge de distintas maneras en cada una de ellas: sirve para invocar las lluvias o prepararnos para la guerra, para celebrar la unión de dos almas hasta la eternidad o para despedir a nuestros muertos hacia el más allá misterioso. Es un concepto que puede abarcar infinidad de prácticas que versan desde lo sagrado hasta lo profano, que se extienden a las celebraciones de ritos de paso y a las despedidas. Por otro lado, la exploración de la música como un proceso religioso se vuelve evidente en “Kaaba, Opus 3: No. 2”, corte en el que Böjo nos guía a través de coros inspirados en el “Confutatis” de Mozart, resumiendo en sus tonos el rito religioso que se celebra en torno a la muerte en Occidente. Estas voces desembocan al final del sencillo en cantos de la región Pacífica colombiana, también provenientes de los ritos fúnebres, mostrando el poder de la música para unirnos en celebración o duelos y para llevarnos a un lugar en el que todos somos uno. Böjo continúa demostrando por qué es uno de los nombres claves de la electrónica latinoamericana, pues utiliza las fórmulas de la fiesta para presentarnos algo más profundo y poderoso. En su propuesta hay una riqueza discursiva que no necesita de la poesía para mostrarnos una parte dormida de nosotros.
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