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  • Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Entrevista: Alkaloides, ícono de la música independiente ecuatoriana, regresa por más y más fuerte


Desde 2010 Alkaloides se ha convertido en un fenómeno de la independencia quiteña, proponiendo una apuesta fresca y dinámica en el amplio circuito de bandas ecuatorianas que es cada vez más fuerte (Tripulación de osos, Lolabúm, Da Pawn, La máquina camaleón o El perfecto malabarista son ejemplos notables). La banda ha venido creciendo en un panorama digital que les ha permitido hacerse con una base de fans importante en su país y el resto del continente. Jugando en primera instancia con elementos del post punk y el garage, la banda ha evolucionado su propuesta de valor con el refinamiento que dan los años y ahora preparan el lanzamiento de su tercer álbum de estudio, tentativamente listo para octubre. Después de un largo hiato de casi cinco años, la banda empezó a presentar sencillos nuevos en 2019, brindando a su estética atmósferas introspectivas y melodías hipnóticas que concatenaron con un trabajo preciso en los teclados. “Olón”, “Ojeras” y “Ritual” hacen parte de una nueva serie de lanzamientos que se tuvo que reformular conforme se desarrollaba la pandemia global por la aparición del COVID-19. Sin embargo, la banda ha aprendido con los años a reinventarse y, ahora, están más conformes con el nuevo material que irán presentando, el cual revisaron en su casa durante los días de encierro. Tuvimos una conversación con el vocalista y guitarrista Carlos Espinosa, creador de la banda en sus primeros semestres universitarios. Como siempre, es una entrevista larga, todo buscando que conozcan a cabalidad este proyecto que, esperamos, nos visite pronto en Colombia. Sin tapabocas.

Vayamos a lo básico: hablemos del origen de la banda. ¿Cómo nace y en qué circunstancias se conocen ustedes?


Básicamente nosotros, Charly y Nicolás que toca la batería, estudiamos psicología en la universidad. En todo este ambiente de psicología, esto fue hace muchos años, surgió una especie de atracción entre los dos por el tema de la música. Yo era ultra amante del post punk y un día llegó Nico con una camiseta de Joy Division, entonces empezamos a reconocernos por un interés mutuo. Conversamos un poco y me contó que tocaba la batería: justo yo estaba buscando hacer música. Así es que un día quedamos de ensayar en mi cuarto a ver qué salía y estuvo buenísimo la sinergia y la onda que hubo entre los dos. Así es que empezamos a hacer esta banda. Siempre quisimos estar al principio de un glosario de bandas, por eso quisimos que nuestro nombre empezase por la A. Buscamos un montón de cosas y nos decidimos por Alkaloides: tenía onda y nos gustaba el tema de lo psicotrópico. Era un buen nombre para la banda. Así empezó todo. Al principio había otro guitarrista y otro bajista, pero ellos salieron de la banda y entraron dos personas más. Los originales de la banda somos Nicolás y yo. Y Mateo y Mateo son los nuevos chicos, que ya llevan unos dos años con la banda.


Hablemos del EP de 2011, La sombra fuera del espacio. Siento un sonido muy garage y muy post punk, pero muy cercano al lado punk, como ese momento de transición de The Damned, o algo así.


Totalmente. El 2011 fue un momento súper loco. Incluso aquí en Quito. Era como que toda esta tendencia punkera se estaba dando, yo estaba saliendo del colegio. Estas tendencias se impregnan un montón, entonces era una onda que yo tenía cuando estaba en el colegio. Me encantaba esta tendencia entonces hicimos este EP apenas empezamos a ensayar con Nicolás, en el primer semestre de la universidad. Fue un EP súper casero. Todas las canciones de allí las grabamos en mi cuarto. Algunos riffs de la guitarra los grabamos con el micrófono de la computadora de escritorio, ese micrófono que es como larguito. Fue súper chistoso: íbamos a lugares donde preparaban cables y nosotros no teníamos ni idea de sonido profesional, comprábamos un cable auxiliar que fuera muy largo y que fuera de un cuarto al otro para que alcanzara a llegar en donde estaba la batería. Cosas así.


Salió algo como muy casero, pero fue chévere porque empezamos a auto gestionar conciertos gracias a este CD. Empezamos a ir de bar en bar viendo qué música tocaban allí, esa me parece una parte que todas las bandas tienen que vivir. Es increíble cuando el dueño de un bar te dice “Sí, vengan y toquen acá y vemos qué pasa” y de repente tú empiezas a ver que llegan tus amigos, pero después llega gente que tú no conocías. Es un proceso increíble.


Volviendo un poco al tema del EP. ¿Cuál era la primera intención con esto? ¿Qué estaban pensando cuando lo produjeron o fue más bien un tema de lanzarse al agua a ver qué pasaba?


En realidad, lo que más pensábamos ahí y yo principalmente quería, porque yo escribía la mayoría de las letras, era como el sentimiento primitivo que queríamos sacar a flote por medio de la música. Este sentimiento muy adolescente que iba un poco de la mano con esta tendencia punkera, por así decirlo, teníamos todas estas ganas de hacer esta música, que no era música protesta, pero sí era un poco anti-sistema. Hicimos este primer EP basados un poco en eso. También hay una canción que se llama “La sombra fuera del espacio” que está cien por ciento inspirada en una novela de H.P Lovecraft, que tiene el mismo nombre. Si escuchas la letra es más o menos la historia esta hecha una canción. En ese momento todo el tema de derechos era algo que no nos importaba. Solo lo hicimos.


No teníamos una intención como tal. Las canciones que lanzamos hoy día tienen una intención más clara, más enfocada, tratando de apuntar a las personas que nosotros pensamos que son nuestros fans, pero en ese momento no había fans. No había nada. Dijimos “Bueno, lo que salga”. Si sonaba chévere, le dábamos.



En 2014 lazaron su primer disco y este álbum les dio un montón de reconocimiento en la industria ecuatoriana. Alkaloides sí generó una fuerza fuerte y quería constrastar los procesos un poco de este primer EP de bedroom punk de alguna manera con estos otros cortes más producidos, más trabajados. Ya hay un recorrido como banda y un diálogo con los fans. ¿Qué cambió?


Una de las cosas que también pasaban en La sombra fuera del espacio es que con el guitarrista y el bajista nos habíamos conocido como dos días antes de empezar a hacer el EP. Entonces básicamente Nicolás y yo hacíamos todas las canciones. En Alkaloides, que salió en 2014, había una producción con los otros chicos. Ya había un equipo. Nos fuimos a un estudio que es relativamente un estudio asequible para una banda independiente en Ecuador. Era un estudio que estaba empezando, era súper chévere porque era un estudio bastante abierto: tú podías llegar al estudio y toparte con alguien de la escena independiente ecuatoriana medio famoso. Era un estudio genial. Era muy asequible para una banda que no tenía nada de ingresos en ese tiempo.


La primera canción que nos impulsó a hacer este disco fue “Ella viene del futuro” que es y sigue siendo la canción que más escucha la gente en todas las redes. Es la canción que la gente más pide en los conciertos y con la que cerramos las presentaciones. Todo se basó en esta canción, que salió en 2012, pero que nosotros ya teníamos proyectado que fuera parte de este disco. “Ella viene del futuro” fue la única canción que no fue grabada en este estudio donde hicimos todo el disco. La grabamos en el estudio en el que ahora estamos grabando todo nuestro nuevo disco, que se llama La increíble sociedad. Entonces la pasamos increíble, experimentamos un montón. Hay una canción en este disco que se llama “4D” donde hay un puente en el que solo se escucha ruido: en realidad es la misma canción, pero reducida en 4 segundos. Entonces pasaban ese tipo de cosas. Le decíamos a la persona del estudio todas nuestras ideas y nos ayudaba. Jugábamos bastante en este estudio.


Las letras de las canciones trascienden porque empiezan a hablar de cosas que me pasaban a mí, cosas que le pasaban a Nico. Yo era muy fanático en bicicleta, solo andaba en bici por la ciudad, entonces hice esta canción “Talvez hoy en bici te vaya a ver” por todo lo que yo sentía cuando estaba en bicicleta. Las letras comenzaron a ser más específicas, más trabajadas. Ya no eran un sentimiento, sino detalles puntuales de nuestra vida. Lo más chévere del disco es lo que pasó después. Justo en el 2014 es cuando Spotify empieza como a llegar a Latinoamérica. El bajista nos habló de esto, que era muy raro para ese tiempo. Cuando el bajista dijo eso fue lo mejor que nos pudo haber dicho en todo el trayecto de la banda. Pienso que el primer disco tuvo mucho éxito por eso, porque fue uno de los primeros discos ecuatorianos que estuvo en Spotify. Ahí empezamos a consolidar algunos fans. En ese trayecto tú piensas que un grupo de gente es fanática de tu banda, pero, de repente, empiezas a ver que otro grupo de gente es fanática de tu banda. Tú no te lo esperabas. Por ejemplo, yo no me esperaba que mi música se escuchara en la demográfica de personas que está a punto de terminar el colegio, de los 15 a los 18 años. Y, en realidad, los fans del colegio son los que más han hecho que la banda surja. Y eso no lo esperaba. Empezamos a ir a tocar a colegios y cosas así y veíamos una emoción increíble en estos adolescentes. Cuando eres adolescente te gusta mucho una banda. Escuchas absolutamente cada pedazo de letra de una banda. Cuando 26 o 28 años ya piensas otras cosas. No te emocionas tanto. En los colegios amaban que Alkaloides tocara. Fue un alivio encontrar eso. Eso fue un síndrome como general. Creo que ha pasado en las bandas ecuatorianas. Cuando se pusieron de moda los festivales iban chicos exactamente así: último año de bachillerato a tercer semestre de universidad. Los shows estaban repletos de personas de esa edad. Fue una tendencia así.

Después de esta emoción la banda se frena con la presentación de nuevas canciones. Ya en 2019 empiezan a lanzar nueva música que denotan un cambio en el estilo. Cuéntame qué pasó con la banda durante estos cinco años.


Nosotros en 2016 pensábamos hacer canciones nuevas. Pero Ecuador estaba en una etapa súper rara, política, económica y culturalmente. Estábamos un poco con un lío mediático, con un lío alarmista, por así decirlo. Pero todo apuntaba a que iba a suceder una crisis inminente. Nuestro presidente Correa, creo que hizo unas obras buenas, pero creo que también estaba inclinándose a gobernar de una manera un poco chavista. Había mucha tensión. No sé si habrán sido los medios o qué, porque tú no te enteras realmente de lo que pasa, pero todo el mundo estaba súper asustado. Mi familia vive en Estados Unidos y mi mamá me llamó y me dijo ‘Ven a vivir a Miami, porque en Ecuador todo está como desmoronándose. Acá un amigo te quiere contratar’. Es una cuestión más de familia, más personal. Me asusté un poco entonces quise huir de Ecuador, básicamente. Me fui a vivir a Miami un tiempo y en el 2018 me morí de ganas de volver a mi país. Extrañé completamente todo y en especial la banda. Era como si te hubieras divorciado de alguien. Estaba en shock en Miami, no me sentí tan bien allá. Entonces quería recuperar todo lo que había construido aquí. En mi cabeza era algo muy preciado que me obligó a volver.


A mediados del 2018, más o menos, es cuando regresa la banda. Regresamos con dos nuevos integrantes, los dos Mateo. Mateo Castillo y Mateo del Pozo. Son unos chicos geniales. Imagínate, Mateo del Pozo tiene diez años menos que yo. Fue una forma de darle frescura a la banda. Los otros dos chicos salieron en términos muy amigables. Ambos son amigos, pero tenían otros proyectos y prioridades más de adulto, el primero tenía un máster en Argentina y el otro tuvo un hijo. Con los dos Mateo, que estaban estudiando en la universidad producción musical, ellos estaban y siguen y siguen muy metidos en el proyecto. También es por eso por lo que se nota un cambio tan grande en lo musical. Yo tenía unas ideas y ellos me ayudaban a llevarlas aún más lejos. Yo estaba con unas ganas de estar abierto a todas las propuestas. Todo lo que me pudiera alimentar mi idea principal me parecía muy chévere. También la música ha cambiado mucho últimamente. Encuentras 40 mil millones de géneros en Spotify, entonces creo que tú produces o haces lo que estás escuchando en ese momento. Todos estábamos escuchando otras cosas y por eso la música salió distinta. Sí tratamos, sin embargo, mantener la esencia de la banda. Hemos sacado tres sencillos de los cuales el último, “Ritual”, es muy 2014. Los otros sencillos tenemos algunos más que son así. No quisimos despegarnos al cien por ciento de esta onda. Igual en cuanto a letras yo sigo escribiendo las cosas cotidianas que a veces me pasan, pero las trato de hacer un poco más especiales y las uno con algo de metafísica, con algo de teorías conspiratorias. Para adornar un poco todo lo que estoy sintiendo. Pero va por ahí, lo que escribí en 2014 es muy parecido a mi forma de escribir en realidad. Nunca estudié letras ni música, entonces creo que se parece bastante a lo que escribía antes.


El tema de las etiquetas me parece un tema muy complicado. El término de alternativo es una sombrilla demasiado grande. ¿Cómo sientes tú esta necesidad compulsiva de etiquetar todo cuando estamos hablando de un proyecto que lleva ya casi 10 años moviéndose y transformándose?


Es una cuestión súper loca. Hemos tenido unos cuantos fans muy ortodoxos que nos han escrito a nuestras redes, “oye, para que lo sepas, el post punk no lleva este tipo de teclados. Estás mal”. Tenemos un fan que es súper chistoso, nos escribe todos los días y dice “odio la música romántica. No metan teclados, se los suplico. Me están dañando la vida”. Me encanta que tenga ese nivel de pasión. Básicamente yo creo que en 2020 es imposible poner género o una etiqueta. Es imposible. Tú ves todas las fans del Primavera Sound y puedes ver bandas que hacen punk con trap o soul al mismo tiempo. Es imposible poner una etiqueta en este momento. A mí se me hace chistoso ver un afiche con una banda que detalle el género que tocan. Por ejemplo, nosotros hemos tocado con Telebit unas dos veces. Yo a ellos no les puedo ponerles un género. Usan unos tintes electrónicos a veces, pero la batería está haciendo otras cosas. Es muy difícil. Pienso que nadie debe tratar de llegar a una última respuesta. Es como pelearse por Facebook. O en los comentarios de YouTube.



Estuve mirando todo el proceso de presentación de “Ojeras”, los fans, los videos en YouTube, etc. Se podría decir que estas bandas de principios del 2010 son un poco hijas del fenómeno de conexión inmediata con los fans. ¿Cómo ha sido ese proceso de acompañamiento y crecimiento de una presencia digital cuando, de hecho, se iban creando plataformas digitales para la música?


Yo pienso que ha sido indispensable. Somos de este grupo de bandas hijas del ecosistema digital. Recién conocimos esta tendencia, esta manera de tomar ventaja de las redes sociales y fue súper chévere experimentarlo. Antes no había tantas estrategias como hoy. Antes tú tenías que ver tus modos para pegar en Facebook o cosas así, entonces tratabas de ser un poco más auténtico. Eran unas herramientas que nos servían, pero a la vez teníamos que tratar de cumplir el reto de usarlas bien. Pienso que hoy en día es más estructurado, sabes que un viernes salen los sencillos, sabes de pauta, etc. Pero antes era súper chévere justo por eso. Tú te las ingeniabas para impactar. Me parece que nos han ayudado. Hemos estado siempre conectados con los fans. Y queremos ahora que los fans tengan una especie de buena onda y de cosas chiquitas que se puedan encontrar. Justo por eso hicimos el tema de la listening party, hicimos una especie de jueguito en redes sociales para que algunos fans pudieran asistir. Fue súper chévere tener ahí a alguien que es realmente fan de la banda. No es como tu amigo ni tu primo ni una persona que trabaja contigo, era una persona realmente fan de la banda. Fueron ellos y realmente fue increíble tenerlos en estudio. Eran los invitados más especiales. Tratamos de que tuvieran una experiencia súper chévere y luego les hicimos una entrevista y los emborrachamos. La pasamos bomba con ellos. Estábamos súper ebrios conversando y supongo que ellos lo van a recordar. Quizás ahora son el triple de fans de la banda. Siempre vamos a tratar de que los fans de Alkaloides no se olviden de la banda. Porque igual pasó tanto tiempo sin que sacásemos música que quizás pensaron que no volveríamos. Pero es genial regresar, es hermoso.


Para cerrar, evidentemente la pandemia nos ha afectado a todos, pero sobre todo al sector cultura. ¿Cómo los retrasó o los obligó a reinventarse como proyecto? ¿Qué viene?


La pandemia nos cambió completamente los planes. Tenemos el 90% del disco terminado, pero ese 10 restante lo queríamos terminar y solo se trancó todo. Eso fue lo que más nos dolió. Lo bueno es que había ahí una canción que no nos convencía tanto, que la íbamos a sacar del disco, y la rehicimos en casa, mandándonos material de manera remota. Ahora es la canción que más nos gusta. Nos cambió todo. Cuando lancemos el disco, quizás en octubre, si todo sale bien, quisiéramos que esa fuera la canción




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