
Lost Acapulco, una de las bandas más emblemáticas del surf-rock mexicano, emergió en la década de los noventa en un contexto en el que este género tenía una presencia limitada en la escena musical del país. A propósito de su presentación reciente en el marco de Rock al Parque 2024, hablamos con la banda que, el próximo año, cumplirá tres décadas de historia. Es un recorrido inquietante que ha incluido diseño gráfico, teatralidad y bravura; una apuesta sincera que estremece por la convicción con la que se ha llevado a cabo pese al cambio de tendencias, pese a la ubicuidad de la denominación urbana. A pesar de la celebración del individuo solipsista, la banda apuesta por una colectividad sin rostros en la que, como debería ser, la música será siempre la única respuesta necesaria.
“Nos formamos en una pool party en Acapulco”, relatan los integrantes de la banda que se presentó en la edición de 2024 de Rock al Parque, recordando cómo ese encuentro inicial marcó el inicio de un recorrido que los llevaría a redefinir la música independiente en México. Desde el principio las influencias que dieron forma a su propuesta fueron el surf, el garage, el rock and roll y el punk, una combinación que les permitió desarrollar una identidad sonora única en un contexto en el que el rock instrumental aún no se había abierto en el panorama musical mexicano. Con esta mezcla explosiva, Lost Acapulco logró llenar un espacio vacante en la escena nacional, creando una propuesta que resonaría con generaciones enteras de melómanos, coleccionistas y amantes de la cultura surf.
El impacto de Lost Acapulco no fue fruto de una estrategia premeditada, sino de un genuino amor por la música y una conexión orgánica con su público. La banda recuerda cómo comenzó organizando conciertos junto a amigos, reuniendo a músicos con propuestas originales y auténticas. Sin darse cuenta, pasaron de tocar en pequeños foros a escenarios masivos. “Cuando nos dimos cuenta, ya estábamos tocando en el Zócalo de la Ciudad de México para más de 100,000 personas. Fue algo que sucedió sin pensarlo”, comparten. Sin embargo, a pesar de esta evolución, Lost Acapulco ha mantenido una firmeza notable en su filosofía creativa. “Nuestra música simplemente sale así. No pensamos en hacer algo vanguardista o seguir las corrientes actuales. Hacemos lo que nos gusta y si el público se identifica con ello, es un gran plus”. Este enfoque, que prioriza la autenticidad sobre las tendencias, ha sido clave para preservar la esencia de la banda, desdibujando el ego individual de la estrella del rock a partir del uso de máscaras de lucha libre que subrayan su contexto mexicano.
Así, uno de los aspectos más reconocibles de Lost Acapulco es su identidad visual, definida por el uso de estas máscaras, insignia de la cultura popular de su región con celebraciones constantes en el Teatro América y generaciones enteras dedicadas a este deporte y espectáculo. Esta decisión, lejos de ser un adorno, responde a una intención deliberada de conectar su música con la riqueza cultural mexicana. “La imagen de Lost Acapulco se dio a partir de que comenzamos a hacer giras internacionales”, explican. “Pensamos que era bueno llevar un poco de nuestro país a todos esos lugares que visitábamos y hacer visualmente más interesantes nuestras presentaciones en vivo”. Incorporar las máscaras no sólo les permitió diferenciarse en la industria, sino también rendir homenaje a una tradición profundamente arraigada en la cultura nacional. Con el tiempo, este elemento visual se convirtió en un sello distintivo que amplificó su impacto tanto en el público como en la industria del entretenimiento.
La historia de Lost Acapulco está también entrelazada con figuras y espacios que han sido fundamentales en la escena musical mexicana. Dr. Alderete, a quien cariñosamente llaman “el quinto Acapulco”, ha sido un colaborador constante de la banda. “Sus ilustraciones nos han acompañado ya por un par de décadas y siempre nos sorprende con su gran trabajo. Es un honor contar con su colaboración en la mayoría de nuestros lanzamientos”, aseguran. Por otro lado, el Multiforo Alicia, un espacio clave en la historia del rock independiente en México, ocupa un lugar especial en su trayectoria. “El Alicia nos vio nacer; es nuestra casa e indudablemente el multiforo cultural más importante en México de todos los tiempos”, afirman con convicción. Además, destacan el papel de Isotonic Records, un sello fundado por el Reverendo y Jorge Alderete que hizo contribuciones significativas al género, editando discos y compilaciones que hoy son consideradas piezas de colección.
El alcance internacional de Lost Acapulco es otro aspecto que subraya su relevancia. La banda ha llevado su música a países como Japón, estableciendo conexiones con públicos y artistas de diversas culturas. “En nuestros tours por el mundo hemos interactuado con muchas bandas y logrado entablar lazos y relaciones longevas. Hemos hecho intercambios culturales y editado discos en países que nunca imaginamos. El público muchas veces no sabe lo que va a ver, pero siempre termina siendo una gran fiesta feliz”, comentaron antes de su presentación en Rock al Parque, promesa que ratificaron con el poderío espectacular de sus guitarras esquizofrénicas. Estas experiencias han enriquecido su perspectiva y les han permitido consolidarse como embajadores del surf-rock mexicano en el extranjero, además de permitir que una de las primeras formas del rock and roll continúe vigente a casi setenta años de sus primeras manifestaciones.

En ese respecto, la elección de instrumentos como la Fender Telecaster y la Fender Jaguar ha sido fundamental para definir la identidad de Lost Acapulco. Curiosamente, esta decisión no fue producto de un plan preestablecido, como tiende a ocurrir en la narrativa de la banda. “La Telecaster fue una cuestión de necesidad. Quise comprar una Jazzmaster o una Jaguar, pero mi presupuesto solo alcanzaba para una Telecaster. Siguiendo la filosofía de hacer lo mejor con lo que tienes, encontré mi sonido”, explica Crunchy, guitarrista líder. Este enfoque pragmático, combinado con su creatividad, ha resultado en un sonido distintivo que se aleja de lo convencional en el género. “Nos gusta ser los raritos”, concluyen con humor.
A lo largo de los años, Lost Acapulco ha dejado su huella no solo en la música, sino también en el cine y la cultura popular. Películas como Perfume de violetas han incluido su música, consolidándolos como parte del imaginario colectivo mexicano. “Nuestra música ha sido seleccionada para muchas películas, programas de televisión y documentales, lo que nos ha llevado a ser parte del soundtrack de varias generaciones. Para nosotros, es un privilegio formar parte del acervo cultural del mundo”, reflexionan honrados. Este reconocimiento es un testimonio de cómo su trabajo ha trascendido los límites de la industria musical para convertirse en un elemento integral de la cultura contemporánea.
También, la banda se destaca por su capacidad para reinterpretar la música que los inspira. Lost Acapulco ha versionado a artistas tan diversos como Plastic Bertrand, Misfits, Los Sleepers y Los Straitjackets, siempre imprimiendo su característico estilo. “Solo nos divertimos y le ponemos nuestro toque desfachatado y desmadroso. Puro y absoluto rock and roll”, dicen con entusiasmo. Así, por ejemplo, en el territorio latinoamericano, “Olvidemos el romance” de Lost Acapulco se ha convertido en una referencia inmediata que supera en popularidad a la original a “Ça plane pour moi” de Plastic Bertrand, una leyenda del punk belga. Esta libertad creativa, junto con su compromiso con la autenticidad, ha sido clave para mantener su relevancia y conectar con nuevas audiencias sin perder su esencia. Lost Acapulco sigue siendo una fuerza vibrante en la música mexicana, demostrando que el surf-rock no sólo está vivo, sino que tiene un lugar asegurado en el corazón de quienes buscan sonidos frescos, potentes y genuinos. Rock al Parque 2024 fue testigo del poder de sus guitarras, explorando una explosiva veta instrumental que pocas veces ha encontrado un espacio en el histórico festival.

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