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  • Foto del escritorIgnacio Mayorga Alzate

Siempre habrá más música chilena: una charla con FrioLento



Chile es tierra musical. De ello no hay duda. Durante muchos años la narrativa de la historia de la música se ha concentrado en el legado vital de México y Argentina, pero ha dejado de lado grandes hitos de la música en el continente como es la representación chilena en el cancionero popular latino. Violeta Parra, Los Tres, Los Bunkers, Los Prisioneros o Ana Tijoux se han convertido en verdaderas leyendas de la música en nuestro continente y su legado es tangible en las nuevas propuestas que emergen, tanto en su país natal como en el resto del continente. Ahora les toca el turno a las nuevas bandas, a aquellas que retoman la antorcha de los ancestros para llevar canciones al centro de la hoguera, en donde podemos cantarlas bajo nuevas lunas. Es el caso de FrioLento, un dúo conformado en Concepción, una importante ciudad cultural chilena, que desde 2018 ha estado creando un sonido indie-pop sofisticado y personal en el que las historias melancólicas se entretejen con la influencia del new wave o el dance. En mayo el dúo integrado por Cris y Zebart presentó un álbum emocionante que lleva por nombre Disco invierno. Luego, casi un mes después, lanzaron un nuevo sencillo junto a Arranquemos del invierto titulado “X la chucha” en el que continúan construyendo una propuesta de valor única en el contexto latinoamericano. Nos reunimos con la banda vía Zoom para hablar de su trabajo hasta ahora, los nuevos retos que supuso la pandemia global para sus planes y el momento cultural chileno luego de las marchas de octubre y noviembre.


Comencemos hablando del origen de la banda. ¿Cómo nace Friolento? ¿Qué estaba pasando musicalmente en Chile en ese momento? ¿Qué estaban escuchando por esa época?


Cris: Con Zebart nos conocemos desde hace varios años ya. Como cuatro años. Haciendo música también, en otras bandas. Entonces nos juntamos. Friolento surgió porque yo tenía ya unas canciones grabadas, personales. Se me ocurrió en el 2017 lanzarlas como proyecto, porque eran canciones que yo estaba guardando. Hablé con Zebart porque me generó cercanía y confianza. Le conté de este proyecto y le dimos. Lo que hicimos con esas canciones fue darles un toque final, buscar una persona que nos hiciera el arte, fotos, todo lo que conlleva hacer un proyecto bien hecho, desde el principio. No como cualquier banda, sin desmerecer, pero no tan a la ligera como se suele tomar. Concepción es una ciudad que tiene mucha música, como todo Chile, pero aquí hay harta música activa todas las semanas. Con la pandemia todo paró, pero antes había conciertos de lunes a domingo en esta ciudad. Música en vivo, eventos culturales. A raíz de eso, nosotros tratamos de ver un poco más allá, cómo llevar más allá un proyecto de lo que se suele hacer acá que es como onda “juntémonos a hacer música, la lanzamos por Internet y vemos qué pasa”. Lo hicimos de una manera más estratégica para ver si funcionaba. Y la verdad es que sí lo ha hecho. A mí me parece que vamos bien, falta un poco que lleguen más medios para que la gente se dé la oportunidad de escucharnos, porque aún podemos crecer más, pero los que están con nosotros son bien fieles. Conocen el proyecto, escuchan la música y se enamoran al toque. Lo que sigue es seguir creciendo.



¿Cómo fueron esos primeros momentos de acción en los venues?


Cris: Es lo que pasa regularmente en Concepción. Sería repetir un poco lo que te dije. El indie sobre todo estaba pegando, esta onda de hacer tu música, pero sin basarte en parámetros de la industria musical.


Zebart: El circuito musical en esos momentos en Chile tenía una presencia fuerte del indie, sobre todo en Concepción. Era un estilo que predominaba más allá del rock que siempre ha estado, con Los Tres o Los Bunkers, pero nosotros nos enfocamos en el otro lado.

En 2018 estrenaron un EP que tuvo una difusión importante en el país. ¿Cómo fue el proceso y que trajo consigo el debut homónimo? ¿Cómo interactuaron ambos egos en el estudio?


Zebart: Lo hemos sabido congeniar hasta este instante de súper buena manera. Cris es el que llega con la idea principal, la estructura, la melodía, la letra y siempre se trabaja así. En el caso del primer EP llegué a interpretar esa música, no a trabajar desde el inicio. En el segundo disco ya ingreso como a manera de productor, haciendo arreglos y dando detalles sonoros, quizás dando ideas nuevas, qué puede funcionar acá o qué no puede funcionar. Pero, como resumiendo el global, el primer EP era una percepción personal de Cris y el segundo disco ya es algo más participativo de ambos.


Cris: Desde un principio, por la confianza que nos tenemos, se habló de que el proyecto fuera una banda. Sin embargo, sabemos que las composiciones principales, que la estructura principal viene de mi parte. Nunca ha habido un rollo de egos porque así siempre ha funcionado. En una primera instancia las canciones ya estaban listas. En la segunda instancia Zebart me ayudó mucho en ser otra mente en el área de la producción de esa etapa y yo le agradezco enormemente. Pero, así hemos funcionado. Nunca hay un desacuerdo. Para mí es súper importante tener otra mente, porque de repente uno se encierra un poco y da vueltas en su creatividad y, de repente, Zebart me da sugerencias en cuanto a lo instrumental. Y tiene mucha razón en el cien por ciento de los casos.


Quería saber de dónde vino la inspiración de los temas del EP Friolento. ¿En qué mindset estabas cuando les diste forma?


Cris: Son cuatro temas, que quedaron separados en Spotify. Estas composiciones salieron de un proceso de alrededor de un año y medio. Lo que yo hacía antes era grabar a otros proyectos musicales. Empecé a grabarlos a ellos. Por mi parte, empecé a grabar por la tarde. Me tomaba mi chela y me ponía a maquetear y a grabar lo que se me ocurriera en realidad. Las canciones salieron así: mitad experiencias personales, mitad experiencias que veía. La composición fue un proceso bien espontáneo, nada tan pensado.


Hablemos ahora de Disco Invierno. Del EP al álbum hubo una serie de lanzamientos interesantes que continuaron creando ruido alrededor de Friolento. ¿Cómo fue el proceso de producir este disco con los aprendizajes de su recorrido hasta entonces?


Cris: Principalmente fueron las ganas de hacer algo más dance. El primer EP tiene un tinte más alternativo, más pop, pero más alternativo. Teníamos muchas ganas de hacer un show más dinámico. Entramos con las ganas de componer con un beat, un BPM más pegado, unas baterías más rock latino, más disco. Le pusimos mucho más pop, sin perder la esencia del primer trabajo, que tiene unas letras muy emo. Queríamos mezclar más influencias de pop latino, más dance, más ochentero.


Me gusta el coqueteo con el dembow en “Drama”. Es muy elegante, ¿cómo conjugan la tendencia del mercado global con su propia propuesta de valor?


Cris: Por mi parte, inevitablemente mezclo lo que estoy escuchando. Al escuchar mucha música, eso te influencia al momento de componer y de producir. Es seguir la línea de ser original, no decidirse por una línea. En las letras y en la música, ver lo que está saliendo e influenciarse un poco, pero tratar de desmarcarse de la industria musical en sí. La palabra indie siempre va primero, después viene todo lo que podamos ser como estilo. Es independiente.


Zebart: Lo que hicimos en “Drama” y en el Disco invierno, fue poner todos los estilos que estábamos escuchando y que hemos escuchado en algún momento de nuestra vida. Los pusimos en la mesa y, conversando más que nada, se gestó el disco completo. “Disco invierno” nace de un momento en que estábamos escuchando los Bee Gees, yo estaba escuchando Donna Summer y se conjugó todo ese sistema para esa canción. En “Drama” Cris llegó con la idea, ya tenía el toque de “Longi”, del primer EP, el dembow del que hablas, entonces es como mezclar lo que estábamos escuchando en la actualidad con todo nuestro pasado musical y con nuestras vivencias.


En ese sentido, surge necesariamente una pregunta en torno a la etiqueta de “indie”, que ya hemos abordado. Creo que hablar de una sonoridad indie es bien complicado al ser una sombrilla que la crítica musical ha utilizado para abarcar un montón de cosas. Es más un tema de creatividad y de manera de gestionar el proyecto. ¿Cómo entran ustedes a considerar esa etiqueta?


Cris: Siento que a veces al indie lo critican porque estuvo de moda. Al final, no importa. El indie significa no tener un estándar creativo comparable a la industria musical que ha estado siempre funcionando, el pop de una manera, el rock de otra. El indie se basó en no regirse por estos parámetros de lo profesional, entre comillas, que puede ser una producción o una grabación musical. Es hacerlo de forma autodidacta o desde tu casa o como tú quieras. Nosotros le ponemos esa etiqueta porque es así. No es que nos creamos indie. Si yo tuviera que catalogar nuestra música, diría que es emo pop. Por una cuestión lírica y musical. Le hemos puesto indie porque toca catalogarlo y etiquetarlo al momento de subir la música a plataformas. Pero en realidad no es algo que nos preocupe tanto.





Ahora llega también “X la Chucha”. Hablemos un poco de este sencillo. Después de un mes de difusión del álbum, ¿qué los motivó a seguir presentando nueva música?


Cris: “X la Chucha” nace porque constantemente estoy haciendo música, en realidad. No tiene nada del otro del mundo. Lo que sí es relevante para nosotros es que siempre estemos subiendo música, porque todos sabemos que ha cambiado el mercado musical y uno tiene que estar constantemente activo. Si nosotros tuviéramos la plata, subiríamos un videoclip todos los meses en 8K. Como no podemos, optamos por hacerlo con música por el momento. Sin pensar en estas limitaciones de que ya lanzamos un disco entonces tenemos que esperar. Por el momento no vale la pena porque no podemos tocar tampoco. A lo mejor si estuviéramos tocando, podríamos darnos un descanso. Pero como hay tiempo de sobra, estoy haciendo música y me conviene subir canciones a las plataformas.


Zebart: Decidimos dejar este espacio corto para lanzar nueva música todo porque se nos vino abajo toda la serie de lanzamientos que teníamos físicamente pensados para el Disco invierno. A partir de esa problemática, decidimos ir al estudio nuevamente y decir lo que teníamos para decir. Se nos cayó nuestra primera fecha internacional. Entonces no nos podíamos quedar de brazos cruzados

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Cris: Estábamos listos, pero será en otra ocasión. Pero la espera nos ha favorecido: conseguimos manager. Hemos conocido a gente profesional en el área que está dispuesta a colaborar con nosotros. Sin esperar algo a cambio como que le haga peso a todo lo que ellos nos están ofreciendo. Es su trabajo de lleno. En estos momentos tenemos a toda esa gente que nos está apoyando y yo creo que ha sido mejor todo lo que ha pasado para el proyecto.


Zebart: Es volver a armar la banda desde el origen.


¿La canción ya estaba lista antes del COVID o fue en cuarentena que la grabaron?


Cris: La canción la terminamos hace poco. La hicimos súper rápido. Esta canción es una colaboración con Arranquemos del invierno. Se dio la oportunidad de hacerla con él y la hicimos rápido. Es una canción que merece mucho. Merecía un video, merece de todo, pero en estas circunstancias no se puede, así que así fue. Pero yo estoy como un niño con dulce, o sea, el amigo de Arranquemos del invierno era vocalista de una banda que se llamaba Niño Cohete y era una banda que yo cuando chico alucinaba al escuchar. Cuando recién empezó el movimiento indie en Chile el trabajo de esta banda fue icónico, una de las bandas más importantes de Concepción. Para mi generación, por lo menos, y para generaciones más chicas. Entonces empezar a hacer música y encontrarte con este tipo y decirle que hagamos una canción es lo máximo.


Quería cerrar un poco pensando en la situación política en Chile que tuvo un detonante importante en octubre y noviembre del año pasado, sumado al tema de los feminicidios en México y Latinoamérica. Ahora la conversación política se encuentra en un momento álgido. Pero, de cualquier manera, Chile siempre ha tenido una música muy social, desde todo el trabajo de los Parra hasta Anita Tijoux. ¿Cómo sienten ustedes que está la cultura chilena y cómo resuenan ustedes con esto, en esta coyuntura esencial de Chile?


Cris: La única situación en la que yo he visto a Chile unido, en sus generaciones más jóvenes y gran parte de la adulta, ha sido con este estallido social donde gente de cualquier ideología se ha unido a la causa y han luchado juntos. En la causa, en la vida política. Pero en el país, como en gran parte del mundo, estamos bajo la sombra de esto que es el machismo y la violencia contra la mujer y contra lo diferente. Nosotros mismos estamos criados con conductas y pensamientos en nuestro ADN. Aquí la cosa es así: chapada a la antigua, machista. Nosotros lo que hacemos es mantenernos al margen. Trabajamos en no repetir ciertas conductas, pero la verdad es que se nos hace difícil hablar del tema siendo hombre, además de ser un huevón que ha cometido muchos errores. A nosotros nos importa visibilizar el problema, porque obviamente no estamos de acuerdo. Es un problema acá, sobre todo en esta ciudad de artistas, en esta ciudad cultural, donde hay mucho ego y hay muchos artistas, lo que lleva de la mano estos problemas, lamentablemente. A nosotros nos ha afectado, a gente que estuvo con nosotros le ha afectado de forma directa. Entonces sí es un tema importante, pero lo tratamos de llevar con mesura, porque no podemos hacer más.


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