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  • Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Yo no la tengo presenta “En la cara”, una reflexión sobre la soledad del poder



Es posible que Yo no la tengo, a pesar de la ironía de su nombre, se convierta en uno de los actos más interesantes de 2021 con Fiebre, el EP debut que preparan para lanzar más adelante este año. “En la cara” es el segundo sencillo de esta banda formada en 2019, poco meses antes de la pandemia y presenta un sonido ecléctico, furioso y enérgico que es siempre necesario en el contexto del rock capitalino. Sumándose a la propuesta de valor de actos como Cold Tropics, The Kitsch, Babelgam o Los Viles, Yo no la tengo se ha convertido en una joya emergente que pronto llegará muy lejos, a pesar de que la pandemia intente detenerlos. Ya con una primera fecha en 2021 en la pasada edición de La Madame, la banda capitalina demostró que su sonido está listo para estallar desde su esquina alternativa para crear una nueva camada de seguidores que quieren y necesitan regresar a Asilo y demás lóbregos venues capitalinos y nacionales.


“En la cara” llega después de “Todo mal”, con el que la banda debutó hace un par de semanas y condensa la fuerza y crudeza honesta del punk para construir una reflexión inquietante sobre la soledad del poder que recuerda a “El último rostro” de Álvaro Mutis o a El general en su laberinto de Gabriel García Márquez. “En la cara” tiene una introducción de programaciones y un bajo fangoso al que se suman crudas y ostentosas guitarras de velocidad vertiginosas. En el contexto contemporáneo, a la luz del títere de grueso fomi que tenemos como presidente, “En la cara” es una reflexión irónica en la que Yo no la tengo se calza la piel del emperador desnudo para denotar cómo creamos ídolos de barro en un país en el que el sol ardiente los cuece para luego hacerse trizas con apenas una brizna de viento.


Con un trabajo de ingeniería sobresaliente en el que imperan los bajos protagonistas del post punk y las guitarras frenéticas de la alternativa noventera, “En la cara” es un corte potente que se nutre de la honestidad y la sencillez del punk, expresando la frustración de no poder manifestarse, de frente, ante una persona injusta que ostenta una posición de poder. ¿Suena familiar? Desde la orilla de su sonido lóbrego y explosivo, YNLT presenta una reflexión inquietante para indagar sobre la soledad del poder y los demonios que acompañan a quienes hacen oídos sordos a los reclamos de su público. Es un corte tremendo complementado con un videoclip de factura precisa y emocionante en el que se recoge de manera hiperbólica el mito de Narciso, el onanismo ególatra y la grotesca persona que se esconde detrás de los poderosos. Esta es una banda que no se anda con complacencias. Y eso es todo lo que necesitamos.



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