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  • Por Ignacio Mayorga Alzate

Nadie, regreso clave del punk colombiano

Actualizado: 20 oct 2020


Fotografía: Carlos Montañez

En 1994 nació en Medellín Nadie, una de las agrupaciones icónicas de punk rock de la capital antioqueña, continuando la proliferación y explosión que este género había logrado luego del éxito de la película de Victor Gaviria Rodrigo D No Futuro. Conformada en un primer momento por los amigos de colegio Julián Velázquez (guitarra y voz) y Juan David Márquez (bajo) la banda se convirtió en un acto clave del punk paisa. Aunque en un principio se constituyó como un cuarteto, la banda se caracterizó hasta 2006 por su formación de power trio. Durante esta primera década de existencia, Nadie publicó cuatro placas discográficas que los pusieron en el centro de la movida under de Medellín, además de permitirles llegar a importantes tarimas a lo largo y ancho del país, además de algunas presentaciones vitales en el panorama internacional que los llevó a compartir el escenario con Misfits de los Estados Unidos, Violadores y Attaque 77 de Argentina o Ilegales de España, además de toda la crema rockera de nuestra geografía patria.

En 2006, después de la publicación de Verdades y mentiras y del compilado gringo Los mejores ruidos de los nadie, Velázquez decide mudarse a la capital colombiana en donde, después de varios años de sufrir la brutalidad de una ciudad llena de complejidades y llena de actores pluri étnicos terminó dando forma a Monólogos de un perro con bozal, un álbum completamente rabioso que carga una fuerza desesperada por encontrar la voz propia en una vorágine de ruidos, voces y pitos. “El Monólogos es un disco que es la traducción de los cuatro años que yo viví en Bogotá. Sabemos muy bien que las capitales son rabiosas. La mayoría, cuando son muy grandes, son ciudades rabiosas”, explica Velázquez. “Entonces el disco es eso: fue plasmar esos cuatro años acá. Si escuchas el disco es un disco rabioso. La única imagen que se me vino a la mente fue la de un perro rabioso”. Con el Monólogos llegó a presentarse por tercera vez en Rock al Parque, por cuarta en Altavoz y llegaría también al Cali Underground y el Manizales Grita Rock por vez primera. Sin embargo, a pesar de todo, Velázquez decidió radicarse en Argentina en 2010 y empezó una etapa de silencio en Nadie que sólo se rompió, con guitarras y alaridos, cuando una nueva formación de la banda apareció en 2017 para sorpresa y alegría de miles de fanáticos nacionales.

Juan David Márquez. Foto: Carlos Montañez

“La formación de Nadie era inicialmente con cuatro músicos y finalmente terminó siendo un power trio. Después agregamos saxo, aunque en vivo era casi siempre el trío. El saxo en grabaciones y a veces nos acompañaba en vivo, la mayoría de las veces no”, explica Velázquez sobre la evolución y permutaciones que ha tenido la alineación de Nadie. “Después nos quedamos como trío dos discos más hasta el Monólogos. En todo ese proceso hubo diferentes músicos, estuvo Alejandro Duque en la batería, Carlos Pino en el bajo. Cuando ya Juan David se quedó en Medellín yo vine a Bogotá, pasó todo esto y finalmente la banda se vio acompañada de dos chicos de Militantex, Alejo Gómez en la batería y Jorge Tobón en el saxo. La formación actual somos nosotros cuatro y está en pie desde que regresamos a tocar. Fueron cuatro años sin tocar. El último concierto fue acá en Rock al Parque, en 2009, después de eso no volvimos a tocar más”.

Cuando Nadie dejó de tocar el mundo apenas y estaba entendiendo el fenómeno de las redes sociales, MySpace era una herramienta relevante para la difusión y promoción musical y los emos se daban en la jeta con los punkeros, los metaleros con los punkeros y los raperos con todos. Sin embargo, con las nuevas oportunidades de escucha que permitió la aparición de los servicios de streaming las cosas giraron para bien, permitiendo que estas micro comunidades estuviesen más atentas a lo que sucedía en otros espacios musicales. En este tiempo, también, Medellín se convirtió en la capital del hip hop nacional, viendo la ebullición de bandas ya consagradas como Crew Peligrosos y Alcolirykoz y el nacimiento de nuevos talentos como fue la constitución del parche de Moebiuz. Sin embargo, como apunta Velázquez, el punk no cedió su espacio y su vigencia en la capital de Antioquia: “Yo creo que la movida del punk en Medallo siempre va a ser latente”, anota. “Es una ciudad que se caracteriza mucho por eso, ha sido la cuna del género en Colombia, sabiendo que hay muchas bandas de punk en Bogotá, en Cali y en Manizales”. Así mismo, las nuevas tecnologías y herramientas de difusión musical le han sido útiles al género como le han sido útiles al hip hop y el metal. “Yo creo que ahora en el punk y en todos los géneros hay una consciencia muy despierta de la auto gestión, de moverse, de aprovechar las redes sociales”, complementa. “Eso ha hecho que las bandas estén con las antenas puestas a todo lo que pasa. Eso es muy positivo. Yo creo que Internet nos ha ayudado a empujar más, a ser más constantes en el trabajo y a hacer cosas todo el tiempo”.

Conforme avanzaban las tecnologías de difusión lo hacía también la posibilidad de que las escenas musicales se permitieron el contacto con nuevos géneros, logrando que las formas antiguas se mantuvieran vigentes a la luz de una mirada refrescante y más contemporánea. A la luz de eso, y quizás como consecuencia, los espacios empezaron a abrirse de manera más plural para las bandas de géneros musicales más extremos, de forma tal que el regreso de Nadie ha contado con una aprobación y una difusión importante por parte de las autoridades culturales y el público cada vez más diverso. “Yo creo que los festivales y toda la escena tiene bastante en cuenta este género. Hay más inclusión del género en cosas oficiales, está menos estigmatizado”, explica Márquez. “Aunque todavía en la calle, por las pintas y por la agresividad del concepto visual del punkero, la gente sí lo marca un poquito, pero se aceptan mucho más. También es que ahora no se ve esa diferencia entre géneros, entre el metal y el punk, que en los ochenta y noventa estaba tan marcado. Había conflictos, no se podían hacer conciertos juntos. Ahora ya en los festivales hay conciertos con bandas de punk y los metaleros esperan que terminen los punkeros para escuchar su banda y vice versa, ya no hay ese problema. Se ha abierto el campo”. Sobre la hibridación de las formas complementa Vázquez que “Inclusive nosotros lo hemos hecho. En el Monólogos hay una mezcla con metal y con reggae, “Ardiendo”, está “La sangre de los bastardos” en Me sabe a sangre el corazón que es reggae completamente. Hemos ido experimentando, tímidamente, pero hemos dado ese paso. El disco que viene el próximo año va con eso, va a incluir otros géneros del rock, se va a abrir más. Es una transformación personal y también sucede a nivel social. Uno ya escucha de todo en todos lados. Ya se acabaron las fronteras. La gente joven va a lo que gusta. Ya no importa qué sea: punk, metal, new wave, post punk, reggae, etc. Nosotros somos personas que escuchamos mucho rock, pero escuchamos también mucha música latina. Eso hace que uno tenga el oído todo el tiempo nadando en un montón de frecuencias diferentes”.

Con relación a los servicios de streaming y a la necesidad cada vez mayor de la industria de colgar sencillos antes que producir álbumes, Nadie se siente tranquila como banda: “Yo creo que también se da por géneros. Hay géneros a los que les funciona muy bien lo del sencillo y como negocio es lo mejor”, explica Márquez. “Hay otras bandas más rockeras, de la escuela que venimos nosotros, que sí nos gusta hacer el disco completo, tenerlo, sacarlo y, a los que nos escuchan, también les gusta tener el disco. También en este momento son consumidores de Spotify y todo porque esa es la realidad, pero hay gente todavía que quiere tener el álbum completo, o descargarlo completo. En fin, pero a nosotros sí nos funciona. Está muy bien planteado cómo está el negocio, hay artistas que sacan sencillos y les va mucho mejor: ahorran tiempo, están todo el tiempo en movimiento, siguen vigentes. Está muy bacano, pero para cada cosa su cosa”.

“Estamos terminando de grabar una canción nueva que saldrá a principios de febrero, más o menos, con un videoclip”, continúa Márquez sobre el futuro de la banda que este año regresó al Altavoz. “Durante el primer semestre de 2018 vamos a tener tres lanzamientos: ese y dos en vivo, recopilaciones de todos los conciertos que hemos hecho, como para estar vigentes. Ya en junio nos juntamos todos para hacer un disco completo”.

Julián Velázquez. Foto: Carlos Montañez

“Las canciones siempre salen antes, nunca hemos tenido la dinámica de componer en ensayo, siempre están predispuestas en una composición. Ya después en ensayo le hacemos unas correcciones, lo que vamos viendo como banda lo vamos armando”, explica Vázque sobre el proceso de la banda en el estudio. “Por ejemplo, con esta canción nueva que se llama "Indeleble" que le dedicamos al público, a ese momento en Altavoz de reencuentro fue una canción que salió más en estudio por un tema de tiempo: estábamos ensayando, ensamblando la banda de nuevo, los conciertos, entonces creo que ha sido la primera canción que se hace en estudio, que hay una composición previa, pero que en estudio yo, por ejemplo, hago las dos guitarras, las compongo ahí o Juanda también el bajo lo va componiendo en ese espacio. La batería también la vamos armando así. Pero es como la primera canción que nace de esa forma. Para el disco nuevo creo que vamos a seguir con el mismo método de llevar unas maquetas ya predispuestas, ya elaboradas y después de todo las trabajamos en el estudio”.

“La idea ahora es plantear todos los festivales que se puedan el próximo año y tener fechas también de bares chicos que también nos gusta mucho el toque de 200 personas, 250”, explica Vázquez sobre los planes de Nadie para el 2018. “Entonces estamos en un plan para el 2018 de generar "El monólogo de un perro con bozal", editarlo y generar todas estas fechas. Para nosotros en lo posible estar en la mayor cantidad de festivales posibles. Nos gusta mucho Cali, Manizales, son ciudades muy bacanas, queremos Rock al Parque y los festivales que existan, completar todas esas posibilidades”. Esta serie de posibilidades se sumarían al regreso a una plaza por quinta ocasión: el festival Altavoz de Medellín al que regresaron de manera triunfal en 2017. “A mí me ha parecido de los conciertos más importantes de Nadie. Porque mucha gente lo estaba esperando, casi todo el mundo estaba a la expectativa de qué iba a pasar ahí”, dice orgulloso Márquez. “Había gente de la vieja guardia, de la época en que tocábamos, y también había muchos pelados, sardinitos, jóvenes, peladitas, cantando. Hubo mucha euforia en el público, gente hasta llorando, gritando, fue algo súper emotivo para nosotros. Algo que nunca había pasado. Para nosotros fue algo súper especial, no la creíamos, no esperábamos eso tan fuerte. Fue súper bonito, increíble, una nota. Bastantes personas llorando, muy bacano”.

Si algo de la experiencia en Altavoz puede demostrarnos es que después de veinte años de sus primeras canciones, las canciones de Nadie se han ganado un lugar importante en el corazón de la movida rockera colombiana, que ha acompañado a las personas en parches de amigos, conciertos, además de en los momentos más difíciles y solitarios, como cuando el cantante de la banda se enfrentaba al bullicio violento de la capital colombiana. Una nueva producción de Nadie resulta necesaria a la luz del momento cultural del país. Ahora que las bandas nacionales celebran los hitos de sus carreras, conmemorar los veinte años de la primera placa discográfica de Nadie con nueva música sería el regalo perfecto para una hinchada que los ha estado esperando desde siempre.

Fotografía por Carlos Montañez.


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